Mineros rescatados en Chile piden al Papa en la Audiencia que celebre misa en la mina y Francisco les dice: “Gracias por tener esperanza en Dios”

* Luís Urzúa: «Yo doy las gracias que es la segunda vez que estoy con un Papa. En 2013 estuve con Benedicto XVI y para mí es un orgullo que él nos haya recibido, nos haya dado la mano”

Richard Villarroel: “Fue una experiencia bonita. Estar al lado del Papa inspira mucha paz, tranquilidad”

16 de octubre de 2015.- (13 TV  / Camino católico)  Han pasado 5 años desde que salieron literalmente de las entrañas de la Tierra… para volver a la vida. Ahora, en un nuevo aniversario de su rescate, ya no suben a la Tierra sino que tocan el cielo. Lo explica Luís Urzúa, uno de los 33 mineros de la mina de San José de Chile que quedaron atrapados, después de poder saludar este pasado miércoles al Papa Francisco en la Audiencia General: «Yo doy las gracias que es la segunda vez que estoy con un Papa. En 2013 estuve con Benedicto XVI y para mí es un orgullo que él nos haya recibido, nos haya dado la mano”. Otro de los mineros, Richard Villarroel asegura que “fue una experiencia bonita. Estar al lado del Papa inspira mucha paz, tranquilidad”.

Pasaron 70 días bajo tierra; las primeras dos semanas angustiados por la falta de alimentos, de aire… y de esperanza. Pero fueron localizados y desde entonces la situación se hizo más llevadera aunque no por ello menos difícil. El Papa Francisco los ha saludado y los ha puesto como ejemplo de personas que luchan, personas con esperanza: «Creo que cualquiera de ustedes sería capaz de venir acá, y decirnos qué significa la esperanza. Gracias por tener esperanza en Dios”.

La gran parte de ellos son personas creyentes y la fe fue un gran salvavidas al que se aferraron. Cada aniversario de su rescate les trae el recuerdo de una etapa que ha marcado por completo sus vidas:

«Pedía harto, rezaba harto (mucho), pedía harto por mi familia, por mi hijo que viniera bien. El principio fue terrible. Nosotros los mecánicos estuvimos a tres metros del primer derrumbe”, relata Richard Villarroel.

Por su parte, Luís Urzúa recuerda que «por 70 días nosotros vivimos bajo tierra, por 70 días nosotros convivimos con la muerte pero también convivimos con la esperanza, con la idea de que podíamos ser rescatados”.

Francisco les entregó un rosario y ellos lo que mejor les representa: un casco minero, aunque no sólo eso, porque le han invitado a visitar la mina de San José donde quedaron atrapados.

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