Cinco testimonios de vida que dan respuesta a las 5 preguntas de los jóvenes al Papa en Cuatro Vientos durante la JMJ

* 1ª.- Resulta difícil comprender que Cristo es el salvador de todos los hombres. ¿Quién es realmente Cristo? ¿Vale para todos los hombres, o sólo para los cristianos? 

Beatriz Marugán Hernández:Por eso, cuando preguntan si Dios vale para todos los hombres, afirmo que mi vida estaba totalmente apartada de Él, que no era cristiana y, desde el momento en que abrí mi corazón a Dios, Él entró, me acogió en sus brazos y me consoló

* 2ª.-  Cómo hacer comprender a los pobres que en ellos está Cristo vivo y sufriendo? ¿Cómo decirles que ellos le importan mucho a Dios?

Sor María Luz, Hija de la Caridad: No hay que ir a los pobres más que con mucho amor, y ayudarles para que descubran, saboreen, experimenten y conozcan con qué amor y misericordia y ternura los ama Dios. Lo importante es que se sientan amados por Él”

* 3ª.- Hoy las metas grandes son el dinero, el poder. ¿Qué hacer para no renunciar a mis ideales, a mi fe, sin alejarme de la sociedad, y luchando para ser testigos de Cristo en nuestro mundo? 

Jesús Martínez: “Dios da la gracia para no pasar necesidad, y da la fuerza para que todo funcione y se solucionen los problemas”

* 4ª.- Da la impresión de que la moral cristiana fuese para pocos, o que es muy difícil. ¿Cómo vivir la vocación al matrimonio con fidelidad?

Inés y Fernando, matrimonio: “No estamos solos ante la llamada al amor; contamos con Dios”

* 5ª.- No estoy bautizada, aunque me atrae la persona de Cristo. ¿Qué tengo que hacer, por dónde debo empezar?

 Paul Hitchings: “La Iglesia me ha ayudado a entender mejor quién era yo”

29 de septiembre de 2011.- Cinco jóvenes se acercaron al Papa, durante la Vigilia de Cuatro Vientos para transmitirle sus inquietudes, sus dudas de fe, sus incertidumbres… Benedicto XVI les invitó a mantener «una relación íntima con Cristo» y a «vivir como personas que se saben amadas por Dios». Estos cinco testimonios que ha publicado Alfa y Omega dan respuesta a las preguntas al Papa, y muestran a personas que no se han conformado con menos que Cristo.

1ª.- Beatriz Marugán Hernández: «Dios está ahí para nosotros; nos espera la mayor felicidad que podremos encontrar»

Cristo es el Hijo de Dios, nuestro salvador, quien nos guía y da se ntido a nuestra vida. Esta respuesta, que podría parecer obvia, para mí no lo era años atrás. Mi infancia transcurrió sin ninguna referencia de Dios. No lo conocía, no tenía preguntas y ahora sé que a mi vida le faltaba algo. En mi adolescencia fui encontrando personas creyentes que me planteaban preguntas para las que yo no tenía respuesta.

Sin esperarlo, encontré la fe de la Iglesia, la fe en Dios. Mi madre, el apoyo y sustento de mi vida, falleció en un accidente de tráfico siendo yo muy joven. Con 20 años me hice cargo de mi familia, de mis hermanos. Desolada por el fatal acontecimiento, lo único que me sostenía era la fe: la fe en Dios, saber que mi madre estaba con Él y que me acompañaban en cada momento del día. Sin esa fe no hubiera sido capaz de salir adelante y afrontar todas las dificultades que surgieron a partir del accidente.

Por eso, cuando preguntan si Dios vale para todos los hombres, afirmo que mi vida estaba totalmente apartada de Él, que no era cristiana y, desde el momento en que abrí mi corazón a Dios, Él entró, me acogió en sus brazos y me consoló. Por mi parte, sólo podía responder a un amor tan grande bautizándome para dar respuesta a Dios y estar con Él para siempre.

Por tanto, Dios está ahí para nosotros, sin pensar si hemos estado antes o no. Tenemos que estar abiertos para acogerle en nuestro corazón y en nuestra vida, porque nos espera la mayor felicidad que podremos encontrar: paz y amor; y va a dar sentido a todo.

