Omareny García no podía tener hijos, oró a Dios y a la Virgen, fue a una misa para «mujeres embarazadas», le bendijeron su vientre y el milagro es su hijo de dos años

* «Primero que nada debemos orar con amor y devoción a nuestro Dios del universo y a la Virgen María, porque con fe todo se puede y ese sueño tan hermoso de ser madres se hará realidad el día menos pensado. Luego, hay que comprometerse a cuidar y velar por el bienestar de esa nueva vida que se teje en el vientre»

Camino Católico.- La Semana por la vida, convocada por la Conferencia Episcopal Venezolana del 20 al 27 de marzo, permitió conocer historias reales guiadas por “la mano de Dios”. Una de estas hermosas experiencias es la de Omareny Carolina García Pernía, de 38 años de edad y educadora en el estado Táchira, Venezuela. Contra todo pronóstico ella quedó embarazada.

El 27 de marzo de 2022, en la iglesia San José, en la ciudad de San Cristóbal, la profesora Omareny presentó a su niño de dos años y tres meses de edad. Lo cuenta Ramón Antonio Pérez en Aleteia.

El sacerdote bendiciendo en la misa a una embarazada / Foto: @DiocesisSC

Arrodillada en el laboratorio agradece a Dios

A pesar de tratamientos médicos, de acupuntura y sus intensos deseos de ser madre, Omareny no podía quedar embarazada. Sus razones eran biológicas: los niveles hormonales reproductivos nunca tuvieron los valores adecuados para concebir.

Sin embargo, ella se aferró a la fe en Dios y la Virgen. Con fervor repetía las oraciones aprendidas desde niña y exponía su realidad. Se puede decir, que la llegada de Juan Josué, ahora con dos años y tres meses de edad, fue gracias a su amor por la vida.

El domingo 31 de marzo de 2019, su amiga Milagros del Valle Peña, del Proyecto Esperanza de la Diócesis de San Cristóbal, la invitó a una misa. Tendría lugar en la iglesia San José de esa ciudad. Allí iban a bendecir los vientres de mujeres embarazadas y de aquellas que, como ella, por diferentes razones todavía no habían podido ser madres.

Omareny fue la última en levantarse y colocarse frente al altar. En sus oraciones ya le había dicho a “Papito Dios” que hiciera su voluntad. También con gran fe había acudido a la Virgen de la Leche y Consolación de Táriba, dice.

“Cuando el sacerdote iba a terminar de impartir la bendición a las mujeres que se levantaron antes que yo, la señora Milagros me dijo: ‘Profesora yo quiero que usted participe‘”, enfatiza. Era el momento de manifestar su fe. Y Dios le hizo el milagro.

“A los pocos días me comencé a sentir extraña: no me quería peinar, la ropa me fastidiaba… Sin embargo, fue el 2 de mayo de 2019 cuando me hice la prueba de embarazo. Efectivamente, había concebido a mi hijo Juan Josué Pulido García”.

Al recibir la noticia del embarazo se arrodilló en el laboratorio donde se hizo los exámenes y agradeció a Dios y la Virgen. “De verdad anhelaba tener a mi hijo”, añade.

Acto seguido llamó a su pareja, Jesús Eduardo Pulido Moreno para que la llevara a la Casa de oración María de Jerusalén. Allí le dijo: “¡Te tengo una noticia, estoy embarazada!”.  Fue un momento especial para los dos. Se abrazaron y dieron gracias a Dios por hacer realidad un sueño anhelado por muchos años.

El 19 de diciembre de 2019, llegó al mundo el niño Juan Josué, para llenar de alegría a sus orgullosos padres.

Mensaje de la profesora Omareny

La profesora Omareny Carolina García Pernía quiere enviar un mensaje de esperanza a las mujeres que como ella quieren ser madres:

“Primero que nada debemos orar con amor y devoción a nuestro Dios del universo y a la Virgen María, porque con fe todo se puede y ese sueño tan hermoso de ser madres se hará realidad el día menos pensado. Luego, hay que comprometerse a cuidar y velar por el bienestar de esa nueva vida que se teje en el vientre”.

Embarazadas durante la misa / Foto:@DiocesisSC

Una semana que bendice los vientres en Venezuela

La alegría de Omareny y muchas mujeres como ella siguen dando motivos a la iglesia. Principalmente para que cada año en la solemnidad de la Anunciación del Señor se celebre la Semana por la Vida en Venezuela. Este año se realizó del 20 al 27 de marzo de 2022, convocado por la CEV.

Desde San Cristóbal, pasando por Caracas y otras capitales regionales de Venezuela, las movilizaciones en favor de la vida –aunque no fueron masivas- dejaron claro que la defensa de los niños por nacer es una realidad. “Custodiar toda la vida” era el lema.

Por esta razón, como todos los años, el padre José Alirio Zambrano, asesor de la pastoral familiar de San Cristóbal, bendijo los vientres de mujeres embarazadas. También los de aquellas que anhelan ser madres. Nuevamente lo hizo en la iglesia donde Omareny rezó en 2019.

“Debemos actuar como el padre misericordioso del Evangelio de hoy, acoger con amor a los hijos porque ellos siempre serán una bendición de Dios”, dice Zambrano desde la Diócesis de San Cristóbal.

“Desde el momento de la fecundación, es nuestro deber como cristianos, además, no sólo se defiende la vida del niño sino también la vida de la madre, su vida física, psíquica, emocional y espiritual”, asegura el sacerdote venezolano.

Semana de la Vida en Venezuela / Foto: Ángela Perdomo

Proyecto esperanza, una manera de decirle sí a la vida

Aracelys Domínguez, del Proyecto Esperanza, programa de la pastoral familiar, explica que esta organización se encarga de defender o rescatar niños del aborto. Lo hacen motivando y apoyando a las mamás para que le digan sí a la vida.

Cuenta que el aborto tiene dos víctimas: el niño que es asesinado en el vientre de su mamá, y la madre que sufrirá los traumas del Síndrome Post Aborto (SPA) con síntomas como tristeza, depresión, culpa, trastornos del sueño, pesadillas, problemas del apetito, llanto frecuente, alteración en sus relaciones interpersonales, entre otros.

Domínguez acotó que el Proyecto Esperanza hace acompañamiento pastoral a quienes padecen el SPA para que superen los traumas, restablezcan su salud y puedan encontrar esperanza y sentido a la vida.


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