Rosa Pich, madre de 16 hijos: “Un hijo es un regalo y un don de Dios”

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12 rosapichhs_pich-fam.jpgde agosto de 2009.- En la cocina de Rosa Pich y José M. Postigo, que viven con sus 16 hijos –dos de ellos murieron- en un piso en el barrio Sarriá, hay una mesa redonda que Rosa copió de sus padres, que a su vez tuvieron 16 hijos, en la que caben todos. En el centro hay una plataforma que gira, donde mamá pone la comida y así cada uno se sirve lo que quiere, mientras cuenta a los demás como ha ido su día. Hay dos baños, uno para los chicos y uno para las chicas, más otro para los padres, y los niños comparten las habitaciones, donde hay también una cama para los amigos invitados que quieren quedarse a dormir.

*»Aunque esté enfermo, cualquier niño es un hijo de Dios»

 

(Fabrizio Assandri / Catalunya Cristiana)          ¿Cómo consigue que sus hijos le escuchen todos a la vez, por ejemplo, a la hora de ir a comer?

          Para decir  la verdad, como el único momento en el que estamos todos juntos es alrededor de la mesa, los niños están muy contentos de poderse encontrar y cada uno explicar sus batallas del colegio y las cosas divertidas que les han pasado. Si tienen que ir a la ducha o a cualquier sitio, como si tienen que arreglarse para ir al colegio, dicen a los demás que no cuenten nada hasta que lleguen a la mesa

          ¿Y para las otras cosas, como estudiar, salir de casa, volver del parque…?

          Lo que hacemos es que un hermano mayor se encargue de uno pequeño. Sería imposible, por ejemplo, por las noches ir con cada uno de los 15 a la cama y contarle un cuento. Por eso, cada uno escoge la pareja de quien se quiere encargar. Hubo un tiempo que no acababa de funcionar este sistema hasta que Tere, una de mis niñas de 9 años, puso en la puerta de cada habitación una pegatina que ponía “cada oveja con su pareja”, y éste es un poco nuestro leif motiv.

          ¿Pero quién le ayuda para cocinar, atenderles en los deberes, limpiar la ropa de todos?

          Trabajo en la administración de una empresa textil y tengo una reducción de jornada. Así puedo  comer en casa y por la tarde me dedico a los niños, ya que por la mañana van todos al colegio. Tenemos una persona que nos ayuda en la limpieza, la cocina y los trabajos de casa. Mi lavadora es normal, pero a lo mejor la ponemos tres veces al día, mientras la cazuela para cocinar en vez de dos litros es de diez y en vez de poner 150 gramos de pasta ponemos 2 kilos. Creo que no dedico más tiempo de lo que haría en una familia de dos o tres niños. Sólo hace falta organizarse y simplificar las cosas.

          Mantener todos estos hijos os costará muchísimo dinero… ¿Sois muy ricos?

          Vivimos del sueldo que ganamos mi marido y yo. José M. trabaja en diferentes áreas montando un máster de postgrado sobre la industria cárnica y ocupándose desde hace poco de compraventa de locales. Si, por ejemplo, la persona que me ayuda en casa me pide que le pague por anticipado, yo le puedo adelantar un poco, pero hasta final de mes que cobro mi sueldo no puedo pagarle.  El Estado nos ayuda muy poco: hasta los tres años, por ser madre que trabaja, me dan cien euros mensuales, pero prácticamente las ayudas son nulas. Yo siempre voy a los supermercados más económicos, consumimos productos de marca blanca y los niños comparten las habitaciones con literas de tres o cuatro alturas. Yo también  lo he vivido. Cuando me casé pasé de la litera a la cama de matrimonio y soy feliz y mis hijos también. Lo importante es que vivan juntos, se lo pasen bien y sean felices.

          ¿No os cuesta mucho ser padres de tantos hijos, ocuparos de los problemas de cada uno, escucharlos, … ?

          Tienes que tener la cabeza muy bien estructurada para transmitir las cosas importantes, como los valores, las virtudes, los hábitos… También te ayuda meditar en la presencia de Dios y tener una vida de piedad, porque rezar te ayuda a centrarte en lo esencial, lo que realmente vale la pena para la educación de tus hijos, mientras que lo que puedes delegar lo delegas. No es lo más importante que la casa esté más brillante, con menos polvo y que reluzca más, aunque es cierto que la casa tiene que estar ordenada, alegre, sencilla… No hace falta que todo sea perfecto, porque si un día hay un poco más de polvo pero mamá está contenta y no estresada ya estará bien.

          ¿En este piso hay también momentos de tranquilidad?

          Me hace gracia que una amiga de mi hija, que tenía sólo dos hermanos, en segundo de bachillerato venía a estudiar a nuestro piso porque decía  que aquí se estudia muy bien. Ante todo hay horas en las que los niños están fuera, en el colegio o jugando en el  jardín, y luego cuando es hora de exámenes todo el mundo intenta en casa hablar más flojito, no correr por los pasillos y respetar el clima de estudio.

