Muere Kobe Bryant, estrella de la NBA que se acogió a Dios y guiado por un sacerdote fue salvado por su fe y su familia: su fundación ha financiado refugios para jóvenes sin techo
Camino Católico.- El básquet mundial, y el deporte en general, está de luto. Kobe Bryant falleció en un accidente aéreo en un helicóptero privado. Junto a él otras ocho personas, entre ellas su hija Gianna Maria de 13 años. Uno de los jugadores de baloncesto más importantes de todos los tiempos, un hombre tan aplaudido por su descollante talento y competitividad, como querido por sus gestos y declaraciones en todo el mundo, más allá de las fronteras NBA.
Cinco veces campeón de la NBA, top 5 entre los máximos anotadores de todos los tiempos, bicampeón olímpico, Bryant vivió de niño en Italia, acompañando la carrera deportiva de su padre, basquetbolista como él. Hablaba además de su lengua nativa el italiano y el español, y eran un hombre puente entre el básquet NBA y el mundo FIBA, cuyas reglas rigen en el resto del mundo.
Vídeo-memorial testimonio realizado por Aleteia
Kobe Bryant era católico y su fe le ayudó en el momento más oscuro de su vida, como contó en su día Church Pop.
Nacido en 1978 en Filadelfia, Kobe se crió en una familia católica. Cuando tenía seis años, su familia se trasladó a Italia, a un pequeño pueblo a una hora de Roma. Debido a esto, Kobe habla italiano con bastante fluidez. Fue seleccionado en la NBA al salir de la escuela y rápidamente se convirtió en una estrella. En ese entonces las personas especulaban acerca de si él era “el próximo Michael Jordan”.
En 2001, cuando tenía 23 años, se casó con Vanessa Laine (19 años de edad), quien también es católica. La boda se celebró en la Iglesia St. Edward en Dana Point, California. Dos años más tarde, en 2003, nació su primer hijo. Ese mismo año ocurriría algo que cambió su vida para siempre: fue acusado de violar a una mujer en un hotel.
Avergonzado, Kobe admitió de inmediato que había tenido relaciones sexuales con dicha mujer; es decir, cometió adulterio. Sin embargo, negaba que se hubiera tratado de una violación.
Además del grave daño que esto le hizo a su familia, también tuvo enormes consecuencias para su carrera: sus principales patrocinadores lo dejaron, las ventas de su camiseta descendieron dramáticamente, y su reputación en general fue dañada. Un año más tarde, un juez desestimó los cargos de violación en contra de Kobe porque los abogados de la víctima retiraron los cargos y no hubo juicio. La misma mujer presentó una denuncia civil pero Kobe Bryant llegó a un acuerdo con ella.
Las disculpas y todo en las manos de Dios
En medio de esto, él emitió una declaración pública que incluía disculpas a dicha mujer, la familia de ella y su propia familia, y el pueblo de la ciudad de Colorado, donde se había producido el incidente: “Aunque verdaderamente creo que este encuentro entre nosotros fue consensual, reconozco que ella no vio y no ve este incidente de la misma forma en la que yo lo vi. Después de meses de revisar los hallazgos, escuchar a su abogado, e incluso su testimonio en persona, ahora entiendo cómo se siente y que ella no consintió con este encuentro”, dijo el basquetbolista en su disculpa del 2004.
En una entrevista con GQ a principios de 2015, explicó la forma en que se apoyó en su fe católica para salir de esta prueba:
“La pérdida de los respaldos económicos fue realmente lo que menos me importó. ¿Tenía miedo de ir a la cárcel? Sí. Eso me pudo haber costado 25 años de cárcel. Estaba aterrado. Entonces, la única cosa que realmente me ayudó durante ese proceso -soy católico, crecí como católico, mis hijos son católicos – fue hablar con un sacerdote.
En realidad, fue bastante divertido: El sacerdote me miró y dijo: “¿Lo hiciste” Y yo dije “Por supuesto que no”. Luego preguntó: “¿Tienes un buen abogado?” y yo respondí “Oh, sí, él es fenomenal”. Entonces él terminó diciendo “Despreocúpate. Sigue adelante. Dios no te va a poner nada que no puedas manejar y todo está en sus manos ahora. Esto es algo que no puedes controlar. Así que despreocúpate”. Y en ese momento todo cambió”.
Su mujer Vanessa estaba a su lado, dándole la mano, acariciándolo en su vergüenza. El matrimonio Bryant hablaba de su fe sin ocultarla. El mismo Bryant refería a su fe, la de su esposa, la de sus hijas, y aquel sacerdote, como el puntal para superar aquella crisis. Hubo otras, pero las superaron.
