Gabriel Romanelli, párroco en Gaza: «Que frenen, por piedad. La gente tiene mucho miedo, no hay lugar seguro: ¿Ir a dónde? ¿Cómo evacuamos a los discapacitados?»        

*  «Hace falta invocar a todos —además de evidentemente a Dios— para que toque los corazones, las voluntades de aquellos que tienen decisión política y decisión militar, y que verdaderamente se frene esto. Cada víctima de cada nación, de cada pueblo, es verdaderamente a considerar. En este momento se están sumando cientos y cientos, y si va a haber una avanzada terrestre, uno puede llegar a imaginarse la masacre que puede llegar a ser» 

Camino Católico.-  El único párroco católico en Gaza, el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, del Instituto del Verbo Encarnado, dialoga con EWTN Noticias sobre la situación actual en la región, suscitada por el ataque del grupo terrorista Hamás y la contraofensiva del ejército israelí, que ha desencadenado un estado de guerra.

Las autoridades israelíes han dado la orden de desocupar el norte Gaza, pidiendo que toda la población —más de un millón de personas— se desplace hacia el sur, lo que acentuó la desesperación en los habitantes.

“La situación es terrible, porque hasta ahora siguen con la orden de que se vayan, pero la gente misma dice: ‘¿Ir a dónde? ¿Y cómo?’”, indica el P. Romanelli. “La mayor parte de la gente ni siquiera tiene vehículo, no tienen posibilidades de irse”.

En esa línea, plantea: “¿Qué hacemos para evacuar a los niños discapacitados, que siempre han vivido ahí con las hermanas de la Madre Teresa; con los ancianos y los jóvenes discapacitados que están postrados?”.

En la parroquia, detalla, hasta ayer había 700 personas, y con las hermanitas de la Madre Teresa hay 54 niños discapacitados y personas adultas en la misma condición.

El P. Romanelli se encuentra actualmente en Belén, donde estaba de paso cuando comenzó el conflicto. “Ahora nadie puede entrar ni salir”, señala. En la parroquia se están encargando de las necesidades las hermanas del Verbo Encarnado y el P. Iusuf Asaad, su compañero de misión.

La gente “tiene muchísimo miedo”, expone el sacerdote, porque “no hay lugar seguro”. Y aunque siempre se ha respetado a la Iglesia, “hoy pareciera que la amenaza también cae sobre estos oasis de paz que han sido siempre los lugares de la Iglesia”, lamenta.

“Las personas están durmiendo en el piso, cubriéndose con lo que sea: Les tenemos que dar agua, comida”, enumera. “Pero lo que urge hoy, porque el ultimátum del ejército israelí vence en la madrugada, en esta noche, el llamado más grande es que frenen, por piedad, que frenen”, suplica.

Esto, aclara el párroco, “no quiere decir que uno no condene; uno condena todos los actos de terror, todos los actos injustos”. Por ese motivo, llamó a tener en cuenta que “en estos días de bombardeo en Gaza han muerto más de 1.500 personas, mayormente civiles”, entre ellos más de 400 niños. “Para mí la vida de un niño israelí vale como la vida de un niño palestino”, sostiene.

Independientemente de este conflicto, en Gaza “ya se vive una emergencia”. En el último tiempo, habían concedido unos miles de permisos para trabajar, pero ahora “todo eso está completamente cerrado: nadie puede salir, nadie puede entrar, y no puede entrar tampoco la electricidad, la energía, el agua, alimentos, medicamentos”.

Consultado sobre la población cristiana, el P. Romanelli asegura que es “muy reducida”, con 1.017 personas, de las cuales la mayor parte es de la comunidad griega ortodoxa. En cuanto a los católicos, “la última estimación fue de 135”.

En Medio Oriente, afirma, “el ecumenismo es algo de todos los días”, y para la comunidad la parroquia “es el centro espiritual y también de vida —más que nunca ahora— de los cristianos”.

“Nosotros, desgraciadamente, en una zona de guerra siempre nos preparamos para alguna eventualidad. Pero jamás algo así”, reconoce. Y aunque se preveía algún tipo de conflicto, “es algo que salió de todo molde, es una cosa atroz, pero también es atroz la respuesta que están dando en este momento”.

“Hace falta invocar a todos —además de evidentemente a Dios— para que toque los corazones, las voluntades de aquellos que tienen decisión política y decisión militar, y que verdaderamente se frene esto”.

“Cada víctima de cada nación, de cada pueblo, es verdaderamente a considerar. En este momento se están sumando cientos y cientos, y si va a haber una avanzada terrestre, uno puede llegar a imaginarse la masacre que puede llegar a ser”, lamenta.

La comunidad parroquial ha recibido llamadas del Papa Francisco. La última, señala el párroco, fue hoy, viernes 13 de octubre. “El Papa está muy preocupado, está rezando mucho y haciendo rezar; y haciendo todo lo que esté a su alcance para que, cuanto antes, se frene todo esto”, aseguró. En la última comunicación, el Santo Padre envió “su bendición, su cercanía”.

“Verdaderamente está muy golpeado por toda la situación y pide que se cese toda agresión, que sean liberadas las personas que están privadas de su libertad y que se pueda hacer algo en orden a la paz”.

Finalmente, aunque ve muy difícil que el conflicto cese en el corto plazo, recordó que “nada es imposible para Dios”.

“En este caso, tampoco es imposible, porque depende de la decisión política y militar de pocas personas”, agrega. El “stop” que están rogando, insistió el P. Romanelli, “no sería contra la justicia; todo lo contrario: sería en orden a la paz”.


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