Papa Francisco en el Ángelus: «El Señor nos llama a ir con Él, a trabajar con Él por el reino de Dios ¡Dejémonos alcanzar por su mirada, de su voz, y sigámoslo!”

“Jesús nos enseña que la Buena Noticia no está reservada a una parte de la humanidad, es para comunicar a todos. Es un feliz anuncio destinado a cuantos lo esperan, pero también a cuantos quizá no esperan nada más y no tienen ni siquiera fuerza para buscar y preguntar”

26 de enero de 2014.- (13 TV /Radio Vaticano Camino Católico) Ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos de numerosos países la Plaza de San Pedro volvió a vestirse de fiesta. En esta ocasión también estuvieron presentes los muchachos de la Acción Católica de la diócesis de Roma, que participaron en la iniciativa llamada “Caravana de la Paz”, junto al Cardenal Vicario del Papa, Agostino Vallini y procedieron, desde el estudio del Santo Padre a la liberar algunas palomas, símbolo de la paz.

El Papa Francisco reflexionó sobre el Evangelio dominical que narra el inicio de la vida pública de Jesús en las ciudades y aldeas de Galilea.Después de rezar a la Madre de Dios, el Papa recordó la celebración de la Jornada Mundial de los enfermos de lepra. Enfermedad que, aun estando en regresión, afecta aún, lamentablemente, a muchas personas que viven en condiciones de grave miseria. El Santo Padre también manifestó su cercanía en la oración a Ucrania, en particular a cuantos han perdido la vida en estos días y a sus familias. Y manifestó su deseo de que se desarrolle un diálogo constructivo entre las instituciones y la sociedad civil para que, evitando todo recurso a acciones violentas, prevalezcan en el corazón de cada uno el espíritu de paz y la búsqueda del bien común.

Al finalizar la oración, un niño y una niña pertenecientes a dos parroquias romanas, desde el apartamento pontificio, han  leído un mensaje en nombre de ACR de Roma y han liberado desde la ventana a dos palomas. En el vídeo se visualiza y escucha toda la meditación y la oración del Ángelus del Papa. El texto completo de la meditación del Santo Padre es el siguiente:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!:

El Evangelio de este domingo cuenta los inicios de la vida pública de Jesús en las ciudades y en los pueblos de Galilea. Su misión no sale de Jerusalén, es decir del centro religioso, social y político, sino de una zona periférica, despreciada por  los judíos más observadores, con motivo de la presencia en esa región de diferentes poblaciones; por esto el profeta Isaías indica como «Galilea de las gentes».

Es una tierra de frontera, una zona de tránsito donde se encuentran personas de diferentes razas, culturas y religiones. Galilea se convierte así en un lugar simbólico de apertura del Evangelio a todos los pueblos. Desde este punto de vista, Galilea se asemeja al mundo de hoy: coexistencia de diversas culturas, necesidad de comparación y de encuentro. También nosotros estamos inmersos cada día en una «Galilea de las gentes», y en este tipo de contexto podemos asustarnos y ceder a la tentación de construir recintos para estar más seguros, más protegidos. Pero Jesús nos enseña que la Buena Noticia no está reservada a una parte de la humanidad, es para comunicar a todos. Es un feliz anuncio destinado a cuantos lo esperan, pero también a cuantos quizá no esperan nada más y no tienen ni siquiera fuerza para buscar y preguntar.

Partiendo de Galilea, Jesús nos enseña que ninguno está excluido de la salvación de Dios, es más, que Dios prefiere partir de la periferia, de los últimos, para alcanzar a todos. Nos enseña un método, su método, que expresa el contenido, es decir la misericordia del Padre. «Cada cristiano y cada comunidad discernirá́ cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar esta llamada. ¿Y cuál es esa llamada? Salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio».  (Esort. ap. Evangelii gaudium, 20).

Jesús comienza su misión no solo desde un lugar descentrado, sino también con hombres que se les diría de «bajo perfil». Para elegir a sus primeros discípulos y futuros apóstoles, no se dirige a las escuelas de los escribas o de los doctores de la Ley, sino a las personas humildes y sencillas, que se preparan con empeño a la llegada del Reino de Dios. Jesús va a llamarles allí donde trabajan, sobre la orilla del lago: son pescadores. Les llama, y ellos le siguen, enseguida. Dejan las redes y van con Él: su vida se convertirá en una aventura extraordinaria y fascinante.

