Alonso García, psicólogo, ateo radical que se encontró con Cristo en cuidados paliativos: «Cuando olvido que Dios está siempre presente en un enfermo,  no va todo bien»

* «Todo lo que Dios me dé, lo cogeré con los brazos abiertos y lo que Él me quite, también se lo voy a entregar, porque sé que algún día nos vamos a encontrar. Y entonces todo estará completo. Preparar el corazón, arrodillarse ante el Señor y entregarse a la oración en recogimiento pleno es el mejor ejercicio y alimento para cada día»

Camino Católico.- Alonso García de la Puente es psicólogo, director del Dpto. Psicosocial del Hospital Centro de Cuidados Laguna (Fundación Vianorte-Laguna). Más de la mitad de su vida fue un ateo radical y militante activoempeñado en desenmascarar a Dios con argumentos científicos o racionales. “A mi madre le decía -y sabía que eso para ella era doloroso-: algún día descubrirás que Dios son los padres”, explica en un video-testimonio en Mater Mundi TV.

El antiguo Alonso estaba convencido de que eso de Dios era un infantilismo, una manera de someterse, resignarse o de justificar lo inexplicable. Incluso sentía rabia hacia los creyentes y se sentía agredido. “Los consideraba como invasores de mi integridad moral“, recuerda. “Era como que esa gente venía a decirme que yo era mala persona”, aunque también admite que nadie realmente le decía nada de eso.

Alonso García de la Puente “era un gran buscador de cosas”. Llenaba su vida de actividad: fiestas, deporte, trabajo, caprichos, viajes… “Pero todo era superficial”, no había ningún fondo ni estructura, “así que nada me llenaba del todo”.

El antiguo Alonso “era un gran buscador de cosas”. Llenaba su vida de actividad: fiestas, deporte, trabajo, caprichos, viajes… “Pero todo era superficial”, no había ningún fondo ni estructura, “así que nada me llenaba del todo”.

Ars moriendi o la deshumanización

Cuando estudiaba en la universidad cayó en sus manos ‘Ars Moriendi’, un poema de Manuel Machado. “Hablaba del buen morir”. Le llamó la atención y empezó a investigar. Le sirvió para tomar conciencia, y consciencia, de la deshumanización que está devorando a nuestra sociedad. Terminó la carrera y trabajó un tiempo en Recursos Humanos. Aquello tampoco respondía a su búsqueda y seguían latentes las palabras de aquel poema.

“Si uno quiere brillar, tiene que escuchar para descubrir su pasión, cuál es su camino”. Y Alonso lo encontró. Dio un giro y decidió especializarse en Psicooncología y Cuidados Paliativos. “La vocación Dios también la tiene pensada para cada uno, pero hay que prestar atención“.

El auténtico significado de la palabra compasión

Dios se toma su tiempo para pensarnos a cada uno de nosotros. Alonso lo tiene claro. “Cuando me pensó y ya vio que me había puesto suficientes defectos -se ríe- seguro que dijo: ahora le voy a dar la virtud de la compasión“. Y aquí se detiene en una invitación a buscar la raíz etimológica de la palabra compasión, la de compartir con pasión el sufrimiento del otro, la de acompañar y cuidar, no la que se nos vende barato y vaciada de sentido. Pues esa, sumada a un amplia sonrisa y una mirada que rebosa luz y empatía, son las herramientas que ahora explota a diario para devolverle a Dios el 1.000 por 1.000, y que cuando se encuentren, las cuentas salgan bien.

Alonso García de la Puente con el Cardenal Osoro

La eutanasia, el mercadeo con la vida en nombre de una falsa libertad

Alonso García de la Puente tiene en el centro de su vida a Dios y la oración es su alimento

Alonso se dio cuenta de que Dios había estado siempre, siempre, en su vida. Entró a trabajar en el Hospital Centro Cuidados Laguna y cómo empezó a encontrarse con el amor de Dios. “Descubrí que la gente con fe muere mejor, y que allí alguien a quien no se veía se paseaba y cambiaba los corazones de la gente“.

Incluso así, no fue precisamente en el hospital donde se acabó por desbaratar del todo el plan de Alonso para desenmascarar a ese Dios del que hablan los cristianos. Y eso que él había puesto toda su capacidad de raciocino a disposición de Dios y reclamaba una evidencia científica. Pues bien, “no conviene lanzarle órdagos -aconseja García de la Puente- porque esos desafíos no quedan sin respuesta”. Y solo hay que ir al básico “pedid y se os dará”.

Alonso habla de la eutanasia como “un mercadeo con la vida” en nombre de una falsa libertad. Y cuenta cómo su yoga, su mindfulness o sus fuentes de energía consisten en algo tan sencillo, y trascendente a la vez, como “preparar el corazón, arrodillarse ante el Señor y entregarse a la oración en recogimiento pleno. Es el mejor ejercicio y alimento para cada día”.

El valor de la vida que se nos da y se nos quita

Alonso García de la Puente

No es difícil imaginar las situaciones y el grado de dificultad que se puedan vivir en un centro especializado en cuidados paliativos. “Cuando soy solo Alonso psicólogo y me olvido de que Él está ahí, siempre presente de una u otra forma, en un enfermo o en una cruz, no va todo bien”. En cuanto se acuerda de mirarLe, la cosa mejora. “Y si no encuentro salida, siempre recurro a la Virgen -apunta también-. Ella sabe resolver, nos entiende bien porque ya ha pasado por donde nosotros estamos”.

Alonso es reciente padre primerizo. “Tener una hija ha supuesto un chute de vida”. Reconoce que le venía bien sentir “el contacto con la vida que se nos da, porque estoy demasiado en contacto con la vida que termina”. Para él, otro signo de Dios: “sé que es un regalo y me ha encomendado cuidarla lo mejor posible”.

Recuerda que “todo lo que Él me dé, lo cogeré con los brazos abiertos y lo que Él me quite, también se lo voy a entregar, porque sé que algún día nos vamos a encontrar. Y entonces todo estará completo”.


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