Benedicto XVI en Audiencia General 10/10/2012: El Concilio Vaticano II «brújula» para la Iglesia

10 de octubre de 2012.- (13 TV / Rome ReportsCamino CatólicoEl Santo Padre Benedicto XVI ha celebrado esta mañana a las 10,30 en la Plaza de San Pedro la tradicional audiencia general de los miércoles a la que asistieron varios miles de peregrinos de numerosos países.  El Papa ha recordado que estamos en vísperas de la celebración de los cincuenta años de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II y del inicio del Año de la fe. Por esta razón explicó que con esta catequesis desea comenzar a reflexionar, con algunos breves pensamientos, sobre el gran evento de la Iglesia que ha sido el Concilio, y del que él mismo ha sido un testigo directo.

Benedicto XVI ha recordado su intensa vivencia, de joven teólogo, que ha calificado de «experiencia única», en la que pudo ver una «Iglesia viva – casi tres mil Padres conciliares de todo el mundo reunidos y guiados por el Sucesor del Apóstol Pedro», «un gran fresco, pintado en su gran multiplicidad y variedad de elementos, bajo la guía del Espíritu Santo, cuya extraordinaria riqueza seguimos percibiendo aún hoy».   En el vídeo se visualiza y escucha la intervención de Benedicto XVI traducida al castellano y el resumen que ha hecho en español. El texto integro de las palabras del Papa en castellano es el siguiente:

Queridos hermanos y hermanas:

En la vigilia en que celebramos los cincuenta años de la apertura del Concilio Vaticano Segundo y el inicio del Año de la fe deseo hablar de este gran evento eclesial. Los documentos conciliares  son una brújula que permite a la barca de la Iglesia navegar en mar abierto, en medio de las tempestades o de la calma, para llegar a la meta.

Debemos aprender las lecciones más simples y fundamentales del Concilio, a saber: que el cristianismo en su esencia consiste en la fe en Dios y en el encuentro con Cristo, que orienta y guía la vida. Lo más importante hoy, como era el deseo de los Padres conciliares, es que se vea, de nuevo, con claridad, que Dios está presente, nos mira, nos responde; y que, por el contrario, cuando falta la fe en Él, cae lo que es esencial, porque el hombre pierde su dignidad.

El Concilio recuerda que la Iglesia tiene el mandato de transmitir la palabra del amor de Dios que salva, para que sea escuchada y acogida aquella llamada divina que contiene en sí las bienaventuranzas eternas. El Concilio es una fuerte invitación a redescubrir cada día la belleza de la fe y a conocerla de modo profundo, para una más intensa relación con el Señor y a vivir auténticamente la vocación cristiana.

Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los fieles provenientes de España, México, Costa Rica, Argentina, Paraguay, Perú, Guatemala, Colombia, Chile y otros países latinoamericanos. Que la Virgen María, Madre de Cristo y de toda la Iglesia, nos ayude a llevar a plenitud el deseo de los Padres conciliares: que todos puedan conocer el Evangelio y encontrar al Señor Jesús como Camino, Verdad y Vida. Muchas gracias.

Benedicto XVI

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