Quique Mira se alejó de Dios: «Era el típico chulito, pero un viernes santo vi a Cristo en la mirada de un sacerdote y hablo del Señor, de quien estoy enamorado, en Instagram»

* «Al principio reconozco que tenía miedo a empezar a hablar del Señor. Mi idea era una cuenta más de liderazgo o motivacional pero me he visto empujado a hablar del Señor que es quien me crea y me cambia. Esta relación que me enamora y hace mi vida grande es lo que busco compartir, es decir, como se concreta esta relación en mi día a día, en mi familia, mis amigos y con mi novia. Y mostrar que es posible vivir esta relación aun en pandemia o cuando las situaciones negativas nos inunden. Buscó compartir desde el corazón, cambiar el mundo y transformar la sociedad en Cristo. Hacer un reflejo del evangelio, de lo que decía San Pablo. Busca ser una bomba de amor»

Quique Mira cuenta su testimonio en una entrevista realizada por el canal de YouTube de Nuclium

* «Creo que es necesario que cuando uno ha descubierto quién es el maestro del amor lo comparta. Yo no comparto la relación con María para que la gente crea que tenemos una relación perfecta, para nada, sino que hemos encontrado el significado de tener una relación de tres, con Dios en el centro, porque partimos de una experiencia personal con Él»

Camino Católico.- Quique Mira es un joven del Regnum Christi de 23 años que a día de hoy tiene más de 15.000 seguidores en Instagram (@quiquemira). Tras su conversión un Viernes Santo hace cuatro años, su vida cambió para siempre y decidió compartir a través de su cuenta “contenido auténtico”. Quique explica que el «deseo de autenticidad» fue la clave para arrancar todo este proyecto,  pero no lo hizo de manera normal, sino  que sintió un llamado a compartir su vida desde el corazón, cambiar el mundo y transformar la sociedad en Cristo. a través de esta red social: “Me he visto empujado a hablar del Señor que es quien me crea, me cambia y de quien estoy enamorado. Esta relación que me enamora y hace mi vida grande es lo que busco compartir, es decir, como se concreta en mi día a día”.  Quique habla de la relación con su novia María, con la que comparte la fe y tienen el deseo no de mostrar una relación perfecta, sino que han encontrado el significado de tener “una relación de tres, con Dios en el centro, porque partimos de una experiencia personal con Él”.

A Quique Mira de pequeño le formaron en la fe católica y se educó en el colegio del Real Monasterio de Santa Isabel de Barcelona, que desde 1995 está dirigido por el Regnum Christi, donde las enseñanzas y prácticas religiosas eran diarias. Al llegar su adolescencia, comenzó a dar la espalda a Dios, la Iglesia y toda práctica de la fe. “Era el típico chulito que le daba igual, que no iba a misa, que me escapaba, que me reía de la gente creyente y veía la iglesia como algo tradicional, antiguo y que no tenía que ver con mi vida, ¿sabes?”, recuerda.

A los 18 años corría sobre las horas del día entre los estudios, la afición por el deporte, ser promotor de discotecas, posicionar su naciente emprendimiento con una marca de ropa y sobre todo alimentar el ego, acumulando seguidores en redes sociales; vinculándose en persona con cientos de conocidos a los que llamaba amigos y buscando conquistar a cuanta chica le fuere posible en las noches de juerga.

“Tenía una cuenta personal dedicada a la promoción de varias discotecas, yo era relaciones públicas y también tuve una marca de ropa personal de línea muy urbana”.

Era un auténtico modelo de una generación que consume todo lo que el dinero y la apariencia permiten, a tope. En “ese mundo” -sincera Quique Mira- “te dicen que el puto amo es el que sale más de fiesta, más colegas tiene, más tías se pilla y vas a piñón… (te obsesionas)”.

