Bertone pide al beatificar a Josep Tous que los católicos mantengan su fe en momentos difíciles

* El Cardenal Secretario de Estado del Vaticano ha puesto al religioso como modelo para sacerdotes y religiosos
* Ha sido la primera beatificación que se hace en Barcelona desde el siglo XII
25 de abril de 2010.- El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarsizio Bertone (leer entrevista pinchando sobre el nombre), ha puesto al catalán Josep Tous, proclamado hoy beato, como modelo para sacerdotes y religiosos. Bertone lo dijo en la ceremonia de beatificación de Tous celebrada en la basílica de Santa Maria del Mar. Estas palabras fueron la única alusión que hizo a la polémica generada por los casos de pederastia que han salido a la luz durante las últimas semanas.
El secretario de Estado del Vaticano ha exhortado además a los fieles católicos a mantener su fidelidad a Cristo en estos momentos difíciles para la Iglesia. En su homilía, ante una iglesia repleta de personas, el número dos del Vaticano ha subrayado que Tous es un ejemplo de fidelidad y "nos invita a todos a vivir esta fidelidad a Cristo, nuestro Buen Pastor, en el momento presente, en el que tampoco faltan dificultades". "A este respecto -ha apostillado- qué actuales resultan aquellas palabras suyas que son como un lema de vida: ‘Aunque todo sea oscuro, hay que ser siempre fiel. Fiel a Dios y fiel a los hombres’".
Ofrecemos el texto íntegro de la homilia del Cardenal Bertone. Adermás publicamos tres vídeos. En el primero se puede ver la transmisión ide la Misa y la beatificación realizada por TVE de más de dos horas de duración. En el segundo se ven los momentos más significativos de la ceremonia de forma gráfica y el otro corresponde al encuentro que el Cardenal Tarcisio Bertone mantuvo con las Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor, fundadas por el nuevo beato Josep Tous, y con alumnos de sus escuelas.
Para ver el vídeo de la transmisión íntegra de la Misa y la beatificación realizada por TVE pincha A Q U Í
Bertone ha destacado también la necesidad de ser fieles a la fe y poner la confianza en Dios "en unos momentos en que la indiferencia religiosa o el sentido relativista de la vida alejan a tantos de la rica identidad cristiana transmitida de generación en generación". Durante el acto de beatificación, que ha tenido lugar en el transcurso de una misa -con la participación de la Escolanía de Montserrat-, Bertone ha entregado como obsequio un reliquiario a las Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor, la institución fundada por Josep Tous dedicada a la educación de niños y jóvenes.
En el acto estaban presentes el presidente de la Generalitat, José Montilla -en la fotografía de la izquierda junto al Cardenal Bertone y al Cardenal Martinez Sistach-; el vicepresidente, Josep Lluís Carod-Rovira; el ex presidente, Jordi Pujol; el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu; el cardenal de Barcelona Lluís Martínez Sistach y el delegado del Gobierno en Catalunya, Joan Rangel.
Pimer capuchino catalán beato
Josep Tous (Igualada, 1811 – Barcelona, 1871) es el primer capuchino catalán que es proclamado beato, y la de hoy ha sido la primera ceremonia de beatificación en Barcelona desde el siglo XII. Bertone recordó que, desde un primer momento, Tous tuvo a San Francisco de Asís como su ejemplo a seguir. Se hizo capuchino en 1811 y estuvo primero en un convento en Sarrià y luego en el de Santa Madrona, situado en la Rambla barcelonesa.
En 1835, tras aprobarse la desamortización por el gobierno de Mendizábal, tuvo que exiliarse, y estuvo en Francia e Italia hasta 1843, cuando regresó a Barcelona con el título de predicador apostólico. Una vez aquí, colaboró en la parroquia de Santa Maria del Mar, la que hoy acogió su beatificación. Luego fue vicario de Esparreguera y finalmente en la de San Francisco de Paula de Barcelona. En esta última comunidad, fundó la congregación de las Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor, que unía la espiritualidad franciscana con la actividad educativa y en 1850, fundaron su primera escuela en Ripoll (Girona).
La de Tous fue "una vida ejemplar, testimonio en todo momento del celo y la caridad pastorales, y la bondad y la búsqueda de la paz", explicó el cardenal Bertone, quien recalcó que la fiesta del beato tendrá lugar el 27 de mayo. El cardenal, dirigiéndose a todos los católicos catalanes, agregó: "Vuestra tierra ha sido fecunda de santos y santas. Como ha dicho Benedicto XVI, los santos son los verdaderos portadores de luz en la historia y testigo de fe, esperanza y caridad".
