Federico Marfil Mur, cura que rescata madres de abortar, cambió al ver «Unplanned»: «En el Gólgota rezando vi el amor del Señor por mí al dar su vida y quise corresponderle»

* «A un joven le sale siempre el espíritu rebelde, bien dirigido y con la gracia de Dios, se puede comer el mundo. Que no se conforme, que no se deje engañar. El cristianismo creó una cultura nueva, no se amoldó a las otras. Hay que ser sal y luz en la tierra… Todos podemos ser héroes y todos estamos llamados a ser santos pero ¡hay que desear serlo!, porque desde la humildad es desde donde nacen las acciones más grandes, sabiendo que es la gracia de Dios la que te mueve»

El testimonio de Federico Marfil Mur en Mater Mundi

Camino Católico.-  Federico Marfil Mur es un joven sacerdote de la diócesis de Barcelona (España) al que ver la película «Unplanned«, cambió el rumbo de su vocación . Cuando estaba en el seminario fue a ver una muestra de lo que es el drama del aborto, que le abriría los ojos para siempre. Con cierto temor, cogió su Rosario y se puso a rezar en la puerta de los abortorios. Poco después, le siguieron decenas de jóvenes.

Federico creció en un entorno familiar católico, viviendo la fe con mucha naturalidad e inocencia: «Me crié en Cornellá y tuve una infancia feliz. Vivía en un ambiente cristiano, aunque, sí es cierto, que mi colegio no era católico, y, yo, era de los pocos que creían en Dios. Algunas veces hablaba de la fe con mis compañeros, incluso llevaba el Rosario cuando había examen. Siempre todo con mucha naturalidad», comenta Federico en su testimonio en un vídeo de Mater Mundi.

Federico Marfil Mur con familiares

De alejarse a un poco de Dios a ir a una Pascua Joven

Se alejó un poco de Dios, pero nunca de forma radical, al entrar en la adolescencia cuenta Federico:

«Me dejé llevar por el mundo, pero, gracias a mis padres, sabía qué era lo correcto, y no dejé de ir a misa. Los placeres mundanos hacían mella en el alma: la diversión, la felicidad aparente… A los 16 años me invitaron a una Pascua Joven y, allí, conocí a 80 jóvenes felices, con una alegría en su interior que yo no tenía.

Me planteé si estaban locos o si había algo detrás realmente. Empecé a integrarme más en estos grupos, a muchos los conocía, pero, nunca les había dado una oportunidad en mi corazón. Fui dando catequesis, y, de forma natural, abandoné el ambiente del mundo, que hasta ese momento se había solapado con el de la fe. Hice Cursillos de Cristiandad, retiros espirituales…”

La llamada a la vocación sacerdotal en el Gólgota

“Y, en un momento dado, fui a una peregrinación a Tierra Santa. Este fue el punto de inflexión. Estaba en el Gólgota rezando, allí no había casi nadie, y sentí que Dios entraba en mi alma. Fue como si me tocaran el hombro, era una paz y un gozo enormes, como que el tiempo se para, entendí en el corazón este amor que ya conocía en la razón. Vi el amor tan grande que había tenido el Señor por mí al dar su vida, y quise corresponderle».

Federico llamó al seminario de Toledo al volver del viaje porque quería distanciarse de su ambiente, para comprobar que su vocación era auténtica: «El primer año fue un noviazgo, luego fue madurando esa vocación. Pasé cinco años, y volví a Barcelona a ordenarme. Pero, justo antes de la ordenación, fui con los compañeros a ver una película que se llama Unplanned, que trata sobre el aborto. En ese momento me vinieron a la cabeza los años en los que había sido un incansable defensor de la vida. Vi que el Señor me quería en acción”.

Este es el tráiler de la película ‘Unplanned’, que reavivó el ánimo provida de Federico

El padre Federico Marfil Mur fue ordenado sacerdote el pasado 27 de febrero de 2022 en la Sagrada Familia de Barcelona. Ahora es vicario de las parroquias de Sant Feliu de Cabrera de Mar y Sant Joan de Vilassar de Mar.

Empieza a rezar ante una clínica

“Busqué en Internet los abortorios que había en Barcelona, y uno estaba justo al lado de la parroquia donde me habían destinado. Un día entré a preguntar y me atendió una mujer, le dije que qué tenía que hacer una amiga si quería abortar. Ella me sacó una lista con todos los tipos de abortos, la metió en un sobre y me la dio con una sonrisa. La miré y, de forma muy inocente, le dije que estaba en contra de todo lo que hacían allí. Ella me empezó a gritar, yo solo le comenté que rezaría por su conversión. Volví a la parroquia, abrí el sobre delante del Sagrario, y le pregunté, durante varios días, al Señor que qué debía hacer”.