 

Beatriz Marugán Hernández

 

2ª.- Sor María Luz, Hija de la Caridad: «Si tienes un encuentro personal con Cristo, tienes que darlo a los demás»

No hay que ir a los pobres más que con mucho amor, y ayudarles para que descubran, saboreen, experimenten y conozcan con qué amor y misericordia y ternura los ama Dios. Lo importante es que se sientan amados por Él.

Cristo ha venido a salvar a todos, pero tiene una especial predilección por los pobres. Yo me siento enviada por el Señor y por mis superiores a sanar los corazones rotos, a liberar a los cautivos, a iluminar a los que viven en tinieblas; yo voy a hablarles de Dios. Voy a las cárceles y hablo con los presos; leo con ellos la Biblia, por ejemplo Isaías 43: No temas, eres precioso para mí, yo te amo. Y ellos me dicen: «Pero si soy un miserable…» Y les contesto: «Nada de eso, para Dios tú eres su hijo amado. Dios quiere que tú seas feliz, con Él». Decirles que Dios los ama es la mejor evangelización. Hacemos pequeños grupos para leer la Biblia y rezar el Rosario, porque la fe no se puede vivir solo; hay que vivirla en comunidad.

Me levanto a las cuatro de la mañana para hacer oración y luego ir a las cárceles. San Pablo dice: ¿Cómo van a creer, si nadie se lo anuncia? Por eso, si uno ama a Dios, habla de Él a los demás. El problema es que no conocemos a Dios. ¿Y cómo lo podemos conocer? Pues con la oración y con la Palabra; y también es necesaria la comunidad: la fe que no se comparte, no crece. Si tienes un encuentro con Jesucristo, tienes que darlo a los demás. ¡Muchos mueren tristes y amargados por no conocer a Dios!

Sor María Luz, Hija de la Caridad

3ª.- Jesús Martínez: «Sólo hay una respuesta: Dios»

Fui voluntario en la JMJ, y tenía a mi cargo a otros 3.500 voluntarios internacionales. Para poder desarrollar mi tarea, tuve que renunciar a dos meses de trabajo y a mis vacaciones, y durante la Jornada tuve que pasar las 24 horas del día en el Ifema, acondicionándolo todo, durmiendo un par de horas por las noches, literalmente sin tiempo para comer, adelgazando diez kilos en dos meses…, pero he visto que Dios da la gracia para no pasar necesidad, y da la fuerza para que todo funcione y se solucionen los problemas. Al final, no pude estar casi en ningún acto con el Papa, ni siquiera en el encuentro final de Benedicto XVI con los voluntarios. No he disfrutado de poder estar con el Papa, pero tengo la recompensa de que los voluntarios con los que trabajaba lo han podido vivir. Y si la JMJ hubiera durado seis meses, lo habría hecho igual.

Si no fuera por Dios, nadie se entregaría así. Al volver al trabajo, compañeros, clientes y amigos me preguntaban dónde había estado esas semanas. Al darles la respuesta, les chocaba que hubiera dejado el trabajo para entregarme a Dios y a los demás. Creo incluso que hablarles así, con claridad, es una semilla que dejas en ellos. Darte y entregarte a los demás ya es gratificante de por sí; ¡cuánto más si crees en Dios y sabes que hay algo más, que el Pagador está esperando en el cielo para pagar todas estas renuncias con el ciento por uno, y no sólo en el cielo, sino aquí en la tierra; yo ya me he sentido pagado aquí. Sólo hay una respuesta a todo esto, y se da con una sola palabra: Dios.

Jesús Martínez

4ª.- Inés y Fernando, matrimonio: «Vivir bien el matrimonio, en todos los sentidos, para que llegue a ser una vocación en plenitud»

Un deportista, para llegar a lo más alto, debe entrenarse duro, seguir una dieta sana, dormir determinadas horas al día, ser disciplinado en su planteamiento vital, y así, ejercitando el don que ha recibido, podrá ser el número uno. De la misma forma, los esposos debemos currarnos ese proyecto común, alimentar todos los días el amor, formarnos en las distintas disciplinas que integran el matrimonio, rodearnos de gente que sume, en lugar de restar, y no perder de vista el que no son nuestras fuerzas las que nos sostienen, sino que Dios nos asiste con su gracia.

