El Papa en la Audiencia, 20-12-2023: «Contemplemos el pesebre, nos centra en lo más importante: la relación con Dios, con los demás y cultivemos un clima de gozo y de paz»

* «El belén es como un pequeño pozo del que extraer la cercanía de  Dios, fuente de esperanza y alegría. El pesebre es como un Evangelio vivo, un Evangelio doméstico. Como el pozo  de la Biblia, es el lugar del encuentro, donde llevamos a Jesús, como hicieron los pastores de Belén y la  gente de Greccio, las expectativas y las preocupaciones de la vida. Llevar a Jesús las expectativas y preocupaciones de la vida. Si, ante el pesebre, confiamos a Jesús  todo lo que nos es querido, también nosotros experimentaremos «una gran alegría» (Mt 2,10). Una alegría que viene de la contemplación, del asombro con el que yo voy a contemplar estos misterios»

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma

* «No olvidemos a los pueblos que sufren el mal de la guerra. Las guerras son siempre una derrota. No olvidemos esto. Una derrota. Sólo los fabricantes de armas ganan. Por favor, pensemos en Palestina, en Israel. Pensemos en Ucrania -el embajador está aquí-, en la Ucrania atormentada que tanto sufre. Y pensemos en los niños en la guerra, las cosas que ven. Vayamos al pesebre y pidamos a Jesús la paz. Él es el príncipe de la paz»

Foto: Vatican Media 20-12-2023

Camino Católico.-  A tan sólo 5 días de la llegada de la Navidad, este miércoles 20 de diciembre de 2023, el Papa Francisco ha dedicado la Audiencia General a reflexionar sobre la alegría de contemplar el pesebre, que nace del asombro y que nos conduce a lo que es “realmente importante”: “Los personajes del belén nos muestran cómo celebrar verdaderamente la Navidad: con sobriedad y alegría evangélica. Contemplemos el pesebre, y eso, hagámoslo en familia, en comunidad, esto nos ayuda a centrarnos en lo más importante de nuestra vida: la relación con Dios, con los demás y con la creación; y así, cultivemos en nuestros ambientes un clima de armonía, de gozo y de paz”

Papa Francisco y Mario Draghi / Foto: Vatican Media 20-12-2023

Desde el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre ha recordado que este año se cumplen 800 años del primer pesebre de la historia, que fue inspirado por San Francisco de Asís en la Navidad de 1223 en Greccio, un pequeño pueblo de Italia. El Pontífice ha afirmado que el santo de Asís no quiso “realizar una preciosa obra de arte, sino suscitar, a través del pesebre, el asombro”. Un asombro o estupor “ante la extrema humildad del Señor, ante las privaciones que sufrió, por amor a nosotros, en la pobre gruta de Belén”.

Foto: Vatican Media 20-12-2023

Al finalizar la catequesis, el Santo Padre ha pedido no olvidarnos de la gente “que sufre el mal de la guerra, las guerras siempre son una derrota, no nos olvidemos. Una derrota, solo ganan los fabricantes de armas.  Por favor pensemos en Palestina, Israel, pensemos en Ucrania, está aquí el embajador. La martirizada Ucrania que sufre tanto, pensemos en los niños y pidamos la paz al Príncipe de la paz”.  En el vídeo superior de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:

Foto: Vatican Media 20-12-2023
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Aula Pablo VI
Miércoles, 20 de diciembre de 2023
Catequesis. El belén de Greccio, escuela de sobriedad y de alegría
Foto: Vatican Media 20-12-2023

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!:

Hace 800 años, en la Navidad 1223, San Francisco realizó en Greccio el belén viviente. Mientras  en las casas y en muchos otros lugares se está preparando o completando el pesebre, nos hace bien  redescubrir sus orígenes. ¿Cuál ha sido la intención de San Francisco? Tomémosla de sus palabras: “Deseo celebrar la  memoria del niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió  por las penurias en que se encontraba por falta de lo necesario para un niño recién nacido, cómo fue  acostado en el pesebre y cómo fue colocado sobre el heno entre el buey y el asno” (TOMMASO DA  CELANO, Vida primera, XXX, 84: FF 468). Francisco no quiere realizar una preciosa obra de arte, sino  suscitar, a través del pesebre, el asombro —pensad en esta palabra— el asombro ante la extrema humildad del Señor, ante las privaciones que  sufrió, por amor a nosotros, en la pobre gruta de Belén. Yo he subrayado una palabra, el “asombro”, esto es importante. Si nosotros cristianos, miramos el pesebre como una cosa bonita, como una cosa histórica, también religiosa y rezamos, esto no es suficiente. Delante al Misterio de la Reencarnación del Verbo, delante del nacimiento de Jesús, se necesita este acercamiento religioso del asombro. Si yo, delante de los misterios no llego a este asombro, mi fe es simplemente superficial, una fe de informática. No olvidéis esto.

Foto: Vatican Media 20-12-2023

Una característica del belén nace como escuela de sobriedad. Y esto tiene mucho que decirnos también a  nosotros. Hoy, en efecto, el riesgo de perder lo que cuenta en la vida es grande y paradójicamente  aumenta precisamente en Navidad: y se cambia el ambiente de Navidad. Inmersos en un consumismo que corroe su sentido, el consumismo de Navidad. Es verdad que si se quiere hacer regalos está bien, es un edmodo, pero ese frenesí de hacer las compras, eso atrae la atención a otro lugar, y no hay esa sobriedad de Navidad. Miraremos el pesebre, ese asombro frente al pesebre. No hay espacio para el asombro, solo para organizar las fiestas y hacer las compras, está bien pero, ¿con qué espíritu lo hago?.

