Rayane, de 22 años, de padres ateos y amigos musulmanes, se bautizó en Semana Santa y va a la JMJ: «Conocí a Cristo en una oración y percibí que su amor llenaba mi corazón»

*  «Escuché en mi interior como me decía que Él era Aquel a quien había estado buscando durante años. Me di cuenta de que el amor del Padre no me quitaba nada de las pruebas de la vida, pero que ahora estaba sostenido por su poder divino»

A.L.M. / Camino Católico.- Rayane, de 22 años, vive en Lyon, Francia, y se bautizó la pasada Semana Santa, en la noche del 8 al 9 de abril, en la iglesia de Saint-Nizier en Lyon. “Te has hecho hijo de Dios y hermano de Jesús, ¡aleluya!“. Ahora va a participar en la JMJ de Lisboa, a la que acuden centenares de miles de jóvenes para encontrarse con el Papa Francisco y compartir su testimonio de cómo ha llegado a abrazar la fe católica, puesto que antes convivió con ateos y musulmanes.

Tres meses después de su bautismo, Rayane recuerda cada detalle de este momento de eternidad que no quiere olvidar. “Tan pronto como vuelvo a hablar de mi bautismo, siento la misma fuerza inmensa en mi corazón. Me encanta hablar del amor de Dios, me hace sentir bien”, explica con coraje a Famille Chretienne.

Iglesia de Saint-Nizier en Lyon en la que Rayane se bautizó la pasada Semana Santa

Animado por las muchas gracias del bautismo, participa en la peregrinación de la JMJ como acompañante de un grupo de jóvenes de 16 a 18 años, para compartir su fe recién bautizado. Si al principio se sintió intimidado para hablar de esta experiencia frente a los adolescentes, rápidamente se dejó guiar por el Espíritu Santo. “Muchos se pudieron identificar, porque yo tengo casi la misma edad que ellos. Mi historia no es común, pero se suma a muchas otras preguntas que todo el mundo se hace. ¿Existe realmente Dios? ¿Cómo damos lo que hemos recibido? ¿Tengo una misión que cumplir en este mundo?”, dice. Todas estas preguntas se las hacia Rayane a los 16-17 años.

Rodeado de padres ateos y amigos musulmanes, primero encuentra respuestas en el Islam. «Estaba haciendo lo que fuera necesario, quería vivir las cosas al máximo, asegura.

Sin embargo, se sintió atraído interiormente a la Iglesia Católica. Pasaron cuatro años y luego, empujado por el bautismo de su madre, cruzó la pesada puerta de la Iglesia de Saint-Nizier de Lyon, ¡lo suficientemente temprano para ofrecer la colecta en misa! Entonces descubre la belleza de la liturgia, se deja transportar por los cantos y el mensaje de Jesús. “No tenía ganas de que terminara la celebración, tenía tanta sed de más”, asegura.

A partir de ese momento se inscribió en un curso Alfa y luego en la preparación para el bautismo. “Tuve mi encuentro personal con Cristo una noche en una vigilia de oración. Escuché en mi interior como me decía que Él era Aquel a quien había estado buscando durante años. Percibí que su amor llenaba mi corazón”, asegura Rayane.

Después de esa experiencia abandona el Islam la para unirse plenamente al pueblo de los discípulos de Cristo.

Una vez que su corazón se llenó de luz, Rayane estuvo listo para afrontar vida cristiana. “Me di cuenta de que el amor del Padre no me quitaba nada de las pruebas de la vida, pero que ahora estaba sostenido por su poder divino”.

Orgulloso de ser apóstol entre otros, Rayane quiere llevar este mensaje a los jóvenes de la JMJ de Lisboa, para decirles, para gritarles, que en caso de pruebas y dificultades basta con «mirar al frente y seguir adelante hacia Cristo».


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