Papa Francisco en el Ángelus: «Nuestra vida no es un videojuego o una telenovela y el objetivo es importante: la salvación eterna»

* «Jesús es la puerta de la salvación. Solamente Él puede transformar mi corazón. Solamente Él puede dar sentido plena a nuestra existencia, donándolos la verdadera alegría. Entrando por la puerta de Jesús, la puerta de la fe y del evangelio, nosotros podremos salir de las actitudes mundanas, de las malas costumbres, de los egoísmos y de cerrarnos en nosotros mismos. Cuando hay un contacto con el amor y la misericordia de Dios hay un cambio auténtico. Y nuestra vida es iluminada por la luz del Espíritu Santo: ¡una luz inextinguible!»

* «Me ha llegado la triste noticia del atentado sanguinario que ayer golpeó a la querida Turquía. Recemos por las víctimas, muertos y heridos y pidamos el don de la paz para todos»

Video completo de las palabras del Papa traducidas al español

21 de agosto de 2016.- (13 TV / Radio Vaticano Camino Católico)  El “camino de la salvación” fue el tema central sobre el que Papa Francisco reflexionó a la hora del Ángelus durante el tercer domingo de agosto. El Santo Padre recordó el pasaje del Evangelio de Lucas donde una persona le pregunta a Jesús si es verdad el hecho de que “pocos se salvarán”, a lo que Él contestó “traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán” (Lc 13, 24). Papa Francisco explicó a los fieles que esa imagen de la “puerta” es una metáfora en la que Jesús mismo es la “puerta” que nos conduce “a la comunión con el Padre”. Y donde no importa el número de personas que se salvarán, sino que importa que se sepa cuál es “el camino que lleva a la salvación”, y será allí donde se encontrará “el amor y la protección”.

Ante los miles de peregrinos que aguantaron con coraje las altas temperaturas de Roma, Francisco aseguró que la “puerta de la misericordia de Dios está siempre abierta de par en par para todos”. Allí encontraremos su abrazo, su perdón y la verdadera alegría. Pero advirtió también que no debemos hacer “discursos académicos sobre la salvación” como “aquel que preguntó a Jesús sobre “cuanto se salvarán”: “tenemos que aprovechar las ocasiones de salvación”, sentenció Francisco. “Nuestra vida no es un videojuego o una telenovela; nuestra vida es seria y el objetivo al que llegar es importante: la salvación eterna”. 

Papa Francisco invitó a todos a pensar en silencio sobre cuales son las cosas que nos impiden pasar la puerta de la salvación. “El Señor nos ofrece muchas ocasiones para pasarla”. Después de la oración del Ángelus, Papa Francisco recordó a las víctimas del“sangriento atentado” ocurrido en Turquía este sábado en el que han muerto decenas de personas. El Papa rezó un Ave María por ellos y pidió“el don de la paz para todos”. En el vídeo superior se escuchan y visualizan las palabras del Santo Padre traducidas al español, cuyo texto completo es el siguiente:

Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!

La página del evangelio de hoy nos exhorta a meditar sobre el tema de la salvación. El evangelista Lucas cuenta que Jesús está en viaje hacia Jerusalén y durante el recorrido se le acerca un tal que le plantea esta pregunta: “¿Señor, son pocos los que se salvan?”.

Jesús no da una respuesta directa, pero desplaza el debate a otro plano, con un lenguaje sugestivo: “Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán”.

Con la imagen de la puerta, Èl quiere hacer entender a quienes le escuchan que no es cuestión de números, no importa saber cuantos se salvan, sino que lo importante es que todos sepan cuál es el camino que conduce a la salvación, a la puerta.

Y tal recorrido prevé que se cruce una puerta. ¿Pero dónde está la puerta, quién es la puerta? Jesús mismo es la puerta. Nos los dice Él en el evangelio de San Juan: ‘Yo soy la puerta’. Él nos conduce a la comunión con el Padre, donde encontramos amor, comprensión y protección. ¿Pero por qué esta puerta es angosta?, nos podemos preguntar.

