Manuel Capetillo pasó de las telenovelas y el toreo a predicar: Se deprimió por el asesinato de un amigo, no encontró respuestas en el esoterismo y se convirtió al catolicismo
“Yo era de esos que decía: ¿para qué confesarnos con un sacerdote si Dios lo sabe todo?; pero cuando el sacerdote me dio la absolución y dijo: ‘Vete y no vuelvas a pecar’, sentí cómo se liberaba mi alma del pecado y mi corazón se llenaba de gozo y paz. Ese día mis ojos se llenaron de lágrimas de felicidad; estaba volviendo a nacer”
23 de enero de 2015.- (Miriam Apolinar / Desde la fe / Camino Católico) El ex actor y torero mexicano, Manuel Capetillo, uno de los artistas más codiciados de las telenovelas de los años 80, ha recorrido México, Estados Unidos y países de Centro y Sudamérica para llevar un mensaje de paz, predicando la palabra de Dios. Haber tocado fondo en una crisis depresiva por el asesinato de un amigo y no encontrar respuestas en el tarot, los horóscopos, el esoterismo y la llamada metafísica, convirtió a Manuel Capetillo al catolicismo.
En entrevista, el actor habló de su amor por la Santísima Virgen María y su devoción por el Santo Rosario, asegurando que es la única arma para estar en gracia con Dios y combatir al enemigo.
“Hace 20 años tuve mi encuentro personal con Jesucristo. Después de tener todo en la vida: fama, dinero, éxito, algo faltaba en mi interior, y solo Dios me lo dio: amor y paz; pero no aquella paz que proviene del hombre, sino del Poder de lo Alto, gracias a Él ahora soy un hombre pleno, dedicado en tiempo completo a propagar su Reino”,expresó.
Capetillo asegura que estar en conexión con el mundo no implica alejarse de Dios; todo lo contrario, requiere despertar cada día con gusto y agradecido por la oportunidad de un nuevo día, ya que “cada persona tiene una misión destinada; la mía era dejar el mundo de la farándula para ser misionero de paz y de justicia”.
El ex actor cuenta que su conversión no fue nada sencilla, pues años atrás hizo uso del esoterismo y las limpias, por lo que tuvo que recurrir varias veces al Sacramento de la Reconciliación. “Yo era de esos que decía: ¿para qué confesarnos con un sacerdote si Dios lo sabe todo?; pero cuando el sacerdote me dio la absolución y dijo: ‘Vete y no vuelvas a pecar’, sentí cómo se liberaba mi alma del pecado y mi corazón se llenaba de gozo y paz. Ese día mis ojos se llenaron de lágrimas de felicidad; estaba volviendo a nacer”, externó.
Esta conversión vino de la mano de la Santísima Virgen María, de quien, en varios momentos de oración y adoración frente a Jesús-Eucaristía, escuché su llamado. “Ella pulió mi corazón y sanó mis heridas –que según ya no tenía–; bajo su enseñanza me puse de rodillas y me entregué a la oración a través del Santo Rosario, el cuál rezo en familia y en todo momento”.
Manuel Capetillo asegura que México y el mundo atraviesan por momentos catastróficos, que atentan contra la familia, la vida humana, la vida sacerdotal y religiosa; por tal motivo, exhorta a hacer cenáculos de oración en cada casa.
“Leer la Palabra de Dios en familia y motivar a nuestros hijos desde pequeños a conocer las riquezas de la Iglesia Católica es nuestro deber como hijos de Dios; rescatar nuestros valores cristianos en este mundo secularizado es obligación de todo católico”, afirmó.