          ¿Cómo es un día típico en su familia?

          Salgo de casa a las 7 y voy a misa de 7.30. A las 8.15 empieza mi jornada laboral. Los niños se van todos al colegio, se ocupan los mayores de los pequeños mientras la persona que tenemos trabaja en casa. Cuando salgo de casa a las 7, ya dejo a unos de mis hijos en la panadería, que está a dos manzanas de casa, y luego él sube con doce barras de pan. Es un encargo que les dejo hacer a partir de 7 años y quien lo hace sabe que si no se despierta o no quiere hacer su encargo se quedarán todos sin desayuno y los hermanos se quejarán. Así aprenden a ser responsables.

          ¿No tiene miedo de que se pierda alguno de sus hijos?

          Hace poco fuimos a la playa y se perdió uno, pero como van todos con el mismo bañador, que los compro en grandes almacenes muy económicos, no pasa nada. Una señora me dijo que había un niño perdido en la playa vestido igual que el resto de mis hijos. Todos sabían que era de aquella señora con 15 hijos.

          ¿Por qué ha decidido tener tantos hijos?

          Tanto mi marido como yo venimos de familias numerosas, él  de 14 hermanos y yo de 16. Tuvimos el primer hijo y nos dijeron que moriría con 3 años,  porque nació con un problema de corazón. Luego la ciencia ha avanzado y ahora está bien.  El segundo hijo nació con otro problema de corazón y murió, así como también el tercero. Mucha gente nos decía de no tener más hijos, porque todos iban a nacer mal de corazón. Siempre hemos visto un hijo como un regalo para toda la eternidad y un don de Dios. Llegamos a decir con mi marido que no importaba si todos iban a morir, porque en ese caso habrían sido hijos para Dios, porque hay una diferencia inmensa entre existir y no existir.

          Su fe tiene mucho peso en esta decisión…

          Yo soy supernumeraria del Opus Dei, pero ni el Opus ni la Iglesia me han dicho nunca cuántos hijos debo tener. Sencillamente, como cristiana veo que un hijo es un regalo de Dios y yo siempre voy a aceptar todos los regalos. Más aun si se trata de un nuevo ser que es para toda la eternidad. Aunque esté enfermo, cualquier niño es un hijo de Dios. La fe para nosotros es muy importante, rezamos cada día e intentamos ir cada día a misa para transmitir a nuestros hijos que lo más importante es recibir fuerza del Señor, que es a quien estamos destinados.

          ¿Por qué hoy en día las familias, tienen como mucho, 2 hijos?

          Depende de la educación que han recibido, el ambiente, la moda y muchas veces de la ignorancia. No saben lo que se pierden porque si quieren que sus hijos sean felices lo serán más cuantos más hermanos les pueda dar. Creo que una familia numerosa lleva consigo muchas virtudes y hábitos buenos, porque los niños desde pequeños aprenden a pelearse, a trabajar en equipo, a saber compartir y tantas cosas que no aprendes en una familia de un hijo único. Hoy en día una multinacional no la lleva un líder solo sino un equipo de personas y si tú de pequeño has sabido trabajar con tu hermano, pelearte, hacer las paces, de mayor ya no te cuesta tanto. Mis hijos son felices, divertidos, se lo pasan bomba. Son simpáticos y líderes. De hecho  los profesores me dicen que son niños que arrastran, que tienen muchos amigos, que la gente los quiere invitar porque son personas que se adaptan con facilidad, trabajan mucho en equipo,  se preocupan mucho de los demás amigos de la clase y  que no van ellos solos a su bola.

          En definitiva, ¿está satisfecha de su vida familiar?

          Creo que una familia numerosa es un compromiso que adquieres en la vida con mucha ilusión. Realmente comporta mucho trabajo,  pero a mi marido y a mis hijos nos realiza mucho. Intentamos tener una casa siempre abierta a los amigos y dar mucha importancia a los demás, porque creo que la mayor felicidad es darse al otro. Yo creo que lo mejor es darte primero a tu marido y el fruto de ese amor dar la vida a una serie de hijos que con sus amigos haces una familia extensa y muy amplia que contribuya a una sociedad en la que haya más amor y se busque más el darse a los demás que el egoísmo. Con una familia tan numerosa tienes poco tiempo para ti mismo y, en definitiva,  te das cuenta de que eres más feliz al dar que al recibir.

          ¿Tendréis más hijos?

          Nos gustaría. Estamos abiertos a tener más, porque una nueva vida es un regalo de Dios. Hace poco acabo de perder a un bebé, pero estamos abiertos a la vida sin límites porque los hijos son una bendición. ¡Piense que mis hijos, cuando rezamos el rosario en familia todos los días, piden al Señor tener más hermanitos!

El testimonio en Vídeo de Jose Mª Postigo Rosa Pich:            

 

                  

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