Adriana Emilia Guerrero fue a la JMJ de Rio en 2013: «Ante el Santísimo Sacramento descubrí que Dios me llamaba a ser religiosa y he participado en Lisboa 2023 como consagrada»

* «Jesús no quería un fin de semana, no quería un ratito de mi tiempo; Jesús quería mi vida entera y, abrazándome a su proyecto, solté lo mío y abracé lo de Él. Que la alegría que saberte de Dios y para Dios no tiene comparación con nada en este mundo; que cuando respondemos con libertad a la llamada del Señor podemos vivir para lo eterno, y que la verdadera alegría está en ‘vivir para la razón por la cual existimos’. Esa es la premisa de mi vida»

La hermana Adriana Emilia Guerrero de las Siervas de Jesús habla de la vocación y cómo sintió ella el llamada de Dios a la vida religiosa en este video de su canal de YouTube de agosto de 2020

Camino Católico.  La hermana Adriana Emilia Guerrero ha compartido en sus redes sociales la comparativa de su vida actual y la que tenía hace 10 años. Coincidentemente, en 2013 se encontraba participando en la JMJ de Río con su grupo de jóvenes donde Cristo la llamó a ser monja. Este año 2023, ha participado en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa como religiosa de las Siervas de Jesús. En estos diez años ha constatado lo inmenso que es el amor de Dios.

La hermana Adriana explica que antes de ingresar a la congregación de las Siervas de Jesús, fundadas por la Beata Madre Carmen Rendiles, tenía una vida como la de cualquier joven: estudiaba Derecho, salía con sus amigos, iba de fiesta, tenía novio y participaba en un grupo de la iglesia que se llama Encuentros de Promoción Juvenil en donde su amor por Jesús y su Iglesia fue creciendo.

“En un momento de oración delante del Santísimo Sacramento descubrí que Dios me llamaba a ser religiosa. Jesús no quería un fin de semana, no quería un ratito de mi tiempo; Jesús quería mi vida entera y, abrazándome a su proyecto, solté lo mío y abracé lo de Él” cuenta Adriana Emilia Guerrero a  Aleteia.

En su historia vocacional, la Jornada Mundial de la Juventud de 2013 fue un momento clave. “Recuerdo participar en la Expo vocacional y ver tantos hombres y mujeres entregados a “estar con Él”, tantos carismas, que me cuestionaba mi proyecto personal. Durante toda la JMJ de Río vi muchas religiosas -la mayoría jóvenes- que con su alegría, sencillez, cercanía y pobreza cuestionaban, sin saberlo, mi vida. Por supuesto, volví a casa con el corazón cargado de experimentar un pentecostés juvenil”.

La hermana Adriana Emilia Guerrero ha podido compartir la alegría de su vocación como Sierva de Jesús con muchos jóvenes en la JMJ de Lisboa 2023 / Foto: Instagram hermana Adriana Emilia Guerrero

Ahora, en Lisboa 2023, regresó con toda la ilusión de volver a vivir la experiencia, pero desde otro punto de vista. “Para mí fue hermoso sentir que ahora caminaba entre esa multitud, pero esta vez como consagrada; y lo hermoso de compartir la experiencia vocacional junto tantos jóvenes que -con curiosidad, timidez, alegría y entusiasmo- se acercaban a saludar y compartir la llamada vocacional”.

Esta nueva vida, completamente entregada a Jesús, es un regalo en donde lo más bonito ha sido “el don de la vida compartida”, pues en vida religiosa se siente invitada a, no solo donar la vida, sino compartirla en lo cotidiano, pequeño y sencillo. “Ahí es donde Dios hace todo lo demás, en medio de esta vida sencilla y compartida Dios se manifiesta con su ternura y majestad”.

«¿Quiénes somos nosotros para hacer esperar al Amor?»

La hermana Adriana responde a la pregunta: ¿Qué le diría a una persona que siente inquietud vocacional?

La hermana Adriana Emilia Guerrero en la JMJ de Lisboa 2023 / Foto: Instagram hermana Adriana Emilia Guerrero

“Que la alegría que saberte de Dios y para Dios no tiene comparación con nada en este mundo; que cuando respondemos con libertad a la llamada del Señor podemos vivir para lo eterno, y que la verdadera alegría está en ‘vivir para la razón por la cual existimos’. Esa es la premisa de mi vida. Así que con el corazón dispuesto y cargado de humanidad vale lanzarse a los brazos de Aquel que es el amor. Y ¿quiénes somos para hacer esperar al Amor?”.

Y para seguir a Cristo y perseverar en la fe católica, sobre todo cuando el mundo intenta arrastrarnos hacia el lado contrario, la hermana comparte que no hay nada más práctico que aprender a descubrir a Dios en todo y en todos, “eso permite hacer de lo cotidiano algo extraordinario, y por supuesto, amar, ama, ama con todo el corazón, una y otra vez, ahí está Dios”.


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