Los jóvenes de hoy necesitamos entender lo que vivimos, y por eso es imprescindible formarse, además, en moral sexual y matrimonial. Ya no vale hacerlo porque la Iglesia lo dice; ahora toca entenderlo para poder vivirlo. Nuestra experiencia nos enseña que lo que la Iglesia propone nos ha llevado a ser más felices, y nunca nos ha defraudado, porque esta propuesta no habla de un amor con reservas ni a medio gas, sino que ofrece la garantía de un Amor completo tanto en el noviazgo como en el matrimonio.

En nuestro caso, estos 5 años casados hemos procurado estudiar juntos y en profundidad el sentido de nuestra vocación al amor. Buscamos la compañía de matrimonios que viven nuestra misma realidad y que nos ayudan caminando juntos. Nos apoyamos en lecturas recomendadas, películas con trasfondo, cenas con amigos y conversaciones interesantes…, sin alejarnos en ningún momento del mundo que nos rodea y en el cual vivimos.

Vivir bien el matrimonio, en todos los sentidos, para que llegue a ser una vocación en plenitud, no es inalcanzable, ni asunto de unos pocos. Todos estamos llamados a la vocación al Amor, aunque esta llamada tenga su dificultad.

El deportista llega a la cima no sólo por su trabajo diario, sino también por poseer unas cualidades portentosas. Nosotros contamos con un regalazo: los sacramentos y la gracia. No estamos solos ante la llamada al amor, contamos con Dios. Tenemos la certeza de que la vocación al amor puede vivirse con fidelidad y con felicidad.

Inés y Fernando

5ª.- Paul Hitchings: «Ésta es la gran pretensión de Cristo, de Su Iglesia: de ser toda la verdad, de responder a los anhelos constitutivos de nuestro corazón»

Mi vida como cristiano ha consistido en dar crédito a la realidad por encima de mis imágenes, de cómo yo pensaba que tenía que ser la vida. Se ha tratado de verificar la verdad que se me ha ido poniendo delante, sobre todo en la forma de un pueblo cuya vida me han sorprendido por su verdad, certeza, pasión y creatividad, y que me ayudaba a entender mejor quién era yo.

Esto ha supuesto cambios muy concretos en mi vida: la conversión, primero, a la fe evangélica y, después, la católica tras el encuentro con mi mujer, Ana, y amigos suyos del movimiento Comunión y Liberación. Ha supuesto el cambio de país, trabajo y cultura. Son hechos vividos y reales, muchas veces muy dramáticos.

Tenía el miedo antes de perderme a mí mismo adhiriéndome a otra cosa que no fuera yo; a veces lo sigo teniendo. Pero mi experiencia ha sido la contraria: siguiendo, he encontrado un camino fascinante de descubrimiento de quién soy, que ha alcanzado mi propia tradición, tan querida para mí, como inglés. Ésta es la gran pretensión de Cristo, de Su Iglesia: de ser toda la verdad, de responder a los anhelos constitutivos de nuestro corazón. Nos ha regalado la libertad para verificarlo nosotros mismos.

Siguiendo este camino, he sido testigo de hechos sorprendentes que han ido construyendo una historia en mi vida y la de tantos otros. Entre ellos, destaca la Visita del Papa a Inglaterra para la beatificación de Newman, el año pasado: testimonio del poder de la fe para mover al corazón del hombre. Y otra vez, ahora en la JMJ, donde además he tenido el gran y sorprendente privilegio de estar junto al Santo Padre en la Vigilia y hacer la primera pregunta de los jóvenes.

Uno se tiene que preguntar: ¿Es posible que Cristo se interese por mí? La respuesta la da el propio Cristo dando su vida por todos, conmovido por el destino de cada uno. Y tengo que reconocer, agradecido, con Newman, que esta es una experiencia presente, personal y real: «Nuestro Maestro divino nos ha asignado un servicio concreto, confiado de manera única a cada persona: no me ha creado para la nada».

Paul Hitchings

 

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