Papa Francisco en el Ángelus, 22-12-19: «Que María y José nos ayuden a escuchar a Jesús que viene, y que pide ser acogido en nuestros proyectos y en nuestras elecciones»

* «San José no predica, no habla, pero trata de hacer la voluntad de Dios; y la cumple al estilo del Evangelio y de las Bienaventuranzas: «Dichosos los pobres de corazón, porque el Reino de Dios les pertenece» (Mt 5,3). Y José es pobre porque vive de lo esencial; trabaja, vive del trabajo, es la pobreza típica de aquellos que son conscientes de depender en todo de Dios y en Él depositan toda su confianza. Fue precisamente esta confianza inquebrantable en Dios la que le permitió aceptar una situación humanamente difícil y, en cierto modo, incomprensible. José entiende, en la fe, que el niño engendrado en el vientre de María no es su hijo, sino el Hijo de Dios, y él, José, será su custodio asumiendo completamente su paternidad terrenal. El ejemplo de este hombre amable y sabio nos insta a mirar hacia arriba y ver más allá de lo que vemos. Se trata de recuperar la asombrosa lógica de Dios que, lejos de los pequeños o grandes cálculos, está hecha de apertura hacia nuevos horizontes, hacia Cristo y su Palabra»

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Dentro de tres días será Navidad y mi pensamiento va dirigidos a las familias, en particular a las familias que en estos días festivos se reúnen: los que viven lejos de sus padres que vuelven a casa; a los hermanos que intentan encontrarse de nuevo. Que la Santa Navidad sea para todos una ocasión de fraternidad, de crecimiento en la fe y gestos de solidaridad con los necesitados. Y que San José nos acompañe en este camino hacia la Navidad»

22 de diciembre de 2019.- (Camino Católico).“Que la Virgen María y su casto esposo José nos ayuden a ponernos a la escucha de Jesús que viene, y que pide ser acogido en nuestros proyectos y en nuestras elecciones”. Es el deseo del Papa en este último domingo de Adviento, para que esperemos el Nacimiento del Niño Dios dejándonos guiar por Dios en nuestras vidas, expresado desde el Palacio Apostólico, en su alocución previa al rezo mariano para recordar la figura de José, una figura, como dijo, “aparentemente en segundo plano, pero en cuya actitud está encerrada toda la sabiduría cristiana”.  En el tiempo de Adviento la Liturgia propone a Juan Bautista, a María y a José, “de los tres es el más modesto. Uno que predica, no habla, pero trata de hacer la voluntad de Dios; y la cumple en el estilo del Evangelio y de la Bienaventuranzas: “Dichosos los pobres de corazón, porque el reinado de Dios les pertenece”.

Hablando de José, Francisco ha dicho que es pobre, porque vive de lo  esencial, “es la pobreza típica de aquellos que son conscientes de depender en todo de Dios y en Él depositan toda su confianza”. José un hombre amable y sabio que incluso en un momento difícil, se entrega plenamente a Dios.

La narración evangélica de hoy presenta una situación humanamente vergonzosa y contrastante, señaló el Papa. José y María están comprometidos; no viven aún juntos, pero ella está esperando un bebé por obra de Dios. “José frente a esta sorpresa, naturalmente queda turbado, pero en vez de reaccionar en manera impulsiva y punitiva, busca una solución que respete la dignidad y la integridad de su amada María”.

Por consiguiente, como refiere el Evangelio «José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto». José, sabía bien que, si hubiera denunciado a su prometida, la habría expuesto a graves consecuencias, incluida la muerte. Pero como dijo el Pontífice, él tiene plena confianza en María, que ha escogido como su esposa. Ante este momento difícil en el que debe tomar la decisión de alejarse de Ella sin hacer escándalo, es cuando el Ángel interviene para decirle que la solución que está proyectando no es la que quiere Dios. «José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo».

José confía totalmente en Dios. Precisamente esta confianza inquebrantable en Dios le permitió aceptar «una situación humanamente difícil y, en cierto sentido, incomprensible». José entiende, en la fe, afirma por último Francisco,  que el niño engendrado en el vientre de María no es su hijo, pero es el Hijo de Dios y él, José, será su custodio, asumiendo plenamente su paternidad terrenal.

