Un millonario dona la mayoría de su fortuna por una promesa al Niño Jesús cuando era pobre

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albertgubay3313b27f98.jpg* Albert Gubay, magnate número 880 de la lista de la revista Forbes ha donado  1.100 millones de dólares, el 99,9 por ciento de su fortuna

4 de abril de 2010.- El millonario inglés Albert Gubay, de 82 años, donó la mayoría de su fortuna –mil cien millones de dólares–, a una beneficencia, en cumplimiento a una promesa que le hizo al Divino Niño cuando todavía era pobre. Gubay, católico y practicante, vive en la Isla de Man y logró alzar su fortuna con tiendas minoristas de productos de bajo coste.

albertgubay001611001622_display.jpg(El Tiempo / Escuchar la Voz del Señor) Según reseña el sitio web de la revista ‘Forbes’, el inglés Albert Gubay, de 82 años, acaba de donar 1.100 millones de dólares a una beneficencia, monto que, de paso, equivale al 99,9 por ciento de todo su dinero.  Gubay es un empresario minorista quien, según la revista, hizo un pacto divino hace algunas décadas, cuando aún era pobre y  en su Gales natal vendía dulces en tiempos de la postguerra europea (1939-1945)., que consistía en que el Todopoderoso le ayudara con las finanzas y después el emprendedor le devolvería la mitad de su fortuna… o más.

De hecho, tan agradecido quedó este magnate que le devolvió al ‘Divino Niño’ casi todo lo que recibió durante sus años de bonanza y guardó para sí ‘tan solo’ 15 millones de dólares para vivir dignamente los años que le quedan. La entidad de beneficencia a la cual donó su fortuna Gubay, dice ‘Forbes’, transferirá a su vez más o menos la mitad de esa riqueza a proyectos que tienen que ver con la Iglesia Católica.

En la actualidad Gubay, quien practica la fe católica, vive en la Isla de Man, en el Reino Unido. Albert Gubay fue un joven emprendedor que se convirtió en 1965 en fundador de una cadena de tienalbertgubay2e6342b8-a570-72ea-49ae1cc37700854b.jpgdas llamadas «Kwik Saver», de gran popularidad en el Reino Unido y en 1973 vendió el negocio por 28 millones de dólares. Pero entre esa venta y otros negocios, el hombre había ya amasado una fortuna de más de 490 millones de libras esterlinas (más de 500 millones de euros), fortuna nada despreciable.

No contento con el dinero que recibió por su cadena de almacenes, este buen ‘samaritano’ replicó el modelo en Nueva Zelanda, Irlanda y Estados Unidos -con similares resultados- e invirtió las utilidades en finca raíz en el Reino Unido, cuando la tierra allí era barata; poco después se dispararon los precios de la propiedad en la región y la fortuna de Gubay siguió en ascenso.

Después de eso, el magnate incursionó en la industria del bienestar, pues en 1995 fundó la cadena de gimnasios Total Fitness, la que una década más tarde vendió por 154 millones de dólares. Hoy disfruta de su descanso, sin el estrés de tener que hacer más dinero, y con la conciencia tranquila por haber apostado y ganado y por haber prometido y pagado.

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