Bertone también expresó los afectuosos saludos del Papa a todos los asistentes y el agradecimiento del Pontífice a la labor que desarrollan la orden capuchina fundada por Tous en España, Italia, Nicaragua, Costa Rica, Guatemala, Colombia y Cuba. La nota de color la protagonizó Bertone, cuando reconoció que los cantos de la Escolanía de Montserrat le acompañan en su lugar de trabajo, y pidió un aplauso para los cantores, que intervinieron en la beatificación.
El cardenal Bertone mantiene desde hace años una relación de afecto y colaboración con la orden de religiosas fundada por el padre Tous, ya que son las que se ocupan de su residencia en Roma. Por esta razón, el cardenal Secretario de Estado aceptó presidir la ceremonia, siguiendo las disposiciones del Papa Benedicto XVI sobre las beatificaciones en las Iglesias donde vivieron los siervos de Dios que son elevados a los altares.
Texto integro de la homilia del Cardenal Bertone donde pronuncia palabras en catalán que se traducen entre corchetes
En este domingo llamado del Buen Pastor, y señalado en la Iglesia como la Jornada de oración por las vocaciones, tenemos la alegría de elevar a la gloria de los altares al capuchino Padre José Tous y Soler, que con su consagración religiosa y su ministerio sacerdotal supo dar realce a la presencia viva de Cristo en todos los tiempos, y que se entrega a los hombres para que tengan la vida eterna.
La disposición de celebrar las beatificaciones en las Iglesias locales ofrece la oportunidad de situar estas ceremonias muy cerca de los lugares y ambientes en que vivieron aquellos siervos de Dios, que se proponen a la imitación de todos los cristianos. En ellos se guarda su recuerdo y se los siente más cercanos, como uno de nosotros que nos sigue animando a la santidad.María, en el popular barrio de la Ribera, nos habla del sacerdote y capuchino José Tous, que hoy es beatificado. En esta basílica ejerció su ministerio sacerdotal, como beneficiado, entre los años mil ochocientos cuarenta y tres y mil ochocientos cuarenta y cinco, y es una bella coincidencia en este Año Sacerdotal el que un virtuoso capuchino y un sacerdote secular sean beatificados precisamente donde ejercieron el ministerio sagrado.
Hay también en este lugar algo que no sólo nos habla de hechos pasados, sino que es como un eco de la espiritualidad y la vida del nuevo beato. Esta basílica gótica conserva toda la esbeltez y belleza de su estructura arquitectónica, pero al visitante atento no se le ocultan las heridas de este bello templo de Santa María del Mar, por incendios, persecuciones y otras circunstancias adversas. Y, no obstante, a pesar de todos estos avatares, sigue cumpliendo su cometido esencial de acoger al Pueblo de Dios, para celebrar su culto de alabanza a Dios y su compromiso de vida de caridad y fraternidad entre todos.
La vida del Padre Tous fue también una vida llena de pruebas y dificultades, externas e internas, como la delicada salud que le acompañó siempre. Pero él, en medio de las adversidades y cruces, fue haciendo su camino y dando frutos de virtudes cristianas heroicas. Por eso, a él le podemos aplicar, con el gozo de la pascua cristiana, estas palabras que un anciano dice al autor del libro del Apocalipsis, y que hemos escuchado en la segunda lectura: «Estos son los que vienen de la gran tribulación, han lavado y blanqueado sus mantos en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios dándole culto día y noche en su templo» (Ap 7,14-15).
No faltaron ciertamente tribulaciones en la vida del Padre Tous. Aunque arrancado de la vida claustral, por las disposiciones civiles de su tiempo, logró ser en todo momento de su vida un fiel cumplidor de las observancias de la espiritualidad franciscana y de la Orden Capuchina. Nunca se dejó vencer por la amargura o el resentimiento, ni conocemos reproches o ataques contra quienes le impedían seguir su primera vocación de capuchino. Fue un hombre de una caridad exquisita, con una gran capacidad para soportar y comprender las deficiencias de los demás. Numerosas situaciones en su vida muestran también su gran disponibilidad para la acogida y el perdón. Se dice de él que nunca dejó a nadie agraviado.