Y a todos los que se están preparando para pasar la navidad en familia, Francisco les ha deseada que  la Santa Navidad sea una ocasión para todos de fraternidad, crecimiento en la fe y de gestos de solidaridad hacia los necesitados. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En este cuarto y último domingo de Adviento, el Evangelio (cf. Mt 1,18-24) nos guía hacia la Navidad a través de la experiencia de José, de San José, una figura aparentemente en segundo plano, pero en cuya actitud está encerrada toda la sabiduría cristiana. Él, junto con Juan el Bautista y María, es uno de los personajes que la liturgia nos propone para el tiempo de Adviento; y de los tres es el más modesto. Uno que no predica, que no habla, pero trata de hacer la voluntad de Dios; y la cumple al estilo del Evangelio y de las Bienaventuranzas: «Dichosos los pobres de corazón, porque el Reino de Dios les pertenece» (Mt 5,3). Y José es pobre porque vive de lo esencial; trabaja, vive del trabajo, es la pobreza típica de aquellos que son conscientes de depender en todo de Dios y en Él depositan toda su confianza.

La narración del Evangelio de hoy presenta una situación humanamente vergonzosa y contrastante. José y María están comprometidos; todavía no viven juntos, pero ella está esperando un bebé por obra de Dios. José, ante esta sorpresa, naturalmente queda turbado, pero…. en vez de reaccionar de manera impulsiva y punitiva, como ocurría en esa época con la ley, busca una solución que respete la dignidad y la integridad de su amada María. el Evangelio dice: «José, su esposo, que era un hombre justo y no queriendo ponerla en evidencia, pensó en dejarla en secreto» (v. 19). José, de hecho, sabía bien que si hubiera denunciado a su prometida, la habría expuesto a graves consecuencias, incluida a la muerte. Él tiene plena confianza en María, a quien ha elegido como su esposa, no entiende, pero busca otra solución.

Esta inexplicable circunstancia le lleva a cuestionar su unión. Por eso, con gran sufrimiento, decide alejarse de María sin crear escándalo. Pero el Ángel del Señor interviene para decirle que la solución que está proyectando no es la que quiere Dios, más bien, el señor le abre un camino nuevo, un camino de unión, de amor y de felicidad, y le dice: «José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo» (v. 20).

En este punto, José confía totalmente en Dios, obedece las palabras del Ángel y lleva a María con él. Fue precisamente esta confianza inquebrantable en Dios la que le permitió aceptar una situación humanamente difícil y, en cierto modo, incomprensible. José entiende, en la fe, que el niño engendrado en el vientre de María no es su hijo, sino el Hijo de Dios, y él, José, será su custodio asumiendo completamente su paternidad terrenal. El ejemplo de este hombre amable y sabio nos insta a mirar hacia arriba y ver más allá de lo que vemos. Se trata de recuperar la asombrosa lógica de Dios que, lejos de los pequeños o grandes cálculos, está hecha de apertura hacia nuevos horizontes, hacia Cristo y su Palabra.

Que la Virgen María y su casto esposo José nos ayuden a ponernos a la escucha de Jesús que viene, y que pide ser acogido en nuestros proyectos y en nuestras elecciones.

Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:

Queridos hermanos y hermanas:

Saludo a todos, fieles de Roma y peregrinos de Italia y de varios países.

En particular, saludo a la delegación de ciudadanos italianos que viven en los territorios que están gravemente contaminados y aspiran tener una mejor calidad del ambiente y una justa tutela de la salud.

Dentro de tres días será Navidad y mi pensamiento va dirigidos a las familias, en particular a las familias que en estos días festivos se reúnen: los que viven lejos de sus padres que vuelven a casa; a los hermanos que intentan encontrarse de nuevo. Que la Santa Navidad sea para todos una ocasión de fraternidad, de crecimiento en la fe y gestos de solidaridad con los necesitados. Y que San José nos acompañe en este camino hacia la Navidad.

Les deseo un buen domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y y hasta pronto!

Francisco

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