En un bar de Baqueira decide cerrar su cuenta de Instagram

Pero a los 19 años comenzó a surgir la desilusión. Quique no estaba feliz, “sentía que me faltaba algo”, puntualiza. El punto de quiebre ocurrió en un bar de Baqueira -una conocida estación de esquí en España- donde había pasado a reponer fuerzas con seis amigos luego de pasar horas esquiando. “Pedimos una botella para tomar algo y cuando llega la botella -en ese momento que era tan bonito, con montañas nevadas, un día que llevábamos esquiando, estábamos felices-, veo que todos sacan el móvil para hacer una historia, ¡todos! Y pensé: algo no me cuadra, estamos dejando de vivir la realidad para mostrar a otros algo que nos sube como la fachada, el quien soy, qué hago y tal. Me iluminé y dije: elimino esta cuenta de Instagram”.

Al eliminar su cuenta estaba cortando no solo con los miles de seguidores, la generación de contenidos relacionados con su emprendimiento, como su labor en discotecas, sino que era un giro radical de vida. Pero allí en Baqueira él aún no sabía el nuevo rumbo que tomaría.

De rodillas ante el Sagrario

Por aquellos días, le hicieron una invitación que sería determinante. Fue el padre Javier Delgado L.C., quien, argumentando las habilidades deportivas del joven le propuso hacer un curso como Monitor de Tiempo Libre en uno de los centros de Regnum Christi en la Comunidad de Madrid. Y Quique aceptó. Estando allí tuvo su primera experiencia de conversión. “Era viernes santo, el 17 de abril de 2017, cuando me escapé porque estaba sin tabaco. Me fui a pillar tabaco al pueblo y al volver recuerdo que el padre cogió y me miró a los ojos de una forma -os lo digo en serio- que nunca nadie me había mirado así. Vi a Cristo en su mirada. ¿Sabes cómo es que alguien te mira a los ojos y te acoge entero? Que te mira y te dice, así te quiero; con tus limitaciones, con tus escapadas, con tus liadas”. 

Para Quique no había explicación racional para lo que le sucedía y sólo se le ocurrió ir a la capilla. “En ese momento me vi llorando, de rodillas, no sé por qué, y poniendo mi vida a los pies del Sagrario. Y le dije: «Señor hasta ahora no he sido un capullo porque nunca he hecho nada con mala fe, pero me he perdido mucho en el mundo…»”.

Este momento de encuentro íntimo con Dios fue el inicio de un camino de fe “con un Dios que no veo, pero que lo puedo sentir. Porque a mi Dios ni se me ha aparecido, ni lo he visto, sino que es una certeza de corazón”, confiesa Quique.

El retorno a Instagram

Después de un año y medio sin actividad en las redes sociales, en abril de 2020, “cuando empieza la cuarentena, empiezan a surgirme dudas sobre la vida, el cristianismo y preguntas con un sentido último. Soy una persona muy intensa para lo bueno y para lo malo y eso me hizo buscar mucho y despertar un deseo de compartir esto con otros. Veía que la pandemia podía afectar e iba a afectar en muchos ambientes y sentía que la gente necesita esto.”

Decidió abrir la actual cuenta de Instagram con algunos videos hablando sobre la pandemia, los efectos, como respondíamos, y respondiendo a si había esperanza o no. “Empecé a ver que había mucha gente que le gustaba lo que estaba compartiendo y empezó a dar fruto. Se dio poco a poco, porque al final era y es el Señor el que me llama a esto. Es un llamado que nace de un descubrimiento de algunos talentos que el Señor me muestra como el liderazgo o la comunicación. Todo ello lo pongo al servicio de Dios para su Gloria. Y aunque queda muy bonito, os aseguro que es 100% real. El proyecto nace de una necesidad de compartir lo que a mi me ha pasado y lo que yo me he encontrado”.

