El Papa Francisco denuncia en una carta la pasividad ante la persecución de los cristianos en Irak

“A su vez pueda la opinión pública mundial estar siempre más atenta, sensible y participe ante las persecuciones contra los cristianos y en general, contra las minorías religiosas. Renuevo el llamado a la Comunidad Internacional para que no asista muda e inerte ante estos inaceptables crímenes, que constituyen una preocupante disminución de los derechos humanos más esenciales e impiden la riqueza de la convivencia entre los pueblos, las culturas y los credos”

7 de agosto de 2015.- (13 TV / Radio Vaticano Camino Católico) Hace un año cientos de miles de cristianos iraquíes se vieron obligados a dejarlo todo por la llegada del Estado Islámico. Miles llegaron el 8 de agosto de 2014 a Jordania buscando refugio. Comenzó uno de los capítulos más negros de la historia de Irak que, por desgracia, sigue abierto.

El Papa Francisco ha enviado una carta de apoyo al Vicario Patriarcal en Jordania, el arzobispo Maroun Lahham. El presidente de la Conferencia Episcopal Italiana,monseñor Nunzio Galantino está en Jordania para visitar el lugar donde se han establecido miles de refugiados desde el año pasado.

En su carta, el Papa da las gracias a todas las personas que han acogido a estos refugiados, que han perdido todo y han sido humillados por el único hecho de ser cristianos, denuncia Francisco:

“Muchas veces he querido alzar la voz ante las atroces, deshumanas e inexplicables persecuciones de quienes en muchas partes del mundo, y sobre todo entre los cristianos son víctimas del fanatismo y de la intolerancia, muchas veces ante los ojos y el silencio de todos.

Son los mártires de hoy humillados y discriminados por su fidelidad al Evangelio. Mi llamado, quiere ser un signo de una Iglesia que no se olvida y no abandona a sus hijos exiliados por motivo de su fe: sabemos que una oración diaria se eleva por ellos, junto al reconocimiento por el testimonio que nos ofrecen.

Mi pensamiento se dirige también a las Comunidades que han sabido hacerse cargo de estos hermanos, evitando dirigir sus miradas a otros lugares. Ustedes anuncian la resurrección de Cristo al compartir el dolor y la ayuda solidaria que dan a los centenares de miles de prófugos. El Señor los recompense como sólo Él lo puede hacer, con la abundancia de sus dones.”

Francisco hace de nuevo un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe y ayude a estas minorías religiosas. También denuncia el silencio de aquellos que son testigos de esta persecución y no hacen nada para detenerla o ayudar a las víctimas:

“A su vez pueda la opinión pública mundial estar siempre más atenta, sensible y participe ante las persecuciones contra los cristianos y en general, contra las minorías religiosas. Renuevo el llamado a la Comunidad Internacional para que no asista muda e inerte ante estos inaceptables crímenes, que constituyen una preocupante disminución de los derechos humanos más esenciales e impiden la riqueza de la convivencia entre los pueblos, las culturas y los credos”.

La carta concluye con el pedido del Papa Francisco de rezar por él, y al mismo tiempo, les encomienda a la materna protección de la Virgen María.

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