Realmente, pasó por la vida haciendo el bien, como su Señor, y dispensando «paz y bien», como su maestro y padre en el espíritu, San Francisco de Asís.suyas que son como un lema de vida: «Aunque todo sea oscuro, hay
Así pues, seamos fieles a la fe y pongamos toda nuestra confianza en Dios, como reza el lema escogido para esta beatificación: «Fe y confianza en Dios»; una fe que se expresa en la confianza, porque se cree en Dios en la medida en que se confía en él; una confianza que se concretiza y se hace forma de vida cuando se recurre a Dios en la oración, se participa asiduamente en la Misa dominical, se frecuentan los sacramentos y se practica la caridad. De este modo, se ha forjado el alma más genuina de esta tierra de santos, y el Padre Tous nos lo recuerda hoy, en unos momentos en que la indiferencia religiosa o el sentido relativista de la vida alejan a tantos de la rica identidad cristiana transmitida de generación en generación.
El beato Padre Tous ayudó con su ejemplo de vida y apostolado a forjar esta identidad, y es un preclaro exponente de la misma, pues «pasó haciendo el bien» especialmente allí donde veía más necesidad. Él sentía mucha predilección por la infancia y la juventud más desfavorecida de su tiempo, sobre todo por la juventud femenina, que en aquel momento histórico no podía acceder a la formación humana y cristiana. Por eso, dedicó todos sus esfuerzos a la fundación de una congregación dedicada a la educación integral de estas jóvenes. Y él mismo intervenía en la instrucción de las niñas, utilizando historias, parábolas y narraciones de los santos más populares en sus comarcas, adaptándose así al lenguaje, a la capacidad de comprensión y al ambiente más familiar de la infancia.
Comenzó su obra, la fundación de las Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor, con la ayuda de tres jóvenes, a las que dirigía especialmente en una iglesia situada entonces muy cerca de aquí, en la parroquia de San Francisco de Paula, a la que estaba adscrito por decisión de su obispo. Recordemos sus nombres: Isabel Jubal, Marta Suñol y Remedio Palos y Casanova. Los medios de que disponía eran muy escasos, pero su confianza en Dios era grande. Y así nació su obra, que hoy enriquece con su carisma y su misión diversas partes de España y varios países latinoamericanos. Quienes han venido desde tan lejos para esta ocasión, muestran el alcance sin fronteras del proyecto que Dios puso en el alma del Padre Tous.
Este tiempo pascual, en que la comunidad cristiana se goza de la presencia de Cristo resucitado entre los suyos, como fuente de esperanza, nos invita también a contemplar la gloria final, a mirar a esa «muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y del Cordero» (Ap 7,9), es decir de Cristo resucitado, y en la cual vemos también al amado Padre Tous. Aunque peregrinos, ya pregustamos en este mundo esta realidad en la liturgia, como expresa bellamente el Apocalipsis: «El que se sienta en el trono acampará entre ellos […]. El Cordero que está delante del trono será su pastor, y les conducirá hacia fuentes de aguas vivas» (Ap 7,15-17).
Queridas hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor, con esta firme esperanza, seguid fielmente vuestro carisma, que la Iglesia os propone nuevamente con la beatificación del Fundador. Sed comunicadoras de vida y misioneras de Cristo. Hacedlo todo con aquella «sabiduría del corazón» que mostró siempre el Padre Tous, en especial cuando os propuso esta sabia norma: «Enseñad más con amor de madres que con rigor de maestras». Las madres educan desde el amor desinteresado, con constancia, con esperanza y con alegría.
Y, en esta Jornada mundial de oración por las vocaciones, pidamos al Señor que llame a muchas a vivir el carisma y compartir la misión que el Padre Tous os ha confiado.
Vuestra tierra ha sido fecunda en santos y santas en el pasado, y hoy añadimos, como nuevo retoño, al padre José Tous. Como ha dicho el Papa Benedicto XVI, «los santos son los verdaderos portadores de luz en la historia, porque son hombres y mujeres de fe, esperanza y caridad» (Deus caritas est, 40). Que su intercesión sea fuente de toda clase de bienes, espirituales y materiales, de santidad y de gracia, de paz y de justicia, de convivencia serena y constructiva para esta querida tierra y para todo el mundo.
Durante el acto de beatificación, también ha intervenido el cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, que ha expresado en Barcelona su "adhesión incondicional" al Papa Benedicto XVI.
En el inicio de la ceremonia, Sistach ha pedido a Bertone que comunique al Papa su "adhesión incondicional" y que le manifieste: "siempre, pero especialmente en estos momentos, estamos a su lado y le acompañamos con la constante oración de nuestras comunidades eclesiales".