De hecho, Kobe y su esposa permanecieron juntos durante algunos años después de las acusaciones, e incluso tuvieron un segundo hijo, pero en 2011 su esposa le pidió el divorcio. Afortunadamente, en 2013 se anunció que se habían reconciliado y suspendieron el divorcio.
“No voy a decir que nuestro matrimonio es perfecto”, dijo Bryant a GQ en 2015. “Aún peleamos, como toda pareja casada. Pero sabes, mi reputación como atleta es que soy extremadamente decidido, y que trabajaré duro. ¿Cómo podría hacer eso en mi vida profesional si no era así en mi vida personal, cuando eso afecta a mis hijas? No tendría ningún sentido”, añadió.
Bryant y su esposa habrían asistido regularmente a una parroquia de Orange County, California.
La fundación familiar para ayudar a los jóvenes sin techo
Además, el basquetbolista había conectado su fe católica con un compromiso familiar de ayudar a los pobres, a través de la Fundación Familiar Kobe & Vanessa Bryant. La fundación ayudó a financiar refugios para jóvenes sin techo, así como otros proyectos dirigidos a servir a los más pobres.
“Tienes que hacer algo que tenga un poco más de peso, un poco más de significado, un poco más de propósito”, dijo en 2012, de acuerdo a Los Angeles Times.
La falta de hogar, dijo, “es algo que se deja de lado porque es fácil culpar a quienes no tienen hogar y decir ‘bien, tú tomaste esa mala decisión. Esto es donde estás. Es tu culpa’”.
“En la vida todos cometemos errores y dar un paso atrás y permitir que alguien viva de esa forma y de alguna manera lavarte las manos… eso no es correcto”, señaló.
El recuerdo y condolencias tras su muerte
A raíz de su muerte, la cantante Cristina Ballestero ha relatado en Instagram un encuentro con Kobe un día entre semana en misa, en la catedral de la Sagrada Familia de Orange. Se sentó detrás de ella y al ir a comulgar lo hizo inmediatamente después: «Quiero contar una historia sobre el momento en que conocí a Kobe Bryant. Estaba sentado en la parte de atrás de la Catedral de la Sagrada Familia en Orange, California, en una misa entre semana. En ese momento me gustaba mucho usar velos y en este día en particular tenía una bufanda que usaba como velo. Justo cuando comienza la misa, veo una gran sombra en mi visión periférica derecha y escucho un crujido fuerte de probablemente un hombre grande. Lo aproveché dos veces para ver ¡era KOBE BRYANT! Simplemente seguí mis oraciones y cantos normales como de costumbre porque él, como todos nosotros, vino a rezar. Gracias a Dios que tenía el velo para poder concentrarme en Jesús, no en este jugador de baloncesto increíblemente talentoso que toda mi familia ha admirado y observado toda nuestra vida. Mientras íbamos a la comunión, él esperó a que yo fuera. Si creciste en la Iglesia Católica, entiendes que esto es algo respetuoso que los hombres hacen en la iglesia como un signo de respeto hacia las mujeres. Dijo que tengo una voz hermosa. Dije gracias y fui a la comunión. @marydallal @mandymissyturkey y un par de amigos más lo vieron parado detrás de mí yendo a recibir a Jesús. Y hablamos de eso después de la misa y enloquecimos juntos. Fue una experiencia genial recibir a Jesús justo antes que él, y también caminar para recibir a Jesús juntos. También fue genial verlo venir a una misa de lunes a viernes. Dijo en su entrevista con GQ cómo un sacerdote católico lo ayudó en el momento difícil que pasó en los medios. También habla sobre cómo su fe es importante. Su rasgo más inspirador fue su decisión de recurrir a su fe en Dios y recibir la misericordia de Dios y ser un mejor hombre después de haberse arrepentido. Él y su esposa hacen un gran trabajo con su fundación. Estoy desconsolada por la noticia de su muerte, junto a su hija Gianna. Mis oraciones están con su familia, amigos y seres queridos. Otorga a él, y a ella, oh Señor el descanso eterno, y deja que la luz perpetua brille sobre ellos. Que descansen en paz, amén. Te amamos Kobe y Gianna».
El arzobispo de Los Ángeles y presidente de la conferencia episcopal estadounidense, José Gómez, expresó a través de un tuit su «tristeza» por la muerte de Kobe: «Rezo por él y por su familia. Descanse en paz, y que la Santísima Virgen María lleve consuelo a sus seres queridos».