Jordi Carbonell, líder republicano y agnóstico, se convirtió al catolicismo en 2006 al morir su esposa: “Cada día rezo a Dios, al Dios del amor, con lágrimas en los ojos”

“Pensar que después de la muerte se había acabado todo era incomprensible para mí y esta necesidad de creer en la perdurabilidad después de la muerte hizo que volviera a Dios y a la maravillosa fe cristiana”,explica este filólogo y político catalán

6 de agosto de 2012.- (Forum Libertas / Camino CatólicoJordi Carbonell i de Ballester (Barcelona, 1924)  es un viejo luchador por la democracia. Este político y filólogo catalán participó en iniciativas de la oposición antifranquista, como la Asamblea de Cataluña, e impulsó el movimiento de Nacionalistes d’Esquerra. Desde 1996 hasta julio de 2004 fue presidente de Esquerra Republicana de Catalunya. Licenciado en filología románica por la Universidad de Barcelona, fue profesor de lengua catalana en los Estudios Universitarios Catalanes y en la Universidad Autónoma de Barcelona, de donde lo expulsaron en 1972 por razones políticas. Ha sido catedrático de la Universidad de Cagliari (Cerdeña) y lector de catalán en la Universidad de Liverpool. Miembro fundador de la Sociedad Catalana de Estudios Históricos, filial del Instituto de Estudios Catalanes, dirigió la Gran Enciclopedia Catalana de 1965 a 1971.

En el número de junio de 2012 la Hoja Informativa de la parroquia a la que asiste cada domingo para ir a Misa –Monestir de Sant Pere de les Puel·les- le dedicó una entrevista en la que el líder catalanista explicaba su conversión y los motivos de su retorno a la fe.

“Mi retorno a la fe se produjo en el año 2006 con motivo de la muerte de mi esposa Hortensia. Hasta entonces siempre me había manifestado agnóstico, además de respetuoso: he sido amigo del padre Abat Aureli M. Escarré y tengo una excelente relación con los monjes de Montserrat”, explica Carbonell que agrega: “He vivido sesenta años de matrimonio con mi mujer y la quería profundamente. La muerte de Hortensia fue un golpe muy duro para mí; no me podía resignar a perderla. Pensar que después de la muerte se había acabado todo era incomprensible para mí y esta necesidad de creer en la perdurabilidad después de la muerte hizo que volviera a Dios y a la maravillosa fe cristiana. En esta conversión intervinieron el monje Josep Massot i Muntaner amigo personal desde hace muchos años, y el padre Marcel Capellades, que me acercó al Dios del Amor”.

Cuestionado sobre el hecho de su participación en la Eucaristía en Sant Pere el político responde “Oí decir a mi hermano Josep Maria que, en mis tiempos de agnóstico, siempre había rezado por mi retorno a la fe, que en Sant Pere celebraban unas misas de gran nivel. Entonces un día, hablando con Ricard Pedrals, compañero de facultad y amigo mío desde hace muchos años, me comentó que él iba cada domingo. Y desde el 17 de diciembre del 2006 he ido cada domingo con él y su mujer”.

Finalmente, Carbonell no duda en afirmar que ahora se manifiesta “como un cristiano convencido y firme en mi fe”, un cristiano “que cree en la Iglesia del amor y de la esperanza, y cada día rezo a Dios, al Dios del amor, con lágrimas en los ojos”.

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