Claudio Perusini, amigo del Papa Francisco, curado de un accidente cerebrovascular que lo dejó en estado vegetativo, el milagro de Mama Antula, primera santa argentina

El diagnóstico médico fue claro: “Ictus isquémico con infarto hemorrágico en varias zonas, coma profundo, sepsis, shock séptico resistente, con fallo multiorgánico». Claudio Perusini fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos en estado comatoso, el TAC muestra un infarto muy extenso del tronco encefálico. Pronóstico poco auspicioso o muy reservado, con muy pocas posibilidades de volver a la vida normal debido a las lesiones cerebrales irreparables… Un amigo jesuita llevó al hospital una estampita de Mama Antula y empezó a rezarle pidiendo un milagro. Todos los familiares y amigos del curado rezaron pidiendo la intercesión de la Beata María Antonia de San José, comúnmente llamada Madre Antula o Mama Antula. Siete personas que no eran amigos ni familiares también rezaron por la salud del enfermo pidiendo la intercesión de la Beata Madre Antula

Testimonio de Claudio Perusini y su esposa María Laura que cuentan a Aire Digital como sucedió el milagro de “Mama Antula”

A.L.M. / Camino Católico.-  El Papa Francisco ha autorizado al Dicasterio para las Causas de los Santos promulgar el decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión de la Beata María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como «Mama Antula», nacida Argentina en 1730. Tras una reunión mantenida en la tarde de este martes 24 de octubre con el Cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Papa ha dado luz verde a que sea canonizada, por lo que se convertirá en la primera santa nacida en Argentina. La ceremonia de canonización se realizará en la Plaza San Pedro a comienzos del próximo año, según fuentes del Vaticano.

Mama Antula goza de gran devoción en el pueblo argentino

Quería ser sacerdote y fue alumno del Papa Francisco, pero se casó

El milagro de canonización tiene como protagonista a Claudio Perusini, nacido en 1959, cuya historia personal resulta extraordinaria debido a los lazos que lo unen a las personas involucradas. En primer lugar, el protagonista es un ex alumno del Papa Francisco. Y no se trata de un alumno más, ya que con el tiempo pasó a ser un gran amigo de Bergoglio. El primer encuentro entre ambos tuvo lugar en Santa Fe, cuando Perusini acompañó a un sacerdote hasta esa ciudad. Bergoglio, que por entonces era superior de los Jesuitas, los recibió a todos con mucha cordialidad y los invitó a comer a su casa. Perusini guardó de manera imborrable el recuerdo de Bergoglio cocinando para el grupo una tortilla de patatas.

Desde ese momento, Claudio decidió entrar en el Seminario de la Compañía de Jesús. En los primeros años del noviciado, a final de los años setenta, era el cocinero. Él recuerda que todos los sábados y domingos el profesor Bergoglio lo ayudaba a cocinar, esa era una pasión que los unía. Bergoglio era, además, su confesor y director espiritual. Sin embargo, la relación entre los dos no fue fácil: tenían discusiones que llegaban hasta la pelea, con un lenguaje un poco subido de tono. Todo eso ocurría porque Claudio quería ser sacerdote, pero Bergoglio no veía en él los atributos necesarios. De hecho, le decía: “No sos para esto. Tenés que ser feliz. Y acá no lo vas a ser”. Se peleaban porque Perusini insistía y quería seguir adelante. Entonces Bergoglio lo palmeaba y le decía: “Andate. Yo te voy a bautizar a los chicos”. Jorge Bergoglio le marcó el camino y Claudio tomó su propia decisión: se fue a un lugar de la Patagonia, se casó con María Laura y tuvieron dos hijos.

Video en el que Claudio Perusini contaba en 2013 su intensa relación con el Papa Francisco

Ictus isquémico con infarto hemorrágico en varias zonas, coma profundo, sepsis, shock séptico resistente, con fallo multiorgánico

Durante 2017, mientras Claudio se encontraba en Santa Fe por una cuestión familiar, tuvo un accidente cerebrovascular que lo dejó en estado vegetativo. Podía permanecer así el resto de su vida o morir. Para los médicos, no existía una tercera posibilidad.

El diagnóstico médico fue claro: “Ictus isquémico con infarto hemorrágico en varias zonas, coma profundo, sepsis, shock séptico resistente, con fallo multiorgánico». Claudio Perusini fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos en estado comatoso, el TAC muestra un infarto muy extenso del tronco encefálico. Pronóstico poco auspicioso o muy reservado, con muy pocas posibilidades de volver a la vida normal debido a las lesiones cerebrales irreparables.

Pero un amigo jesuita llevó al hospital una estampita de Mama Antula y empezó a rezarle pidiendo un milagro. Todos los familiares y amigos del curado rezaron pidiendo la intercesión de la Beata María Antonia de San José, comúnmente llamada Madre Antula o Mama Antula. Siete personas que no eran amigos ni familiares también rezaron por la salud del enfermo pidiendo la intercesión de la Beata Madre Antula. De repente, su condición se revirtió, y Claudio recuperó todas sus funciones vitales. Esta sanación que no tiene explicación médica ha sido aprobada como un milagro.

El milagro de la curación de Claudio Perusini ocurrió en el hospital de Santa Fe en Argentina. Comparando las conclusiones científicas a las que llegaron los médicos tratantes y la Consulta Médica del 14 de septiembre de 2023, sobre la curación de  Claudio Perusini y de los textos todos que atestiguan la invocación de la Beata María Antonia de San José, la relación entre invocación y curación se hizo clara y evidente.