Foto: Vatican Media 20-12-2023

Y el belén nace para reconducirnos a lo que realmente es importante: a Dios, que viene  a habitar entre nosotros, por esto es importante mirar el pesebre, porque nos ayuda a entender lo que cuenta y también a las otras relaciones esenciales, como la familia, presente en Jesús, José y María, y los seres queridos, los pastores.

Las personas antes que las cosas, las  personas antes que las cosas, Muchas veces nosotros ponemos las cosas antes que las personas, y esto no funciona.

Pero el belén de Greccio no sólo  habla de sobriedad, que hace ver, sino también de alegría. Porque la alegría es una cosa diferente que la diversión. Divertirse no es algo malo si se hace por los buenos caminos, es una cosa humana. Pero la alegría es más profunda aún, más humana. A veces surge la tentación de divertirse sin alegría. Divertirse haciendo ruido, pero la alegría no está. Es un poco la figura del payaso, que ríe, ríe, hace reír pero el corazón está triste. La alegría es la raíz de un buen divertimento para Navidad.

Foto: Vatican Media 20-12-2023

Y sobre la caridad, dice la crónica de la época: “¡Y ha llegado el  día de la alegría, el tiempo de la exultación! […] Francisco […] está radiante […]. La gente acude y se  alegra con un gozo que nunca antes había saboreado […]. Todos volvieron a sus casas colmados de  inefable alegría” (Vida primera, XXX, 85-86: FF 469-470). El asombro te conduce a la alegría, a la verdadera alegría. No a la artificial.

Pero, ¿de dónde procede esa extraordinaria  alegría navideña? Ciertamente no de haber traído regalos a casa o de haber vivido suntuosas  celebraciones. No, era la alegría que desborda del corazón cuando se toca con la propia mano la cercanía de Jesús, la ternura de Dios, que no deja solo, sino que con-suela. Cercanía, ternura y compasión, así son las 3 actitudes de Dios. Cercanía, ternura y compasión, y mirando al pesebre, rezando delante del pesebre, podemos sentir estas cosas del Señor que nos ayuda en la vida cada día.

Foto: Vatican Media 20-12-2023

Queridos hermanos y hermanas, el belén es como un pequeño pozo del que extraer la cercanía de  Dios, fuente de esperanza y alegría. El pesebre es como un Evangelio vivo, un Evangelio doméstico. Como el pozo  de la Biblia, es el lugar del encuentro, donde llevamos a Jesús, como hicieron los pastores de Belén y la  gente de Greccio, las expectativas y las preocupaciones de la vida. Llevar a Jesús las expectativas y preocupaciones de la vida. Si, ante el pesebre, confiamos a Jesús  todo lo que nos es querido, también nosotros experimentaremos «una gran alegría» (Mt 2,10). Una alegría que viene de la contemplación, del asombro con el que yo voy a contemplar estos misterios. Vayamos delante del pesebre, que cada uno mire, y deje sentir algo en su corazón. Gracias.

Foto: Vatican Media 20-12-2023

Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:

Foto: Vatican Media 20-12-2023

Queridos hermanos y hermanas:

En esta Navidad de 2023 se cumplen 800 años del pesebre viviente que san Francisco de Asís realizó en la localidad italiana de Greccio. Su intención fue representar la escena del nacimiento de Jesús, pudiendo revivir así, por medio de los sentidos, la sencillez evangélica, la pobreza y la humildad de la Sagrada Familia en la gruta de Belén. Y aquí nacieron los pesebres vivientes.

Foto: Vatican Media 20-12-2023

Durante estos días, cercanos a las fiestas navideñas, podemos correr el riesgo de descuidar lo esencial, distraídos por las numerosas ofertas del consumismo y el bienestar mundano. En este contexto, los personajes del belén nos muestran cómo celebrar verdaderamente la Navidad: con sobriedad y alegría evangélica. Contemplemos el pesebre, y eso, hagámoslo en familia, en comunidad, esto nos ayuda a centrarnos en lo más importante de nuestra vida: la relación con Dios, con los demás y con la creación; y así, cultivemos en nuestros ambientes un clima de armonía, de gozo y de paz.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. En estos últimos días del Adviento, los invito a prepararse para recibir al Niño Jesús con alegría y sencillez de corazón, por medio de la oración, la participación en los sacramentos y las obras de caridad. Que Dios los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.

Foto: Vatican Media 20-12-2023

En otras lenguas el Santo Padre ha manifestado:

Foto: Vatican Media 20-12-2023

Dirijo mi pensamiento a las víctimas y a los heridos causados ​​por el devastador terremoto que azotó el pasado lunes las provincias chinas de Gansu y Qinghai. Estoy cercano con afecto y oración a las poblaciones que sufren, animo a los servicios de socorro e invoco la bendición del Todopoderoso sobre todos, para traer consuelo y alivio en el dolor.

Por último, mi saludo se dirige a los ancianos, a los enfermos, a los recién casados ​​y a los jóvenes, en particular a los estudiantes de San Benedetto del Tronto y de Roccarainola-Tufino. Saludo también al grupo Mediterranea Saving Humans, presente aquí, que se hace a la mar para salvar a los pobres que huyen de la esclavitud en África. Hacen un buen trabajo, salvan a mucha gente.

No olvidemos a los pueblos que sufren el mal de la guerra. Las guerras son siempre una derrota. No olvidemos esto. Una derrota. Sólo los fabricantes de armas ganan. Por favor, pensemos en Palestina, en Israel. Pensemos en Ucrania -el embajador está aquí-, en la Ucrania atormentada que tanto sufre. Y pensemos en los niños en la guerra, las cosas que ven. Vayamos al pesebre y pidamos a Jesús la paz. Él es el príncipe de la paz.

Y para todos ustedes mi bendición.

Francisco


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