André Marie Rahbar vivió en Irán entre musulmanes: «Encontré los evangelios y Jesús me dijo: ‘Si tú vives el evangelio tendrás luz en tu interior’ y soy franciscano»

* «Este fue el punto revolucionario de mi vida: quizá el Señor abrió otra ventana ante mí. Pasaron dos años desde aquel primer momento. Y después de dos años, por fin encontré una iglesia. En esa Iglesia hice un camino durante casi siete años para llegar a recibir el Bautismo»

André Marie Rahbar, fraile franciscano, cuenta su camino de 22 años hasta llegar a su vocación explicando su testimonio en la XXI Convención General de la Comunidad Magnificat

A.L.M / Camino Católico.-  André Marie Rahbar es fraile franciscano, pero su camino hasta llegar a su vocación ha sido de 22 años, porque vivía en Irán y era musulmán como la aplastante mayoría de sus ciudadanos: «Hace 22 años conocí a una persona llamada Jesucristo. ¿Dónde? En Irán» asegura en su testimonio en la XXI Convención General de la Comunidad Magnificat, que se ha celebrado en Chianciano Terme,  en la provincia de Siena.

«Nací en una ciudad donde todo el mundo es musulmán. No hay cristianos. Nací en una familia que ni siquiera creía en Dios, eran ateos y, hasta los 13 años, fui un niño que jugaba en la calle, que iba a la escuela y que no se interesaba ni por Dios ni por la religión”, dice André.

Encuentra el Nuevo Testamento en el suelo en la calle

Hacia una vida normal, alejada de Dios, “hasta que un día yendo de camino al colegio, encontré un libro en el suelo. Por curiosidad, cogí este libro en la calle y en él estaba escrito ‘Evangelio de Jesucristo’. Era algo extraño. Pero, ¿quién era Jesús? ¿Qué es el Evangelio? me preguntaba».

Abrió el libro y empezó a leer el Evangelio de Mateo. Aunque al principio parecía una lectura aburrida, la curiosidad por saber quién era ese Jesús fue creciendo en el corazón de este joven: «llegué unas páginas más adelante, a las bienaventuranzas. ‘Bienaventurados los pobres’. Todos sabemos lo que es la pobreza, y también la vemos.  Cuanto más avanzaba, más interesante se volvía este Jesús, porque por primera vez oía que los pobres son bienaventurados, al igual que los tristes”.

A André todavía le impacto más lo que leyó acto seguido en el evangelio de Mateo: “Por primera vez oí decir que hay que rezar por nuestros enemigos. Digo esto porque para vosotros, quizás un poco, es normal porque habéis crecido en una sociedad cristiana. Con nosotros, eso no existe y, por primera vez, he oído decir que recemos por nuestros enemigos o, incluso, ‘Vosotros sois la luz y la sal de la tierra’”.

André Marie Rahbar, a la izquierda de la imagen, juntos a otros frailes franciscanos,

Problemas con su familia: su padre le rompía los evangelios

Devoraba la lectura de los evangelios día y noche, sin parar: ‘¿Sabes? Aún hoy, este libro está prohibido en mi país. Llevar un Evangelio o una Biblia equivale allí a llevar seis kilos de heroína. No sé quién dejó este libro en la calle aquel día. Pero este libro cambió mi vida». A partir de ahí, André descubrió que ese mismo libro había cambiado la vida de muchas otras personas en otras partes del mundo.

Empezó a tener problemas con su familia, porque vieron que su único hijo leía siempre este libro: ‘Al principio me decían que eran cuentos, palabras que tenían 2000 años, diciéndome que no me destrozara el cerebro con esas tonterías. Pero yo no podía, porque había una diferencia: esta persona que encontré en este libro hablaba sobre el amor me hizo sentir… No sé, todavía después de 22 años no puedo explicar lo que sentí. Sólo puedo atestiguar que Jesús estaba cerca de mí, y lo sentí, percibí su presencia», relata Fra André.

Percibía en su corazón que Jesús existía de verdad. Sin embargo, su familia seguía sin entenderlo, hasta el punto de que decidieron llevar a André al psicólogo. Su padre optó por romperle el libro, pero André no se rindió. Con el dinero que le daba su padre cada mañana para ir a la escuela, volvió a buscar el libro por toda la ciudad, hasta que lo compró de nuevo.

Aunque lo había comprado con su propio dinero, el padre del Hermano André no aceptaba la presencia del objeto en la casa. Pero cuanto más lo hacían desaparecer, más lo volvía a comprar el joven André. Y, leyéndolo en el camino de su casa a la escuela, también rezaba mientras miraba al cielo, rezaba a «nuestro Padre que está en los cielos»: «Encontré a Cristo en ese mismo camino. A menudo iba a la biblioteca cercana a mi escuela para leer mi Evangelio, sobre todo en invierno».

De leer a vivir el evangelio hasta bautizarse

André Marie Rahbar es fraile franciscano, después de un camino de transformación que durado 22 años después de su primer encuentro con Cristo

André estaba celoso de aquel libro, que le condujo del miedo a la Luz. Pero no podía mantenerse alejado de aquel libro y, por eso -también porque no siempre podía ir a la biblioteca- decidió escribir y copiar los 27 libros del Nuevo Testamento. Eso fue obra del Espíritu Santo”.

“No era posible llevar siempre conmigo los 30 cuadernos donde copié el nuevo testamento y le pregunté a Jesús que debía hacer y me dijo: ‘Tienes que vivir el evangelio, no tienes solo que leerlo. Si tú vives el evangelio tendrás la luz en tu interior, no en tu bolsillo’. Este fue el punto revolucionario de mi vida: quizá el Señor abrió otra ventana ante mí. Pasaron dos años desde aquel primer momento. Y después de dos años, por fin encontré una iglesia. En esa Iglesia hice un camino durante casi siete años para llegar a recibir el Bautismo», explica el hermano André.

Madura la vocación a fraile franciscano 

Pero fue a partir de ese momento, de esa decisión, cuando se agravaron los problemas, tanto con su familia como con la sociedad en la que vivía. Sin embargo, al cabo de 15 años, el Hermano André recibió la Primera Comunión. Y fue después de todas estas dificultades y presiones, cuando el joven André empezó a preguntarse por qué había persecución contra los cristianos en Oriente. Mientras todo esto sucedía, maduraba en él la semilla de la vocación que el Evangelio había sembrado.

«He visto una luz y esa luz es precisamente el Evangelio de Jesús. Por eso decidí seguir esta luz». Y cuando hizo su primera profesión de fe, André y sus compañeros recibieron también una carta del Papa Francisco: «Entre las cosas que me escribió, la frase que más me impactó fue que el mundo necesita nuestra sonrisa. Yo soy fruto de las oraciones de personas que, como tú, han rezado por mí».


Para entrar en el catálogo y en la tienda pincha en la imagen

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad