Alicia Abresch: «Me eduqué a la vez como musulmana e hindú, me ofrecí a ayudar en catequesis, pedí una señal, soñé con la Virgen María y me he bautizado católica»
* «Esa noche soñé con mi propia madre, con quien rara vez sueño, y a su lado estaba María, la Madre de Dios. Y mi madre me dijo: ‘Alicia, te veo y te amo, vas por el camino correcto, aquí es donde tú perteneces’. Ésa fue mi señal y me desperté sollozando y abrumada de alegría y de amor»
A.L.M. / Camino Católico.- En la Vigilia Pascual del 30 de marzo de 2024 en las iglesias de la Arquidiócesis de Washington, unas 1,350 personas, adolescentes y adultas muchas de ellas protestantes, se han hecho católicos en plena comunión con la Iglesia, incluidos los elegidos, aquellos que no han sido bautizados y han recibido los sacramentos de iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Primera Comunión. Alicia Abresch, cuyo itinerario espiritual ha sido accidentado, ha sido una de la catecumenas que ha sido recibida en la Iglesia Católica
La trágica muerte de su madre encaminó a Alicia Abresch hacia el cristianismo y, más tarde, la devota fe católica de su esposo y su familia en el sur de Maryland la inspiró a convertirse en católica y en la Vigilia Pascual en la Iglesia San Juan María Vianney en Prince Frederick, recibió su Primera Comunión junto con su hija Aria, de 8 años.
Alicia se educó en Virginia (EEUU), con una madre hindú, de la India, y un padre persa de origen iraní, musulmán. “Mis padres estaban muy comprometidos con su religión. Me eduqué a la vez como musulmana y como hindú. Eran muy estrictos y tenía que ir a la mezquita o al templo semanalmente”, explica ella al Catholic Standard.
Cuando Alicia tenía 17 años, su madre fue asesinada. Fue una tragedia que conmovió su vida para siempre. “Me sumergí en un viaje de introspección, ya no estaba segura de dónde encajar a Dios o la religión», recuerda.
Estudiando en la Universidad George Mason en Fairfax, Virginia, unos amigos jóvenes la invitaron a sus encuentros de oración en una iglesia protestante no denominacional. “Eso me gustó mucho, comencé a tener fe en Jesús y en Dios”, dice.. Tras la universidad, perseveró en encuentros en otra iglesia protestante en Maryland.
Más adelante se enamoró de Benjamin Abresch, su actual esposo y padre de sus hijos, y se casaron por lo civil en el palacio de justicia de Prince Frederick. Benjamin y su familia eran católicos activos, de la parroquia de San Juan María Vianney en la localidad de Prince Frederick. Alicia ya creía en Cristo, pero ahora, de vez en cuando iba a misa con ellos y aprendía sobre la fe católica”, explica.
Alicia Abresch, que trabaja en recursos humanos para el estado de Maryland, ahora vive con su esposo y sus cuatro hijos en Huntingtown. Cuando fueron llegando los niños -hoy tienen 4, dos niños y dos niñas, entre 8 años y 19 meses-, «mi esposo y su familia fueron muy inflexibles en cuanto a que se bautizaran en la Iglesia Católica y asistieran a catequesis», detalla.
Cuando su hija mayor, Aria, comenzó en 2021 a ir a catequesis en la parroquia de San Juan María Vianney, supo que buscaban una ayudante de catequesis infantil. Así, sin estar siquiera bautizada, Alicia se apuntó como catequista ayudante. «Pensé que esto me ayudaría a aprender junto con mi hija. Ahora llevo tres años haciendo catequesis infantil», dice Alicia Abresch, que tiene su cuenta de Instagram llena de fotos de actividades con niños. Y es verdad que así ella aprendió muchas cosas de la fe.
A partir de cierto momento, se dio cuenta de que sus hijos preguntarían por qué todos en casa eran católicos menos ella, y tampoco había una razón fuerte para no serlo. «Yo quería ser un ejemplo para mis hijos», reconoce.
El 25 de febrero acudió a Washington para la ceremonia de Ritos de Elección con el cardenal Wilton Gregory, arzobispo de la diócesis. Llegó con antes de la hora señalada y aprovechó para visitar las capillas marianas de la basílica, encendiendo una vela en cada una. “Al encenderla, pedí una señal, un sentimiento o algo que realmente confirmara que estaba en el camino correcto y que aquí es donde se suponía que debía estar”, dijo. «Mientras encendía la vela, pensé: ‘De acuerdo, María, este es mi último esfuerzo; por favor, ayúdame con esto, ¿vale?».
Alicia Abresch cuenta que tuvo respuesta: «Esa noche soñé con mi propia madre, con quien rara vez sueño, y a su lado estaba María, la Madre de Dios. Y mi madre me dijo: ‘Alicia, te veo y te amo, vas por el camino correcto, aquí es donde tú perteneces’. Ésa fue mi señal y me desperté sollozando y abrumada de alegría y de amor».
Tras finalizar el catecumenado adecuado, Alicia Abresch recibió los sacramentos del Bautismo, la Confirmación y la Sagrada Comunión en la Vigilia Pascual de 2024 en su parroquia. Con ella, su hija de 8 años, que también tomó su primera comunión.
Ahora, su siguiente gran hito es la boda católica, tras diez años juntos. «Esperamos tener una boda católica, renovar nuestros votos y, por lo tanto, poder recibir el sacramento del matrimonio», explica. Como católica, dice que le gustaría ayudar a otros a acercarse a la fe, en parte por venir de otras religiones, y en parte por la experiencia de haber perdido a su madre en un crimen. Quiere ayudar a otros desde la parroquia. «Creo que como alguien en el extremo opuesto de ese espectro mientras crecía, viendo donde estoy ahora, espero poder ayudar a otros sea cual sea su viaje», dice.
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