William Sabat, niño de 11 años de Betfagé, se recupera de una parálisis de sus piernas rezando el rosario y a san Charbel: toda su familia ha vuelto a Dios

* Rami Sabat, el padre del pequeño explica que «ha sido una experiencia difícil. Lo que nos ha sucedido nos ha cambiado la vida.  Nos ha devuelto la fe, hemos vuelto a Dios. Y espero que nuestra voz llegue a todos, para que todos sepan que hay algo más allá, que Dios está, que Dios existe, que los milagros existen»

Camino Católico.- William Sabat ahora va en bicicleta, camina, ha vuelto a tener una vida normal. Pero durante dos largos meses ha pasado sus días en una cama de hospital sin poder ni siquiera mover las piernas. Tiene 11 años y es de Betfagé, cerca de Jerusalén. Rami Sabat, padre de William explica que “ha sido una experiencia difícil. Lo que nos ha sucedido nos ha cambiado la vida”. La familia de William en un video del Christian Media Center cuenta como el niño se recuperó repentinamente de una parálisis total de sus piernas rezando el rosario y pidiendo la intercesión del santo maronita Charbel. Los médicos nunca aseguraron a la familia Sabat que William volvería a andar y estuvo dos meses hospitalizado. La  recuperación es considerada “un milagro” no solo por la curación física sino porque ha hecho volver a Dios a toda la familia Sabat.

William Sabat junto a su madre Ioanna Anastasiou Sabat

En febrero William estaba en el colegio y se empezó a sentir mal. Su madre Ioanna Anastasiou Sabat lo fue a buscar y lo llevó al médico: “Debía subir la escalera pero… se cayó. Le pregunté: ‘¿Qué te pasa?’ Él me respondió que no podía caminar. Y el doctor notó que no tenía reflejos en la rodilla. No tenía reflejos de cintura para abajo”.

¿Síndrome de Guillain-Barré o mielitis transversa? Difícil dar un diagnóstilo preciso. En todo caso se trata de algo extraño. Sobre todo, no está claro si William volverá a caminar. Su padre Rami deja el trabajo para estar con él, muchísimas personas vienen a verlo al hospital. William reza con insistencia, especialmente al santo maronita Charbel, como le sugiere un vecino de casa. Hasta que un viernes por la tarde del mes de abril sucede lo que nadie se esperaba.

La familia Sabat

Rami Sabat asegura que “cogí el rosario y se lo di, con la foto del santo, y él comenzó a rezar. Lo tomó entre sus manos, cerró los ojos y, rezando, comenzó a llorar. No podía verlo así… Por lo que salí al balcón a fumar un cigarro. Pasaron algunos minutos, William bajó de la cama, abrió la puerta y me miró. Comencé a temblar… ¿William está en pie? ¿Cómo? ‘Papá —me decía—, alguien me ha levantado, ha bajado mis piernas e inmediatamente he sentido la necesidad de levantarme y caminar. Es el milagro de San Charbel. Sí, camino’”.

William Sabat con sus padres subiendo las escaleras de su casa después de volver a caminar

La rápida curación de William ha dejado sin duda una huella profunda, porque aunque pueda llegar una explicación desde la ciencia, el verdadero milagro para los Sabat es otro según cuenta el padre de familia:

“Nos ha devuelto la fe, hemos vuelto a Dios. Y espero que nuestra voz llegue a todos, para que todos sepan que hay algo más allá, que Dios está, que Dios existe, que los milagros existen”.

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