Queridos amigos y amigas, ¡el Señor llama también hoy! El Señor pasa por los caminos de nuestra vida cotidiana; también hoy, aquí, en esta plaza, nos llama a ir con Él, a trabajar con Él por el reino de Dios, en las «Galileas» de nuestro tiempo. (…) ¡Dejémonos alcanzar por su mirada, de su voz, y sigámoslo! «Para que la alegría del Evangelio alcance hasta los confines 

 (A continuación el Santo Padre rezó la oración del ángelus y después dijo:)

Ahora, veis que no estoy solo, estoy en compañía de dos de vosotros que han subido aquí. ¡Son buenos estos dos!

Se celebra hoy la Jornada Mundial de los enfermos de lepra. Esta enfermedad, aún estando en receso, lamentablemente afecta todavía a muchas personas en condiciones de grave miseria. Es importante mantener viva la solidaridad con estos hermanos y hermanas. A ellos aseguramos nuestra oración, y rezamos también por todos aquellos que les asisten y, en diferentes formas, se comprometen a derrotar esta enfermedad.

Estoy cerca con la oración a Ucrania, en particular a cuantos han perdido la vida en estos días y a sus familias. Deseo que se desarrolle un diálogo constructivo entre las instituciones y la sociedad civil y, evitando todo recurso y acción violenta, prevalezcan en el corazón de cada uno ¡el espíritu de la paz y la búsqueda del bien común!

Hoy hay muchos niños en la plaza, muchos. Pero también quiesiera, con ellos, dirigir un pensamiento a Cocò Campolongo que a los tres años ha sido quemado en el coche en Cassano allo Jonio. Esta furia sobre un niño tan pequeño parece no tener precedentes en la historia de la criminalidad. Rezamos con Cocò que seguro está con Jesús en el cielo. Por las personas que han hecho este crimen para que se arrepientan y se conviertan al Señor.

En los próximos días, millones de personas, que viven en Extremo Oriente y repartidos en varias partes del mundo, entre los cuales chinos, coreanos y vietnamitas, celebran el fin de año lunar. A todos ellos les deseo una existencia llena de alegría y de esperanza. El anhelo que no se puede suprimir a la fraternidad, que alberga en su corazón, encuentre en la intimidad de la familia el lugar privilegiado donde pueda ser descubierto, educado y realizado. Será esta una preciosa contribución a la construcción de un mundo más humano, en el que reina la paz.

Ayer, en Nápoles, se ha proclamado beata María Cristina de Savoya, que vivió en la primera mitad del siglo XIX, reina de las dos Sicilias. Mujer de profunda espiritualidad y de gran humildad, supo hacerse cargo de los sufrimientos de su pueblo, convirtiéndose en verdadera madre de los pobres. Su extraordinario ejemplo de caridad testimonia que la vida buena del Evangelio es posible en cualquier ambiente y condición social.

Saludo con afecto a todos vosotros, queridos peregrinos venidos de diferente parroquias de Italia y de otros países, como también a las asociaciones, grupos escolares y otros. En particular, saludo a los estudiantes de Cuenca (España) y las chicas de Panamá. Saludo a los fieles de Caltanissetta, Priolo Gargallo, San Severino Marche y San Giuliano Milanese, y los ex alumnos de la escuela de Minoprio. Quisiera también expresar mi cercanía a la población que ha sufrido inundaciones en Emilia.

¡Me diirijo ahora a los chicos y chicas de Acción Católico de la Diócesis de Roma! Queridos jóvenes, también esto año, acompañados del cardenal vicario, habéis venido numerosos al finalizar vuestra «Caravana de la Paz». ¡Os doy las gracias! ¡Os doy muchas gracias! Escuchamos ahora el mensaje que vuestros amigos aquí junto a mí, nos leerán.

 Y ahora lanzamos las palomas, símbolo de paz.

Les deseo a todos buen domingo y buena comida. ¡Adiós!

Papa Francisco

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