Es una puerta angosta no porque sea opresora, sino porque pide restringir y contener nuestro orgullo y nuestro miedo, para abrirnos con corazón humilde y confiado a Él, reconociéndonos pecadores, necesitados de su perdón. Por esto es estrecha, para contener nuestro orgullo que nos hincha.

¡La puerta de la Misericordia es Dios, es estrecha pero está siempre, enteramente abierta para todos! Dios no tiene preferencias, sino que recibe siempre a todos sin distinciones. Una puerta estrecha para contener nuestro orgullo y nuestro miedo; una puerta amplia porque Dios recibe a todos sin distinción.

Y la salvación que Él nos da es un flujo incesante de misericordia que derrumba todas las barreras y abre sorprendentes perspectivas de luz y de paz. La puerta es estrecha pero siempre abierta, no se olviden de esto.

Hoy Jesús nos dirige, una vez más, una invitación insistente para ir hacia Él, para atravesar la puerta de la vida plena, reconciliada y feliz. Él nos espera, a cada uno de nosotros, a pesar de cualquier pecado hayamos cometido, para abrazarnos, para ofrecernos su perdón.

Solamente Él puede transformar mi corazón. Solamente Él puede dar sentido plena a nuestra existencia, donándolos la verdadera alegría. Entrando por la puerta de Jesús, la puerta de la fe y del evangelio, nosotros podremos salir de las actitudes mundanas, de las malas costumbres, de los egoísmos y de cerrarnos en nosotros mismos.

Cuando hay un contacto con el amor y la misericordia de Dios hay un cambio auténtico. Y nuestra vida es iluminada por la luz del Espíritu Santo: ¡una luz inextinguible!

Quiero hacerles una propuesta: pensemos ahora en silencio y por algunos instantes en las cosas que tenemos dentro de nosotros y que nos impiden cruzar la puerta: mi orgullo, mi soberbia, mis pecados. Y después pensemos a otra puerta, esa abierta de la misericordia de Dios que de la otra parte nos espera para darnos el perdón.

El Señor nos ofrece muchas ocasiones para salvarnos y entrar a través de la puerta de la salvación. Esta puerta es una ocasión que no debemos desperdiciar: no debemos hacer discursos académicos sobre la salvación, como el del tal que se dirigió a Jesús, sino que debemos aferrar las ocasiones de salvación. Porque en un determinado momento “el patrón de la casa se levantará y cerrará la puerta”, como nos ha recordado el Evangelio.

Pero si Dios es bueno y nos ama, ¿por qué cierra la puerta? Porque nuestra vida no es un videojuego o una telenovela; nuestra vida es seria y el objetivo importante que debemos alcanzar es la salvación eterna.

A la Virgen María, Puerta del Cielo, le pedimos que nos ayude a no perder las ocasiones que el Señor nos ofrece para cruzar la puerta de la fe y así entrar en un camino ancho: es el camino de la salvación, capaz de recibir a todos quienes se dejan abrazar por el amor.

Es el amor que salva, el amor que ya en la tierra es fuente de bienaventuranza de quienes, en la mansedumbre, en la paciencia y en la justicia se olvidan de sí mismos y se dan a los otros, especialmente a los más débiles.

(Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:)

Queridos hermanos y hermanas,

Queridos hermanos y hermanas, me ha llegado la triste noticia del atentado sanguinario que ayer golpeó a la querida Turquía. Recemos por las víctimas, muertos y heridos y pidamos el don de la paz para todos.

Ave María…

Saludo cordialmente a los peregrinos romanos y a los que vienen de varios países, en particular los fieles de Kalisz (Polonia), Gondomar (Portugal). Quiero saludar también de manera particular a los nuevos seminaristas del Pontificio Colegio Norteamericano. ¡Bienvenidos a Roma!

Saludo a la Asociación Santísimo Redentor de Manfredonia, a los motociclistas del Polesine, a los fieles de Delianuova y a los de Verona que vinieron a pié en peregrinación. Saludo a los jóvenes que vinieron para un servicio a los comedores de la Cáritas de Roma.

A todos les deseo un buen domingo. Y por favor no se olviden de rezar por mi. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!

Francisco

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