Jaime Alamar, ferroviario jubilado valenciano concluye después de 20 años la transcripción a mano de la Biblia y regala copias “para dar a conocer a Dios”

Antiguo maquinista del TALGO, ayuda desde hace 40 años a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados   y asegura que “tenemos que ser testigos vivos de Dios, darlo a conocer y hacer el bien, yo no tengo más meta”

9 de junio de 2012.- (AVAN / Fotografías: Alberto Saiz / Camino Católico).-Un ferroviario jubilado, Jaime Alamar, de 80 años, feligrés de la parroquia de Jesús Maestro de Valencia, ha completado después de más de 20 años la transcripción completa de la Biblia a mano, para lo que ha empleado más de 30.000 folios y continúa ahora haciendo copias aparte de los libros de las Sagradas Escrituras que distribuye gratuitamente a quien se lo pide.

Viudo, con dos hijos y cuatro nietos, Alamar fue maquinista del Talgo entre Barcelona y Valencia, y se levanta todos los sábados a las seis de la mañana para trasladarse a la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Valencia, en donde ayuda desde hace 40 años a las religiosas a lavar los pies de los acogidos y a afeitarles.

“Tenemos que ser testigos vivos de Dios, darlo a conocer y hacer el bien, yo no tengo más meta”,asegura el ferroviario jubilado que, además, en su transcripción a mano de la Biblia dibuja las ilustraciones con las que acompaña la copia y luego encuaderna los folios para repartir copias de capítulos de su Biblia manuscrita. Los libros los escribe a mano con un bolígrafo de color negro y para las ilustraciones emplea rotuladores de colores.

También ha transcrito la vida de algunos santos como San Juan de la Cruz y San Felipe Neri, a cuyo Oratorio pertenece el jubilado. En la actualidad, está copiando el tercer tomo del libro «La imitación de Cristo» del beato Tomás de Kempis del que está realizando 20 ejemplares a mano debido “a las numerosas peticiones de amigos”.

Además, Alamar también escribe sus propias oraciones en la página final de cada uno de sus libros, que recopila luego en ejemplares individuales. “Me preocupa que la gente no se entere de que sin Dios estamos perdidos”, ha añadido.

El ex maquinista ha señalado que hay personas que le han ofrecido dinero por los libros a mano que realiza pero que nunca lo ha aceptado porque “lo único que quiero es dar a conocer a Dios y no hay mejor forma de hacerlo que sin recibir nada a cambio, sólo el bien que hace su Palabra”.

Jaime Alamar ha transcrito todos los libros durante 20 años en la misma mesa del salón de su domicilio de la capital valenciana. 

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