Papa Francisco en el Ángelus, 26-1-2020: «El camino de la conversión parte del encuentro con Jesús»

* «Nuestra adhesión al Señor no puede reducirse a un esfuerzo personal. Esto sería también un pecado de soberbia. Nuestra adhesión al Señor no puede reducirse a un esfuerzo personal, sino que debe expresarse en una apertura confiada de corazón y de la mente para acoger la Buena Nueva de Jesús. Es esta, la Palabra de Jesús, la Buena Noticia de Jesús quién cambia el mundo y los corazones! Estamos llamados, por lo tanto, a confiar en la palabra de Cristo, a abrirnos a la misericordia del Padre y a dejarnos transformar por la gracia del Espíritu Santo»

Vídeo completo de la transmisión en directo de  Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Mañana se cumple el 75 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Ante esta inmensa tragedia, ante esta atrocidad, la indiferencia no es admisible y la memoria es debida. Mañana todos estamos invitados a hacer un momento de oración y recogimiento, diciendo cada uno en su propio corazón: ¡nunca más, nunca más! Se celebra hoy la Jornada Mundial de los enfermos de Lepra. Estamos cerca de todas las personas que sufren la enfermedad de Hansen y de quienes las cuidan de diferentes maneras.También quiero estar cerca y rezar por las personas que están enfermas por al virus que se ha propagado a China. Que el Señor acoja a los difuntos en su paz, consuele a las familias y apoye el gran esfuerzo ya realizado de la comunidad china para combatir la epidemia»

26 de enero de 2020.- (Camino Católico).–  En alusión a la lectura del Evangelio del día que narra el inicio del ministerio público de Jesús y su gran anuncio «Convertíos, porque el reino de los cielos está cerca», el Papa Francisco recordó a la hora del rezo del Ángelus, que para lograr una conversión de vida, debemos encontrarnos verdaderamente con el Señor, «escuchar su llamada, dejar todo inmediatamente y seguirlo». ¿Cómo se hace esto? Abandonando el camino del egoísmo, del mal y del pecado, tal como hicieron sus primeros discípulos, los primeros mensajeros de la Palabra de Dios.

El 26 de enero, tras haber celebrado en la Basílica del Vaticano la Santa Misa del domingo de la Palabra de Dios, el Papa Francisco rezó la oración mariana del Ángelus junto a miles de fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.  El Santo Padre pone en guardia sobre el hecho de que nuestra adhesión al Señor «no puede reducirse a un esfuerzo personal», sino que debe expresarse en una apertura confiada del corazón y de la mente para recibir la Buena Nueva de Jesús, «abrirnos a la misericordia del Padre y a dejarnos transformar por la gracia del Espíritu Santo». «Aquí es donde comienza un verdadero camino de conversión. Precisamente como sucedió con los primeros discípulos: el encuentro con el divino Maestro, con su mirada, con su palabra, les dio el impulso para seguirlo, para cambiar vida poniéndose concretamente al servicio del Reino de Dios».

Después de haber rezado el Ángelus junto a miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre saludó con especial afecto a los chicos y chicas de la Acción Católica, congregados para concluir la iniciativa de la «Caravana de la Paz», que desde hace 41 años y con el apoyo del Sucesor de Pedro, recorre las calles de Roma clamando por la paz. Además el Pontífice dirigió unas palabras especiales por el Día Mundial de los enfermos de Lepra, e invitó a rezar por el 75° aniversario de la liberación de Auschwitz que se cumple mañana, pidiendo en el corazón que «nunca más» se repita una tragedia como esta. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de hoy (cf. Mt 4,12-23) nos presenta el comienzo de la misión pública de Jesús. Esto ocurrió en Galilea, una tierra en las afueras de Jerusalén y mirada con recelo debido a su mezcla con los paganos. De esta región no se esperaba nada bueno y nuevo; en cambio, allí mismo, Jesús, que había crecido en Nazaret de Galilea, comienza su predicación.

Él Proclama el núcleo central de su enseñanza resumido en el llamamiento: «Convertíos, porque el reino de los cielos está cerca» (v. 17). Esta proclamación es como un poderoso rayo de luz que atraviesa la oscuridad y corta la tiniebla, y evoca la profecía de Isaías que se lee en la noche de Navidad: «El pueblo que caminaba en la oscuridad vio una gran luz; a los que habitaban en sombra de muerte una luz resplandeció sobre ellos» (9, 1). Con la venida de Jesús, luz del mundo, Dios Padre ha mostrado a la humanidad su cercanía y amistad. Estas nos son donadas gratuitamente más allá de nuestros méritos.

