Joaquin Zuazo: De marxista, cocainómano y pinchadiscos a voluntario con niños en Burundi
*Rezo todos los días: «Que se cumpla tu voluntad y que mi vida sea una oración y una acción de gracias»
9 de octubre de 2009.- La biografía de Joaquín Zuazo refleja un hecho llamativo: fue uno de los organizadores de la boda de los Príncipes de Asturias. Pero su vida fue dando tumbos, de copa en copa, de disco en disco, de raya en raya. Un día de frío helador, sintió que algo cambiaba en él. Abrazó la fe. Ahora vive en Burundi, rodeado de niños a los que acoge, enseña y quiere.
(Nicolás de Cárdenas / ReL) Joaquín Zuazo nació el 12 de julio de 1982. No ha llegado a la treintena, pues. Pero parece que, una broma suya, común hace tiempo, está cumpliéndose: «Si a los treinta años no me he casado, me voy a vivir a África». Y vaya si lo está haciendo. En 2005, vivió una profunda conversión que le llevó de una vida descreída (en la que defendía eso tan manido de que la religión es el opio del pueblo) y llena (o muy vacía) de salidas nocturnas, juergas varias, coqueteos con la cocaína… a entregarse a un puñado de niños en Bujumbura, la capital de Burundi, con la Fundación María Arafasha (María Ayuda). Ahora asegura que «amar como Dios amó es muy difícil», pero tras construir una casa de acogida, ya tiene proyectado un colegio para 700 alumnos.
Su familia no encajó muy bien el golpe al principio, pero ya han visitado Burundi y, según confiesa el propio Joaquín, «conocerlo fue, por un lado, muy tranquilizador para ellos, pero por otro una angustia, porque vieron la realidad». Y es que vivir allí puede resultar un poco peligroso «si no cumples los protocolos de seguridad». Aunque Joaquín asegura que no tiene miedo. En todo caso, confiesa que a su padre «le en canta presumir de su hijo» y no es para menos.
Para saber cómo cambió su vida, cómo abrazó la fe, tendrán que esperar al final de la entrevista. Así, todo encaja mucho mejor.
das lo conozco bien…
«Salí de la cocaína gracias a Dios»
Buscando chicos en las calles
– ¿Cómo es el lugar donde desarrolla su labor?
– ¿Cómo es la familia media allí?
– Todo este cúmulo de cosas desde sus tiempos más rebeldes hasta ahora que vive en la otra punta del mundo rodeado de niños, se lo atribuye a la Virgen de Schoenstatt.
Eran tres días en el Bierzo, en León. Pensaba que era algo tipo Lourdes, con enfermos, y era una misión apostólica pura y dura. Llegué ahí sin conocer a nadie. Mis amigos me dijeron que estaba loco, pero me dije: «Si ya has hecho el camino de Santiago solo ocho días y esto son tres días con un montón de gente… Con la gorra». Allí, con toda la gente, pensé: «Estos están como una regadera, hay que hacer algo con ellos. Esto es lo que sale luego en la tele de un suicidio en masa, que han construido un avión y que han intentado llegar a la luna…».