Luis, de Cursillos de Cristiandad de Madrid: «A mí lo que me cambió la vida en la JMJ fue tener un encuentro personal con Cristo porque nadie acaricia el corazón como lo hace Él»

*  «Estábamos por la mañana caminando por el campo hacia allí, íbamos hablando, y en esto experimenté un amor inmenso, que me traspasaba el corazón y me llenaba de una alegría que no sabía ni que existía, a la vez también con muchísima paz. No sé explicarlo de otra manera, pero en el corazón tuve la certeza de decir: “Es Jesús”. No sé explicarlo mejor. Desde pequeño me habían explicado la fe y que lo más importante es que Cristo vive y ha resucitado, y de repente no era algo sabido, sino que yo estaba palpando su amor, me sentía conocido hasta las entrañas y profundamente querido»

Camino Católico.- “A mí lo que me cambió la vida en la JMJ de Colonia, la primera en la que estuve,  fue tener un encuentro personal con Cristo. Yo no sabía que esto ocurría, si me hubiesen hablado de ello no sé con qué cara me habría quedado, pero lo cierto es que ocurrió”, explica Luis a Loreto Rios en Omnes. Luis pertenece al equipo que organiza la peregrinación de Madrid de Cursillos de Cristiandad a Lisboa 2023 al encuentro mundial de jóvenes con el Papa Francisco, que se celebra la primera semana de agosto. Cuenta así su testimonio:

1150 jóvenes de Madrid partieron en autocar hacia Lisboa el miércoles 26 de julio / Foto: Begoña Aragoneses
«Yo sé que me he encontrado con el Señor en la JMJ, y, en la medida de lo posible, quiero favorecer que otro se encuentre con Él en Lisboa 2023»

He estado en 3 JMJ. La primera y la que más me marcó fue la de Colonia 2005, en Alemania. Tenía 16 años prácticamente recién cumplidos. Fui a la JMJ porque era cristiano y me parecía una cosa buena poder ir a un encuentro de la Iglesia y escuchar al Papa.

Además, en esa época, de adolescente, tenía muchas dudas en la fe. Yo creía y quería seguir creyendo, pero me afectaba el ambiente, en el colegio y en mi equipo de fútbol, de crítica continua a la Iglesia. Hay otras realidades que no se pueden ni tocar, pero parece que está bien visto que todo el mundo critique a la Iglesia. Todo eso me calaba y me hacía tener dudas.

Quería seguir creyendo porque necesitaba que el amor de Dios fuese real, pero no me valía creer por creer, sino que tenía que ser cierto. Surgió la posibilidad de ir a la JMJ y fui. El primer punto valioso de la JMJ fueron las catequesis de los obispos. Me dejaron muy impresionado porque los obispos, que son tan criticados, nos hablaban del amor de Dios, pero también de lo que es ser hombre y mujer, de la vida, de la alegría,… y descubría que nadie lo había hecho hasta el momento con tanta belleza y profundidad como lo hacían ellos

Pero eso no fue lo más importante. A mí lo que me cambió la vida en esa JMJ fue tener un encuentro personal con Cristo. Yo no sabía que esto ocurría, si me hubiesen hablado de ello no sé con qué cara me habría quedado, pero lo cierto es que ocurrió. No fue un rato de oración, fue hacia el final. Siempre hay un encuentro masivo en una gran explanada con todos los peregrinos juntos, donde por la noche se hace una vigilia de oración con catequesis y exposición del Santísimo, y al día siguiente es la misa final de envío. Durante ese día los peregrinos van llegando al punto de encuentro de la vigilia.

Nosotros estábamos por la mañana caminando por el campo hacia allí, íbamos hablando, y en esto experimenté un amor inmenso, que me traspasaba el corazón y me llenaba de una alegría que no sabía ni que existía, a la vez también con muchísima paz. No sé explicarlo de otra manera, pero en el corazón tuve la certeza de decir: “Es Jesús”. No sé explicarlo mejor. Desde pequeño me habían explicado la fe y que lo más importante es que Cristo vive y ha resucitado, y de repente no era algo sabido, sino que yo estaba palpando su amor, me sentía conocido hasta las entrañas y profundamente querido.

Ya han pasado muchos años de eso y tengo la certeza de que no hay ningún amor, ni lo conozco ni lo voy a conocer, tan profundo y bonito como ese. Nadie acaricia el corazón como lo hace Jesús. Fue esto lo que me cambió la vida para siempre, y fue en la Iglesia donde me encontré a Jesús vivo. Esto es lo que me llevé de mi primera JMJ.

Luego estuve más adelante en Madrid en 2011 y en Río de Janeiro en 2013, y en todas ellas ha sido importante tener encuentros de Iglesia y de oración significativos con el Señor, pero desde luego para mí la más importante fue la primera, la de Colonia.

Así posaban en el interior de uno de los autocares algunos de los 1150 jóvenes de Madrid, que partieron hacia Lisboa el miércoles 26 de julio / Foto: Begoña Aragoneses

– ¿Cuáles son tus expectativas para esta JMJ Lisboa 2023?

– No me quiero hacer expectativas. Después de ese primer encuentro he estado en dos, como he comentado, y las dos han sido muy buenas, pero siempre he ido sin expectativas. He ido a disfrutar esos días y a ayudar en el grupo con el que iba para crear buen ambiente. Yo sé que me he encontrado con el Señor ahí, y, en la medida de lo posible, quiero favorecer que otro se encuentre con Él, aunque eso es tarea Suya.

Hasta ahora siempre había ido con parroquias, pero en esta ocasión estoy en el equipo que ayuda a coordinar el grupo de Cursillos de Cristiandad de Madrid. Llevamos más de 150 personas y también nos hemos juntado con una parroquia, en total vamos a ser casi 200. Así que por un lado voy a ir ayudando en la coordinación, pero también acompañando a la gente que está apuntada. Tengo ganas y una ilusión serena. La palabra no es “expectativa”, sino estar abierto a lo que Dios quiera para mí y para los demás que van.

– ¿Cómo estás preparando esta peregrinación?

– A nivel logístico, dependemos de la Deleju (Delegación de Juventud), que hace de intermediaria entre todos los grupos que vamos con Deleju y la organización propia de la JMJ.

En el equipo de Cursillos las catequesis las hemos preparado en equipo, aunque se asigne a una persona para darla. Aparte de rezar y las catequesis, también habrá ratos distendidos, de pasarlo bien.

Por supuesto, además de la logística y las catequesis, hay toda una labor de ir rezando por la peregrinación. Eso ya lo estamos haciendo desde hace bastante tiempo. En concreto, los del equipo organizador tenemos la lista de los que están apuntados y rezamos individualmente por todas las personas que van y por el equipo también, para que seamos favorecedores del encuentro con Dios y no estorbos.


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