Arno Celson Klauck, trabajador de la construcción, cayó 12 metros, invocó a la Madre Josefina Vannini, su casco se aplastó y él quedó indemne: el milagro que ha hecho santa a la religiosa

* «Cuando me caí, recordé a la Madre Vanini y dije ‘madre mía, ayúdame’»

Camino Católico.-  Sucedió en la mañana del 19 de febrero de 2007 y lo cuenta Arno Celson Klauck, brasileño, trabajador de la construcción, en la agencia SIR (Agensir.it). Él recibió el milagro que ha permitido a la Iglesia canonizar a Josefina Vannini. Lo explica P.J.G. en Religión en Libertad

Estaba trabajando en la construcción de una casa de retiro para ancianos en la ciudad de Sinop, en Brasil. La casa llevaría el nombre de la religiosa, Josefina (o Giuseppina) Vannini. Mientras intentaba colocar una viga, Arno Celson cayó por el hueco del ascensor, cabeza abajo, atravesando 3 pisos (unos 12 metros) y rompiendo un techo frágil. Mientras caía, dijo, espontáneamente, «Madre mía, ayúdame». «Cuando me caí, recordé a la Madre Vanini y dije ‘madre mía, ayúdame'», detalló a la prensa brasileña e italiana.

Arno golpeó el suelo, donde había algo de agua y escombros (ladrillos, hierros, maderas). Rápidamente llegaron su hijo y un compañero, temiéndose lo peor. Asombrados, descubrieron que el casco de Arno estaba completamente aplastado, pero él estaba consciente y perfectamente bien. Sólo tenía un pequeño corte en el labio.

Arno Celson se coloca en el lugar donde cayó para indicar como fue el hecho asombroso: era un hueco del ascensor

La Hermana Auxiliadora, que dirige la casa donde actualmente las religiosas atienden a más de 20 ancianos, recuerda cómo sucedió todo. “Fue a colocar una viga, no midió bien el tamaño de la viga, la puso a un lado y cuando tiró de ella, tuvo la primera caída. Él gritó «¡Madre!» y cayó directamente, rompiendo la madera. Trató de aferrarse a la mitad de la pared que estaba en la plataforma, la pared tampoco estaba bien armada y todo cayó sobre él”, dijo.

Según la religiosa, el hijo de Arno, que estaba pintando en la zona, gritó: «¡mi padre ha muerto, ayúdame!». Sin embargo, desde el fondo del foso, el albañil dijo, para asombro de todos, que estaba bien.

Llevaron a Arno de inmediato a Emergencias del hospital de Sinop. El doctor Lacerda lo examinó: tenía algunas rozaduras y excoriaciones, pero ningún trauma craneoencefálico. Estaba bien. Le recomendaron algún analgésico y antiinflamatorio y tres días después volvía a la trabajar en la obra.

En 2018 el Consejo Médico de la Congregación de la Causa de los Santos declaró que el suceso era médicamente inexplicable, y en febrero de 2019 los consultores teológicos consideraron probado que podía atribuirse a la intercesión celestial de Josefina Vannini.

Josefina Vannini (1859-1911) fue la fundadora de las Hijas de San Camilo

La enseñanza y legado de la Madre Vannini

«Arno invocó a nuestra fundadora con las palabras: «Madre mía, ayúdame». Y esta súplica simboliza, en mi opinión, el llamado a nuestra madre hacia la humanización de la atención. Para ella, el paciente nunca es un número, sino una persona para ser recibida, tratada y, si es posible, curada». Así lo valoraba desde Roma la postuladora de la causa de la Madre Vannini, la hermana Maria Bernadette Rossoni, brasileña.

Maria Bernadette Rossoni, postuladora de la causa de Santa Josefina Vannini

Sus hermanas, igual que los religiosos camilos, están muy alegres: «Desde que San Camilo de Lellis fue canonizado en 1746, Josefina Vannini es la primera santa de nuestra familia religiosa», detalla.

Actualmente hay unas 400 religiosas de las Hijas de San Camilo, la congregación fundada por Josefina Vannini. Sirven en hospitales, casas para discapacitados y ancianos, desde Paraguay hasta India «donde tratamos a niños discapacitados, abandonados por sus padres», a África «donde acompañamos a mujeres jóvenes en el difícil proceso del embarazo».

Retrato oficial usado en la canonización el 12 de octubre

«En muchas de nuestras instituciones hay un lema: Nueva ciencia, caridad antigua. Toda la vida espiritual de Madre Vannini se basó en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y esto explica su constante misericordia hacia el sufrimiento», añade la postuladora.

Las Hijas de San Camilo recuerdan las enseñanzas de su fundadora: «Cuida a los pobres con el mismo amor con que una madre amorosa trata a su único hijo enfermo», es uno de sus lemas. Para la Madre Vannini el cuidado de los enfermos era un camino de santidad, «el cuidado de los pobres enfermos y ver en ellos a la persona de Jesús», «un mensaje que necesita más gestos que palabras«, señala la postuladora.

El mensaje que deja a la Iglesia y a la sociedad, dice la hermana Rossoni, «es la centralidad de la vida, hoy en peligro», sobre todo «en Europa, donde la gente habla sobre el final de la vida y la eutanasia y la vida lamentablemente está perdiendo su valor».

Desde su canonización en Roma el pasado 12 octubre, con el cardenal Newman, las religiosas María Teresa Chiramel Mankidiyan (de la India), Dulce Lopes Pontes (de Brasil) y la laica suiza Margarita Bays, la Iglesia la venera ya como Santa Josefina Vannini.

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