Gabi Ramos: «A través de la leucemia destilé los pilares de mi vida: la familia y amigos, el amor y la fe»

* «Empecé a gritar yo también como el leproso: “¡Señor, si quieres puedes curarme!”. Me arrodillé, costándome horrores a causa de la enfermedad, y volví a gritarlo. Evidentemente no pasó nada. Al día siguiente, más calmado, me pregunté cuánta fe tenía ese leproso y cómo era la mía. Vi que mi fe era de “máquina de coca-cola”. Yo quería meter la moneda y que saliera el refresco. Algo hizo clic dentro de mí. A partir de entonces, cada mañana doy gracias por poder despertarme, que ya es un milagro, y le digo: ‘Señor, ¿qué quieres que hagamos hoy juntos por tu misión de amor?’»

Camino Católico.  Gabi Ramos es una persona risueña, feliz Lo que él vive lo transmite y contagia a todos con su presencia y testimonio. Sin embargo, su vida no está al margen del sufrimiento. Esposo y padre de tres hijos, reconoce que «mis tres pasiones son mi familia, viajar y el baloncesto«. La vida se lo regalaba, hasta que el 2 de junio de 2015 todo cambió. «Me diagnosticaron una leucemia mieloide, y de esa vida de ensueño pasé a estar encerrado en una habitación de aislamiento durante semanas. Se abrió ante mí una vida de dolor, sufrimiento e incertidumbre. En esa situación, quedan pocos pilares. Uno de ellos, la fe», cuenta en su testimonio en el programa Ecclesia de 13 TV.

Pero para Gabi no fue fácil agarrarse a ella. «Recuerdo un día. Llevaba catorce encerrado y rezando como siempre, cotidianamente. En la habitación del hospital, pensé dejar de hacerlo, porque le echaba mucho la culpa a Dios. Ese día, el Evangelio contaba la historia del leproso que le dijo a Jesús que si quería, podía curarle, y fue curado.

Gabi Ramos con su esposa Remedios Santana

Aquello me enfadó mucho, porque creía que Dios me estaba tomando el pelo. Quería curarme, de manera inmediata. Empecé a gritar yo también como el leproso: “¡Señor, si quieres puedes curarme!”. Me arrodillé, costándome horrores a causa de la enfermedad, y volví a gritarlo. Evidentemente no pasó nada. Al día siguiente, más calmado, me pregunté cuánta fe tenía ese leproso y cómo era la mía. Vi que mi fe era de “máquina de coca-cola”. Yo quería meter la moneda y que saliera el refresco. Algo hizo clic dentro de mí. A partir de entonces, cada mañana doy gracias por poder despertarme, que ya es un milagro, y le digo: «Señor, ¿qué quieres que hagamos hoy juntos por tu misión de amor?” La leucemia me ha quitado muchas cosas, pero me ha dado otras: una, saber valorar lo que es la vida, esta vida extra que me ha concedido Dios para hacer cosas para Él. El mensaje del Evangelio es muy nítido, y yo me quedo con «ama al hermano como a ti mismo». Ese mensaje tiene que traducirse en una actitud vital, y eso intento cada día», concluye.

En el programa, comparte su testimonio su esposa, Remedios Santana. «Soy consciente de lo que verdaderamente merece la pena en la vida», afirma. También uno de sus ídolos, el jugador del Unicaja basket, campeón de la Copa del Rey 2023, Alberto Díaz, quien ha querido hacer llegar un mensaje de agradecimiento al protagonista en nombre de todo el equipo: «Eres un ejemplo para todos nosotros de constancia, de perseverancia. Hemos aprendido mucho de ti y esperemos seguir este camino juntos«.

Gabi Ramos ha compartido su experiencia con la enfermedad en un blog: curación de Gabi, y también lo hace ahora en un libro: «Y tú, ¿estás curado?», que ha presentado el 13 de abril en el Real Club Mediterráneo de Málaga. Los beneficios van destinados a la Fundación Josep Carreras (www.fcarreras.org) contra la leucemia y a la Fundación Cudeca (www.cudeca.org) de cuidados paliativos de enfermos de cáncer.

Gabi Ramos, catequista: «Enfermé de leucemia y mi oración cambió. Antes hacía peticiones y ahora digo: ‘Señor, gracias por un día más de vida. ¿Qué quieres que haga por ti?’»


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