Florence y Bruno: «La relación con Dios era muy distante, fuimos a Misa, nuestros hijos se hicieron monaguillos, el Señor nos habló y nos pidió que camináramos con Él»

* «Tuvimos problemas de liquidez en la granja, nos sentíamos indefensos.  Y entonces comenzamos a orar. Sentimos como Dios intervenía en nuestra vida. Fue algo contagioso, toda nuestra familia se había convertido en menos de cuatro años. Realmente Dios actúa en nuestra vida, hemos cambiado por completo, la verdadera peregrinación está siendo en este momento. Sigue habiendo momentos difíciles, la crianza no es fácil, pero Dios nos ayuda a afrontar las dificultades, a tener más confianza y a tratar de dejarnos guiar»

Camino Católico.  Florence y Bruno viven en Francia, son dueños de una granja y tienen siete hijos. No provienen de familias católicas muy practicantes y su vida cambió de manera asombrosa un día al cruzar el atrio de la parroquia de su pueblo. Una serie de inexplicables conversiones se fueron sucediendo tal y como explican ellos mismos a Découvrir Dieu.

Bruno y Florence tienen siete hijos y ahora se dejan guiar por Dios ante las dificultades de la vida
«Sentimos que es Dios quien está actuando»

Florence: Mi nombre es Florencia. Estoy casada y tenemos siete hijos.

Bruno: Mi nombre es Bruno, tengo una granja y soy el marido de Florencia. Tenemos ganado vacuno y porcino.

Florence tuvo siempre una relación con Dios muy distante

F: Nosotros no venimos de familias católicas muy ‘practicantes’: No íbamos a misa… estamos bautizados pero nada más. Yo personalmente tuve una infancia muy difícil y la relación con Dios fue siempre muy distante. Pero un día nos invitaron a escuchar misa en nuestro pueblo. Aceptamos ir a la iglesia con los niños. Al mayor, Adrien, que tenía 8 años, el cura le pidió que fuera monaguillo. Él no sabía cómo tenía que hacer. Aquello fue una señal para nuestro hijo: quería volver todos los domingos. El niño empezó a ir solo y realmente le gustaba.

B: El segundo hijo permanecía siempre en la granja conmigo. Algunas veces decidimos que fuera a Misa con el mayor.

F: Lo hacíamos para castigarlo.

B: Lo castigábamos porque tenía un comportamiento más difícil de educar. Se iba a Misa enfadado y volvía feliz.

F: ¡Un día volvió como monaguillo! La parroquia se acababa de llevar a dos monaguillos. Estaba siendo como un contagio: el tercero hizo lo mismo y también pidió ir. Los niños empezaron a hablar mucho con el cura y en un momento llegamos a tener tres monaguillos de la familia. Un día, conversando, el sacerdote descubrió que no estábamos casados y que Dios, para nosotros, quedaba un poco lejos. Y el párroco nos propuso volver a Misa.

Y fue como una descarga eléctrica: dijimos que sí y volvimos a misa para acompañar a nuestros hijos. Y planeamos nuestra boda católica. Tenemos un hijo que está enfermo y nos pidieron que lo lleváramos a una peregrinación.

Bruno

B: Aquel viaje nos conmovió, realmente allí pasó algo distinto. Nos dijimos que debíamos seguir por ese camino que nos estaba ayudando en todas las pruebas de la vida.

F: El Señor nos habló y vimos que teníamos que estar más presentes en la vida de nuestros hijos, que los acompañáramos a misa, y que también nosotros nos pusiéramos en camino junto a Él, que nos ayudaría de verdad. Tuvimos problemas de liquidez en la granja, nos sentíamos indefensos.

Y entonces comenzamos a orar. Sentimos como Dios intervenía en nuestra vida. Fue algo contagioso, toda nuestra familia se había convertido en menos de cuatro años. Realmente Dios actúa en nuestra vida, hemos cambiado por completo, la verdadera peregrinación está siendo en este momento.

B: Sigue habiendo momentos difíciles, la crianza no es fácil, pero Dios nos ayuda a afrontar las dificultades, a tener más confianza y a tratar de dejarnos guiar, incluso para cambiar las técnicas de trabajo… A veces cuesta encontrar la solución adecuada, el socio adecuado… Así que, andamos a tientas ahí, vemos los valores que tienen. Y luego, a veces, tenemos visitas algo sorprendentes. Nos decimos: “¿Quién es esta persona?” Y, al final, nos damos cuenta de que nos ayuda bien, que nos acompaña bien.

F: Sentimos que era Dios el que estaba actuando. Intentamos detectar los signos que hacía en nuestra vida. La oración te permite mantener la calma, estar relajado en las pruebas, no desfallecer, decirte a ti mismo que siempre hay una solución a un problema, que solo es necesario orar.

Florence y Bruno

Vídeo en francés del testimonio de Florence y Bruno


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