Antonio Díaz es de una familia sin fe, pero fue con su novia a misa y «soy parte de la iglesia desde hace dos meses. En los Cursillos de Cristiandad mi vida cambió de forma brutal»

Camino Católico.- Antonio Díaz, Tony para los amigos, es un joven valenciano que tras muchas peripecias viajeras por motivo de trabajo acabó regresando a España y más concretamente a Pinto, una localidad de Madrid. Tony explica a Mater Mundi TV como ha sido su acercamiento a la fe a través de una tardía conversión no por ello menos importante y que le cambió su vida y forma de ver el mundo.

«Me considero parte de la iglesia desde hace prácticamente dos meses, en mi familia nunca se ha vivido la fe a pesar de estar bautizado y haber hecho la comunión», explica.

Anteriormente a su conversión su relación con Dios y la fe era de alguna forma inexistente, Tony asistía a bodas como quien asiste a cualquier otro evento ocioso pero nada le removía por dentro. Sin embargo, gracias a su novia que ya formaba parte de la Iglesia desde hacía tiempo, comenzó a acompañarla a misa en algunas ocasiones.

«A pesar de que mi novia me invitaba a ir a misa yo era un poco reacio, yo siempre he creído en Dios, pero creía a mi manera. Pensaba que para ser buen cristiano con ser buena persona y no hacer daño a nadie, era suficiente».

Gracias a su novia fue conociendo cada vez más la vida de la Iglesia, conoció a sacerdotes que para él era totalmente novedoso. «Para mí un cura era algo muy extraño, alguien con quien no había compartido nunca ninguna palabra, sin embargo me di cuenta que era gente como yo».

Tras comenzar esta nueva etapa de vida en la parroquia con nuevas amistades, estas amistades nuevas y su novia le propusieron apuntarse a los Cursillos de Cristiandad. «Me apunté a los Cursillos de Cristiandad sin ningún tipo de entusiasmo, pero fue un cambio brutal en mi vida, nunca pensé que saldría de ese curso como salí. Me acuerdo que le dije al coordinador del curso que igual se habían equivocado conmigo al estar en este curso, y él me dijo que estuviera tranquilo que había tiempo que ellos estaban seguros que donde tenía que estar es ahí”.