El cantautor Martín Valverde y su esposa Lizzy Watson responden: “¿Cómo mantener a Dios en el matrimonio? El problema más grande es el no poner al Señor en el centro de la familia”

* «Una de las reglas vitales es la verdad.  No puede haber mentiras en ninguna presentación en lo más mínima que sea.  La fidelidad es parte de lo que se ve como pareja, pero no existe en la mentira.  Fidelidad es la verdad.  Saber quiénes somos, cómo llegamos a entender que Dios no es solo un Sagrado Corazón pegado en la pared para que vea la pareja.  Es (como) un tío que estorba: a mí como varón me da lata para tratar bien (a mi esposa), mientras que a ella le toca el corazón. Es más que simplemente rezar juntos, es vivir espiritualmente juntos la fe… Cuando un matrimonio toma le decisión de invitar a Dios a ser el centro de sus vidas, el Espíritu Santo se derramará sobre la pareja y purificará su amor.  Es cierto que nada es perfecto, pero con la fe y el amor de Dios, se pueden sobrellevar y vencer cualquier desafío»

Camino Católico.- “Más valen dos que uno solo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo.  Si uno cae, lo levantara su compañero, pero ¡ay del solo que cae!, que no tiene quien lo levante.” (Eclesiastés 4: 9-11). A lo largo de los años, la Iglesia nos ha enseñado que el matrimonio, además de ser una relación entre un hombre y una mujer, es una alianza con Dios para toda la vida, mutua y exclusiva.  Sin embargo, esta unión no es simplemente un contrato, el crear un matrimonio sano y duradero es más difícil que contraerlo. Actualmente, es más común ver que el pacto común que hicieron los cónyuges se destruya y termine en divorcio.  Retos como los cambios sociales o la presión en el mundo laboral han creado desafíos cada vez mayores tanto en las parejas como en las familias entre sí.

Elizabeth Watson o “Lizzy”, psicóloga especializada en ayudar a parejas con dificultades, junto con su esposo el cantautor Martín Valverde, comparten durante una entrevista con El Pueblo Católico, los desafíos más comunes que enfrentan las parejas de hoy y las claves para superarlos. Para complementar esta entrevista actual realizada por  Rocio Madera en septiembre de 2019, recuperamos el vídeo que fue que fue grabado en el año 2008 por la EWTN, en el que Lizzy y Martín hablan extensamente de su vida matrimonial.

– ¿Cuáles son los verdaderos desafíos que enfrentan los matrimonios de hoy?

Lizzy reconoce que actualmente existe una crisis entre los matrimonios.  Para ella, uno de los mayores desafíos es que las parejas ya no se conocen ni siquiera a sí mismas, por lo que es muy difícil dar un amor que las personas no tienen por sí mismas.

“Yo no puedo amar lo que no conozco.  Si yo busco en ti algo que no eres tú, porque yo creo que debes ser de determinada manera para llenar mis necesidades, entontes no te estoy amando, ni siquiera te conozco. Desde ahí ya comienza mal… actualmente es mucho por lo sensorial, mucho por el sentir, el experimentar, mucho de ya vivir como pareja.  Es como cobrar un cheque sin fondos en la chequeara.  Vivo, pero no me responsabilizo de lo que estoy viviendo, entonces no cuido la relación con cariño, responsabilidad y el cuidado que se le da si de verdad estuviéramos conscientes de la maravilla que estamos construyendo juntos en una relación”, expresa Lizzy refiriéndose a las parejas.

– Además de los problemas personales, ¿qué papel juega Dios en esta “crisis” por la que hoy en día pasan muchas familias?

Lizzy: El problema más grande es el no poner al Señor en el centro de la familia… Personalmente, la fe es algo que mi esposo y yo quisiéramos heredar a nuestros hijos, pero la fe no se hereda, se transmite.  Yo no puedo imponerte conocer a Dios, si no lo has visto en mí.

Para las familias católicas, otro de los mayores desafíos es no llenar de religiosidad la casa porque no se trata de eso.  Ni de objetos religiosos o rituales, sino de espiritualidad.  El reto es no forzar a Dios sino seducirnos mutuamente como dice Oseas 2:14‘la seduciré y la llevaré al desierto’; yo creo que es algo así, como que Dios nos seduce y nos enamora.

– ¿Cómo se construye una relación con Dios?

Lizzy: Así como vamos construyendo la relación de pareja y la relación con cada uno de nuestros hijos de forma personal, asimismo tenemos que construir la relación con Dios, estar ahí para él, para orara, para leer las escrituras, para hablar de cosas que son importantes para nosotros y de escuchar las que él nos quiere decir, que son importantes para Dios que nosotros sepamos.  Otro de los desafíos es el no dejarnos absorber por la gran aspiradora del estrés, y la rutina diaria, sino darnos un tiempo para parar y sentarnos como familia, soñar como familia de qué queremos y a dónde queremos ir, a dónde nos llama Dios, cuáles son los regalos que él nos ha dado como familia y nos hace distintos a otros.

– Martín, ¿cuáles son algunas de las claves para un matrimonio sano y cómo se mantiene esta alianza con Dios?

Martín: Para mí una de las reglas vitales es la verdad.  No puede haber mentiras en ninguna presentación en lo más mínima que sea.  La fidelidad es parte de lo que se ve como pareja, pero no existe en la mentira.  Fidelidad es la verdad.  Saber quiénes somos, cómo llegamos a entender que Dios no es solo un Sagrado Corazón pegado en la pared para que vea la pareja.  Es (como) un tío que estorba: a mí como varón me da lata para tratar bien (a mi esposa), mientras que a ella le toca el corazón.

Es más que simplemente rezar juntos, es vivir espiritualmente juntos la fe.

– ¿Qué deben hacer las parejas en crisis?

Martín: Otra de las cosas vitales para que toda pareja salga adelante es pedir ayuda.  Eso de que ‘a nosotros no nos va a pasar no es cierto.  Y no hablo de psicología simplemente, lo cual pueden hacer, pero también sentarse con un tercero, alguien que les cuente cómo los ve por fuera y que ustedes puedan desahogarse.  El matrimonio es una cosa de dos que se hace uno, pero no es de uno que se queda encerrado en un cajón.  Es algo que sale y hace que cada uno no pierda su personalidad, sino que la desarrolle al máximo.

Buscar asesoría cuando sea necesario, no importa la super capacidad que tengan como pareja. Tomen un retiro de parejas, se van a reír cuando descubran que no son los únicos todólogos en el barrio y que hay más gente metida en la misma historia.

Aunque cada día es más común ver este tipo de problemas que impiden a las parejas disfrutar de un matrimonio sano y feliz, la buena noticia es que cuando un matrimonio toma le decisión de invitar a Dios a ser el centro de sus vidas, el Espíritu Santo se derramará sobre la pareja y purificará su amor.  Es cierto que nada es perfecto, pero con la fe y el amor de Dios, se pueden sobrellevar y vencer cualquier desafío.

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