En un vídeo dirigido el 4 de marzo de 2023 a la Diócesis de Villa Silípica, el pueblo natal de la Beata María Antonia de Paz y Figueroa, el Santo Padre aseguró que su canonización estaba cerca, ya que se estaban “estudiando” dos milagros.

María Antonia de Paz y Figueroa

María Antonia de Paz y Figueroa nació en 1730 en Santiago del Estero, provincia de Tucumán, en Argentina. De familia acomodada, recibió desde su infancia una buena y sana educación religiosa y espiritual, así como una formación cultural, según se deduce de su correspondencia.

Siendo aún joven, pronto entró en contacto con la espiritualidad ignaciana. En 1745 vistió el hábito de «beata» jesuita mediante la emisión de votos privados y, retirada al llamado «Beaterio», comenzó a llevar vida comunitaria junto a otras consagradas. Bajo la dirección del padre jesuita Gaspar Juárez, se dedicó a la educación de los niños, al cuidado de los enfermos y al socorro de los pobres.

En 1767, por orden de Carlos III, los Padres de la Compañía de Jesús fueron expulsados de los territorios de la Corona española, y María Antonia maduró la intención de continuar el apostolado de los ejercicios espirituales, considerado un bien precioso para personas de todos los niveles sociales. Su decisión no fue bien recibida por los miembros de su Comunidad, donde existía un clima hostil hacia la Compañía de Jesús, pero María Antonia, ya con 37 años, perseveró en su intención de seguir organizando cursos de Ejercicios Espirituales. Entre 1768 y 1770, los participantes vivieron el Tiempo de Retiro durante varios días, recibiendo orientación y reflexionando sobre sus vidas. Para este proyecto contó con el pleno consentimiento de su confesor y del Obispo de la ciudad de Santiago del Estero, donde abrió una casa.

María Antonia de San José , Mama Antula (Pintura de Enrique Breccia)

Para ello, viajó a diversos lugares: Santiago del Estero, Silípica, Loreto, Salavina, Soconcho, Atamasqui, etc. Más tarde, también fue a otras provincias como Catamarca, La Rioja, Jujuy, Salta y Tucumán. El Obispo de Tucumán dio su consentimiento a su iniciativa y permitió la difusión de este nuevo impuesto espiritual.

El método seguido por la Mama Antula fue muy sencillo. En efecto, apenas llegaba a una ciudad o pueblo indicado como lugar de Ejercicios, se presentaba inmediatamente ante las distintas autoridades para obtener los permisos pertinentes. Los Cursos de Ejercicios duraban unos 10 días y se celebraban a lo largo de todo el año. Los participantes eran personas de distintas condiciones sociales. Regresó a Buenos Aires en septiembre de 1779, después de un viaje de 1400 km, presentándose al Virrey y al Obispo, para obtener el permiso de organizar los Cursos de Ejercicios. Esperó cerca de un año para conseguirlo, pero le fue negado principalmente por el Virrey, que sentía aversión por todo lo relacionado con la Compañía de Jesús.

Recién al año siguiente, en 1780, comenzaron los retiros en Buenos Aires con increíble éxito. Observando los frutos que esta espiritualidad producía entre los fieles, el Obispo cambió de opinión y la apoyó. Se formaron grupos de unas 200 personas. En cuatro años, más de 15.000 personas participaron en este viaje espiritual.

Entonces, el deseo de «ir donde Dios no era conocido» la llevó a Uruguay, Colonia y Montevideo, donde permaneció tres años. De regreso a Buenos Aires, inició la construcción de lo que hoy es uno de los edificios más antiguos de Buenos Aires, la Santa Casa de Ejercicios Espirituales en la Avenida Independencia número 1190. Peregrinó de puerta en puerta con el fin de recaudar fondos para la construcción de la Casa de Ejercicios. Sus esfuerzos también fueron conocidos en Francia y su epistolario fue traducido posteriormente a varios idiomas.

Después de una vida tan virtuosa, original y fecunda en el apostolado de los ejercicios espirituales y sobre todo ejemplar en la virtud, murió el 7 de marzo de 1799 a la edad de 69 años. Fue enterrada en la Basílica de Nuestra Señora de la Merced de la calle Bartolomé Mitre de Buenos Aires. El 12 de julio de 1799, su cuerpo fue trasladado a la Basílica de Santo Domingo. A su muerte se calcula que entre 70.000 y 80.000 personas se habían beneficiado de la experiencia de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Sus restos mortales descansan hoy en la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Buenos Aires.

El Proceso de Beatificación comenzó en 1905. El milagro que permitió su beatificación fue aprobado el 4 de marzo de 2016. Este consistió en la recuperación inexplicable, en 1904, de la religiosa María Rosa Vanina, de las Hijas del Divino Salvador. La religiosa sufría de una colecistitis aguda con shock séptico, luego de que los médicos pronosticaron una muerte segura.

Gracias a ello, el 26 de agosto de 2016, María Antonia de Paz y Figueroa fue beatificada por el delegado del Papa Francisco y entonces prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Cardenal Angelo Amato.

Claudio Perusini, amigo de Bergoglio, que vivió gracias al milagro de Mama Antula: «Hace meses me llamó el Papa Francisco. Quería verificar cómo me había recuperado»


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