Juan de Dios Pizarro: «A través del dolor, Dios nos muestra un camino para una vida más buena»

4 de marzo de 2010.-No entiende a esos jóvenes de ahora que ni estudian ni trabajan (la generación nini la llaman). Quizás porque para salir adelante-y salió adelante, vaya si salió- Juan de Dios tuvo que esforzarse más del doble que cualquiera, pues a la economía de recursos en casa de sus padres hay que añadir que nació sin manos ni piernas.
-¡Cómo que no! Pero si la dignidad no está en las manos ni en los pies. Está dentro de nosotros y en la gracia de Dios. -Está contra del aborto, claro. -Es que me llegan a haber matado a mí y matan a mis dos hijos, y a mis cuatro nietos, y a la quinta, que viene en camino. Sobre el tema hice unos versos. ¿Se los recito? -Vamos. -”La cultura de la muerte,/ abortos premeditados,/ libertades peligrosas,/ matrimonios inventados,/ no pueden ser otra cosa/ que un mundo degenerado”. -Con que poeta. -Cuando joven tenía ganas de hacerle un poema a la Virgen, pero no me venía la inspiración. Ahora, en cambio, hasta tengo escrito un poemario. -¿Sobre la Virgen? -Y sobre Dios. -¿Cree que el libro gustará allá arriba? -No soy un gran escritor. Pero lo bueno es que ni Él ni Ella se fijan en los puntos y las comas. -La fe ¿siempre la ha tenido tan viva? -Mis padres nos educaron como cristianos. Pero yo empecé a vivir plenamente como tal a los dieciocho años. -¿Qué pasó? -Que sentí… no sabría explicarle. -Oiga, que es poeta. -Fue como una llamada a cambiar de vida, a vivir en paz y en oración. Como si yo fuera la oveja perdida que siente el silbido del pastor desde lo alto de la montaña. -¿Así se imagina a Cristo, como un pastor bueno? -Es como nos lo presentan las Escrituras. También me lo imagino como el amigo que nunca falla. -¿Ni siquiera cuando uno viene al mundo sin manos ni piernas? -Mi gran pena no fue nacer así, sino no poder consolar a mi madre. Ella sí que pasó tormentos el día de mi nacimiento. A la pobre le preocupaba mi porvenir. –No le ha ido mal. A pesar de todo, ¿alguna vez se ha enfadado con Dios? -No. -¿El sufrimiento como escuela de vida? -A través del dolor, Dios nos muestra un camino para una vida más buena. El sufrimiento nos hace mejores. La prueba es que el Señor cargó con su cruz. -Se lo cree, pero ¿lo entiende? -Las cosas de Dios son tan profundas que nadie puede penetrar en ellas. Quien sabe la de peligros que me habré quitado por nacer como nací. -No se tiene por un renglón torcido de Dios. -Me tengo por un templo vivo de Dios. -¿Qué hay que hacer para serlo? -Estar en gracia y comulgar. -¿Lo hace con frecuencia? -Casi todos los días. Salgo con mi silla de ruedas y en el barrio, donde todos me conocen, me preguntan: “¿qué, a dar un paseo?”. Y yo: “No, a misa”. Pero no lo digo por presumir, sino por dar testimonio. -Belén, su mujer, encantada. -A los vecinos les dice que mejor tenerme en misa que en un bar, emborrachándome. |