El proyecto va evolucionando y todo ello lo realiza compaginándolo con estudios y trabajo. Afirma que dispone de muy poco tiempo para dedicarle o menos del que le gustaría. “El contenido empezaron siendo videos espontáneos o videos de viajes y fueron adquiriendo profundidad poco a poco”. Es en septiembre cuando Quique decide darle un enfoque más “profesional”. “El proyecto es una marca personal en la que muestro mi día a día, mi vida y al principio reconozco que tenía miedo a empezar a hablar del Señor. Mi idea era una cuenta más de liderazgo o motivacional pero me he visto empujado a hablar del Señor que es quien me crea, me cambia y de quien estoy enamorado. Esta relación que me enamora y hace mi vida grande es lo que busco compartir, es decir, como se concreta esta relación en mi día a día, en mi familia, mis amigos y con mi novia. Y mostrar que es posible vivir esta relación aun en pandemia o cuando las situaciones negativas nos inunden.

Estoy muy contento e ilusionado, con ganas de seguir dándole caña y repito, a día de hoy le dedico media hora por las noches y los sábados los dedico a la grabación y producción de contenido, pero entre semana trabajo y estudio y no me da la vida para más.

Buscó compartir desde el corazón, cambiar el mundo y transformar la sociedad en Cristo. Hacer un reflejo del evangelio, de lo que decía San Pablo. Busca ser una bomba de amor.”

Quique Mira con su novia María

Plantea lanzar proyectos de evangelización como su sección “Entrevistas con Freddy”. “Decidí que quería compartir que ser normal para la sociedad, con el Señor, es aún más atractivo porque cuando uno piensa en las preguntas ultimas es donde se encuentra con esta relación”. La sección consiste en ir a la realidad, salir a la calle, y preguntar sobre el amor, la vida, el trabajo o la familia a personas desconocidas. De esta manera, ver qué opina la gente y analizar las cuestiones profundas con ellos de joven a joven.

“Creo que esto va para largo, apenas esta empezando y ya empiezo a contar con el apoyo de varias personas. Me ilusiona mucho y es un llamado del Señor a ser apóstoles. Es una invitación a mover a la gente que me sigue, porque esto que hago no es mío, es de todos. Cuando uno se ve transformado y tocado tiene que compartirlo con el mundo y eso es a lo que les invito a mis seguidores. Si estás llamado a ser apóstol, no puedes callártelo”.

Para no perder el rumbo, se afirma en la oración, los sacramentos, un grupo de buenos amigos que comparten la fe, su novia María y también el padre Javier que hoy es su director espiritual.

En sus post habla mucho de María, su novia y del noviazgo que viven: “Creo que es importante porque pienso que el mundo y los jóvenes estamos muy desorientados respecto al amor y encontramos pocas fuentes y lugares que nos enseñen a amar de verdad. Se habla mucho de sexualidad, de relaciones sin compromiso, de que todo vale, todo se puede, y cada vez lo importante deja de ser menos importante y se relativiza. Creo que es necesario que cuando uno ha descubierto quién es el maestro del amor lo comparta. Yo no comparto la relación con María para que la gente crea que tenemos una relación perfecta, para nada, sino que hemos encontrado el significado de tener una relación de tres, con Dios en el centro, porque partimos de una experiencia personal con Él”.

“Jesús lo decía bien claro: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio. Lo que para San Pablo hace dos mil años era un atril en una Iglesia donde hablaba a los corintios ahora quizá es Instagram, ahora quizá son las historias, son los vídeos en los que nos ponemos frente a cámara y decimos: ¡Señores, el camino, la verdad y la vida es Cristo, es Cristo! Hoy respondo con convicción a este amor que me abraza. Lo que el mundo más necesita no es ni fama ni dinero ni éxito a nivel profesional, necesita a Dios y se traduce en amor. ¿Qué haremos nosotros? No todos estamos llamados a ser apóstoles en redes sociales, pero sí a ser apóstoles, todos. Hay quien es apóstol en su trabajo, en su familia, en sus amigos… esto lo hemos de descubrir. Pero todos estamos llamados a ser luz y el mundo lo necesita”, finaliza animando Quique.


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