La llamada a la conversión, que Jesús dirige a todos los hombres de buena voluntad, se entiende plenamente a la luz del acontecimiento de la manifestación del Hijo de Dios, sobre el  cual hemos estado meditando los últimos domingos. Tantas veces es imposible cambiar la propia vida, abandonar el camino del egoísmo, del mal y del pecado, porque el compromiso de conversión se centra en Cristo y su Espíritu Santo, y no sólo sobre nosotros mismos y en las propias fuerzas. Pero nuestra adhesión al Señor no puede reducirse a un esfuerzo personal. Esto sería también un pecado de soberbia. Nuestra adhesión al Señor no puede reducirse a un esfuerzo personal, sino que debe expresarse en una apertura confiada de corazón y de la mente para acoger la Buena Nueva de Jesús. Es esta, la Palabra de Jesús, la Buena Noticia de Jesús quién cambia el mundo y los corazones! Estamos llamados, por lo tanto, a confiar en la palabra de Cristo, a abrirnos a la misericordia del Padre y a dejarnos transformar por la gracia del Espíritu Santo.

Aquí es donde comienza un verdadero camino de conversión. Precisamente como sucedió con los primeros discípulos: el encuentro con el divino Maestro, con su mirada, con su palabra, les dio el impulso para seguirlo, para cambiar vida poniéndose concretamente al servicio del Reino de Dios.

El encuentro sorprendente y decisivo con Jesús dio inició al camino de los discípulos, transformándolos en anunciadores y testigos del amor de Dios por su pueblo. A imitación de estos primeros anunciadores y mensajeros de la Palabra de Dios, cada uno de nosotros puede dar pasos tras las huellas del Salvador, para ofrecer esperanza a los que tienen sed de ella.

Que la Virgen María, a quien nos dirigimos en esta oración del Ángelus, sostenga estas intenciones y las confirme con su intercesión maternal.

Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy, por primera vez, celebramos el domingo de la Palabra de Dios, establecido para celebrar y acoger cada vez mejor el don que Dios ha dado y da cotidianamente de su Palabra a su Pueblo. Agradezco a las Diócesis, agradezco a las comunidades que han propuesto iniciativas para recordar la centralidad de la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia.

Mañana se cumple el 75 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Ante esta inmensa tragedia, ante esta atrocidad, la indiferencia no es admisible y la memoria es debida. Mañana todos estamos invitados a hacer un momento de oración y recogimiento, diciendo cada uno en su propio corazón: ¡nunca más, nunca más!

Se celebra hoy la Jornada Mundial de los enfermos de Lepra. Estamos cerca de todas las personas que sufren la enfermedad de Hansen y de quienes las cuidan de diferentes maneras.

También quiero estar cerca y rezar por las personas que están enfermas por al virus que se ha propagado a China. Que el Señor acoja a los difuntos en su paz, consuele a las familias y apoye el gran esfuerzo ya realizado de la comunidad china para combatir la epidemia.

Saludo a todos, a los que han venido de Italia y de varios países, especialmente a los peregrinos de Valencia, Salamanca, Burgos, Santander y Valladolid; a los estudiantes y educadores de Murcia, Cuenca, Badajoz y a los de Panamá.

Saludo a los fieles de Tursi y al grupo UNITALSI de Lazio, que facilita la participación de personas discapacitadas en audiencias generales y en el Ángelus, y que hoy distribuye el Misal con la Palabra de Dios todos los días.

Ahora han llegado los compañeros [dos muchachos de la ACR junto al Papa]. ¡Saludo con afecto a los chicos y las chicas de Acción Católica, de las parroquias y escuelas católicas de la Diócesis de Roma! También este año, acompañados por el obispo auxiliar Mons. Selvadagi, por sus padres y educadores y por los sacerdotes asistentes, han venido en gran número al final de la «Caravana de la Paz». Gracias por esta iniciativa. Y ahora escuchemos el mensaje que sus amigos, aquí a mi lado, nos leerán.

[Leen el mensaje y al final lanzan globos]

Os deseo a todos un buen domingo. Y por favor no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!

Francisco

El Papa en homilía en el Domingo de la Palabra de Dios, 26-1-2020: «Leamos la Biblia cada día y descubriremos que Dios ilumina nuestra oscuridad y nos guía con amor»

Santa Misa presidida por el Papa en el Domingo de la Palabra de Dios, 26-1-2020


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