Nevenka Astudillo, autora de «Voces desde el vientre», no abortó cuando le dijeron que su bebé era un feto inviable y hoy tiene 9 años y está sano

“Esto que viví me hace pensar que antes de una petición de aborto por parte de una mamá, hay un diagnóstico fatídico, que te asusta y te estresa. A mí me costó encontrar al último médico que me acompañara, fue muy duro… hubo un médico que me dijo: ‘pero mamá para que lo quieres, si va a ser una planta’. Me llegaron sus palabras y me dolían. Entonces qué clase de médicos tenemos, a esto nos enfrentamos, por lo mismo entiendo a quienes piden un aborto porque he visto en la posición en la que están, pero qué pasa si se equivocan”

6 de junio de 2015.- (Silvia Leiva / La Prensa Austral / CNN CHILECamino Católico)  En medio del debate generado tras la presentación del proyecto de ley que despenaliza el aborto en Chile y con el objetivo de ser una luz para todas las mamás que han debido enfrentarse a un embarazo inviable, Nevenka Astudillo Olivares, de 45 años, quien vive en Santiago, relata su historia de lucha por su hijo Etián Araya Astudillo, un niño de actuales 9 años que en su momento fue calificado como un feto inviable y por tanto se le recomendó abortar. Además, Nevenka es autora del libro “Voces desde el Vientre”, que narra la historia de su hijo y de otros niños que fueron declarados fetos inviables. En el vídeo se visualiza y escucha el testimonio de Nevenka en una entrevista concedida a CNN Chile.

“La historia de mi bebé comenzó en Antofagasta que es una ciudad con altos niveles de contaminantes como el arsénico, cianuro y el plomo en el agua. Yo llegué a vivir a esa ciudad producto del trabajo de mi esposo, acompañada de mis dos hijos mayores”,dice Nevenka, poeta taltalina, quien recordó que estaba llena de ilusiones, en una ciudad nueva. 

Sin embargo el pronóstico de su embarazo no era bueno. “Ya desde la primera ecografía se evidenciaba una inviabilidad, porque el feto medía una pulgada y el tumor tres, era así de abismante y agresivo. Desde el principio los médicos tuvieron una mirada muy drástica. El diagnóstico era ‘higroma quístico gigante’, no sabían qué tenía en el vientre, todo lo que se veía era que era un higroma quístico porque en la ecografía se notaba que era una masa de agua que crecía drásticamente, muy superior que lo normal, por sobre el crecimiento del bebé”, narra esta madre.

En su relato, Nevenka comenta que este diagnóstico lapidario fue entregado por siete especialistas distintos (en Antofagasta), en distintos centros de atención de salud. A pesar de las dificultades, la falta de apoyo y el problema económico que supone enfrentar un diagnóstico de esta naturaleza, optó por luchar por la vida de Etián, por el amor que sentía por el hijo que tenía en su vientre.

“Mauricio Araya, mi esposo que es súper práctico me decía: ‘si no te gusta el médico, cámbialo, busca uno que te acompañe’. Es así como fui pasando por distintos especialistas, hasta llegar al último héroe que me atendió. Tres de ellos me atendieron ad honorem porque ya se había generado una conmoción tan grande… Uno de los médicos me dijo que esto es para aborto terapéutico, si quieres lo hacemos pasar por algo distinto, pero esta guagua no va a nacer y yo con un horror, porque era mi guagua y a esas alturas ya pateaba”,recordó Nevenka.

Su hijo iba a morir

Planteó que durante la gestación se enfrentó muchas veces al equipo médico. La respuesta a cualquier pregunta fue siempre que el hijo que esperaba iba a morir. “Uno siempre es muy ignorante y la fe que uno tiene, cualquiera sea, es sumamente vilipendiada porque el afán científico es superior y yo no pedía milagros, sino la intervención médica”, sostiene la mujer. 

No quería que su hijo fuera considerado un “nonato”, es decir que falleciera durante la gestación, porque en ese minuto implicaba que no podía reclamar su cuerpo. “Me asustaba que se muriera antes del parto, si eso pasa como no lo alcanzas a inscribir en el Registro Civil y a ponerle un apellido, no lo puedes reclamar, entonces son desechados o usados con fines científicos. A lo único que podía aspirar era a dos horas, para darle cristiana sepultura y poder vivir el duelo”, puntualiza Nevenka.

En este contexto y frente al proyecto de ley que despenaliza el aborto en Chile, comenta que cuando las mujeres se someten a este procedimiento también sufren un daño y tienen la necesidad de vivir el duelo y cerrar el ciclo.

Pese a todo logró llevar a término su embarazo. Los médicos le decían, entre otras cosas, que no podía sentir cariño, por un bebé que no nacería y que sí lo hacía, tendría una severa deficiencia mental o que moriría al poco tiempo.

“Esto que viví me hace pensar que antes de una petición de aborto por parte de una mamá, hay un diagnóstico fatídico, que te asusta y te estresa. A mí me costó encontrar al último médico que me acompañara, fue muy duro… hubo un médico que me dijo: ‘pero mamá para que lo quieres, si va a ser una planta’. Me llegaron sus palabras y me dolían. Entonces qué clase de médicos tenemos, a esto nos enfrentamos, por lo mismo entiendo a quienes piden un aborto porque he visto en la posición en la que están, pero qué pasa si se equivocan”,expresa esta mamá.

Por lo mismo cuestiona la ley, afirmando que en el caso de su hijo los siete médicos se equivocaron porque él tiene una buena calidad de vida. En la actualidad, Etián tiene hoy 9 años, es un niño normal, tiene complicaciones de salud ya que, tal como fue desde su vientre, es propenso a generar tumores en su cuerpo. Sin embargo, camina, habla normalmente, es muy inteligente, va al colegio como todo niño y es totalmente autovalente.
Nevenka Astudillo es escritora y en ese papel, traspasó a un libro toda su experiencia, “Voces desde el vientre”.

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