Unos días después fue de nuevo al abortorio: “Volví al centro y me puse en la calle a rezar con los brazos en cruz. Salió una de las jefas y me dijo que no podía hacer eso, que iba llamar a la Policía. Vinieron los guardias, me dijeron que si les podía acompañar a su coche, les pregunté lo que ocurría. Me pidieron la documentación, y me dijeron que me cambiara de acera. Que si me iba a la tienda de enfrente, a hacer lo mismo, no pasaría nada y, ellos, incluso se pondrían a mi favor, pero que, delante de la clínica, no podía.

Los días pasaban y yo rezaba en la calle de enfrente. Se me había caído un velo, cada mañana entraban en el centro una media de ocho mujeres. Aquellos días me costaba dormir. Y, entonces, me acordé de cuando estaba en Toledo y había grupos de seminaristas que iban a Madrid a hacer ‘rescates’. Encontré la fundación Más Futuro y llamé para que me ayudaran».

Federico Marfil Mur con un pequeño

Se unen a él más de 30 jóvenes 

Le aconsejaron al joven sacerdote que  no estuviera sin compañía mientras rezaba frente a los abortorios. «En esos días había un retiro y les propuse a los chavales si querían hacer algo. Se apuntaron más de treinta y empezamos, el mismo grupo que había en Madrid de ‘rescatadores’, pero en Barcelona. Nos repartíamos por los abortorios y cubríamos el máximo de días».

Entonces vio lo que Dios había hecho por él y por todos. «Aquello me ha ayudado mucho en mi vocación, fui entendiendo el amor que tiene Dios por nosotros. La palabra ‘redención’ también significa ‘rescate’. Él ha rescatado nuestra vida del pecado. Hasta que no entendí esto, yo no podía dormir, me sentía impotente, quería hacerles entender a las madres a toda costa”.

Federico ha vivido todo tipo de historias de vida que nunca olvidará. «Una vez hablamos con una italiana embarazada de 14 semanas, y comprendió que lo que llevaba dentro era su hijo. Nos dijo que iba a recoger el dinero de la clínica, y nos fuimos a otro centro a hacer una ecografía. Le habían dicho que, como ella ya lo había intentado abortar de pocas semanas, el niño saldría mal. Era todo mentira, le habían timado. Tomamos café con ella, fuimos a la iglesia, y a los pies del Sagrario se deshizo en lágrimas. A los pocos meses nos envió una foto del niño y, después, del bautizo. Le enviamos una biblia de regalo.

Más de 30 jóvenes rezan ante la clinica de abortos con Federico Marfil Mur

Al día siguiente hubo una redada contra nosotros. Empezamos a hablar con los guardias, y le expusimos el caso de la italiana. Nos pidieron perdón, nos dijeron que si alguna vez volvían a llamar del abortorio que estuviéramos tranquilos, que teníamos su apoyo. Las nuevas leyes son solo para meter miedo. La Policía sabe que no hacemos nada malo, que solo le quitamos el negocio a estos campos de exterminio”.

Su trabajo como rescatador le ha ayudado a comprender mejor el sacramento de la confesión. «Muchas de estas mujeres no tenían conciencia. Descubrí por qué, yo, caía siempre en los mismos pecados, y era porque no tenía dolor de ellos. Ahora pido al Señor que me dé la gracia de dolerme de cualquier pecado.

Hay que ayudar a las mujeres, comprenderlas, y no ocultarles la verdad. También nos dirigimos a las que ya han abortado, y muchas lloran y nos dicen que ojalá hubiéramos estado allí antes de haber entrado. Esto nos rompe el alma por dentro, pero nos fortalece más. Muchas de estas personas se han convertido y tienen testimonios provida impresionantes.

A un joven le sale siempre el espíritu rebelde, bien dirigido y con la gracia de Dios, se puede comer el mundo. Que no se conforme, que no se deje engañar. El cristianismo creó una cultura nueva, no se amoldó a las otras. Hay que ser sal y luz en la tierra… Todos podemos ser héroes y todos estamos llamados a ser santos pero ¡hay que desear serlo!, porque desde la humildad es desde donde nacen las acciones más grandes, sabiendo que es la gracia de Dios la que te mueve”, afirma Federico.


Para entrar en el catálogo y en la tienda pincha en la imagen

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad