Videomensaje del Papa para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado: «Que nadie quede excluido de la sociedad»

* «”Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial” (Mt 18,10). No se trata sólo de migrantes: se trata de no excluir a nadie. El mundo actual cada día es más elitista y cada día es más cruel con los excluidos. Los países en vías de desarrollo siguen agotando sus mejores recursos naturales y humanos en beneficio de unos pocos mercados privilegiados. Las guerras afectan sólo a algunas regiones del mundo; sin embargo, la fabricación de armas y su venta se lleva a cabo en otras regiones, que luego no requieren hacerse cargo de los refugiados, no quieren, no lo aceptan esos refugiados que dichos conflictos bélicos generan»

2 de julio de 2019.- (Camino Católico) Se ha hecho público el mensaje en video que el Papa ha realizado en preparación para esta próxima Jornada Mundial que se celebrará el 29 de septiembre, ocasión para la cual eligió el tema de “No se trata sólo de migrantes”. Mediante el tema que el Santo Padre eligió este año – “No se trata sólo de migrantes – Francisco insiste en que nadie debe permanecer excluido de la sociedad, independientemente del tiempo que una persona lleve residiendo en un determinado país. Cabe destacar que este tema y los subtemas forman parte integrante del Mensaje del Santo Padre Francisco para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se hizo público el pasado 7 de mayo. En el video se visualiza y escucha el mensaje del Papa, cuyo texto completo es el siguiente:

«Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial» (Mt 18,10). No se trata sólo de migrantes: se trata de no excluir a nadie. El mundo actual cada día es más elitista y cada día es más cruel con los excluidos. Los países en vías de desarrollo siguen agotando sus mejores recursos naturales y humanos en beneficio de unos pocos mercados privilegiados. Las guerras afectan sólo a algunas regiones del mundo; sin embargo, la fabricación de armas y su venta se lleva a cabo en otras regiones, que luego no requieren hacerse cargo de los refugiados, no quieren, no lo aceptan esos refugiados que dichos conflictos bélicos generan.

Muchas veces se habla de paz pero se venden armas. ¿Podemos hablar de una hipocresía en este lenguaje? Quienes padecen las consecuencias son siempre los pequeños, los pobres, los más vulnerables, a quienes se les impide sentarse a la mesa y se les deja sólo las “migajas” del banquete (cf. Lc 16, 19-21). La Iglesia «en salida […] sabe tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos» (Exhortación apostólica Evangelii gaudium, 24), a los que nosotros mismos estamos excluyendo como sociedad.

El desarrollo exclusivista hace que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres. El auténtico desarrollo es aquel que pretende incluir – es inclusivo – pretende incluir a todos los hombres y mujeres del mundo, promoviendo su crecimiento integral, y preocupándose también por las generaciones futuras. El verdadero desarrollo es inclusivo y fecundo, lanzado hacia el futuro.

Francisco

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