Carlos Centeno Cortés, director de Medicina Paliativa de la Clínica Universidad de Navarra: «Cristo es nuestro ‘divino médico’ y es nuestro maestro en los cuidados paliativos»

«Estamos por una muerte digna, yo soy partidario de la muerte digna. Yo promuevo la muerte digna. Pero los cristianos defendemos que la dignidad de la muerte está en la propia persona, es intrínseca, nadie la puede quitar.Es verdad que hoy en nuestra sociedad hay personas que cifran la dignidad en elegir el momento de morir, en decidir sobre la propia muerte. Los cristianos no pensamos eso. Pensamos que debemos respetar la muerte natural… La medicina debe ser humilde especialmente en estos momentos al final de la vida. Lo aprendemos también de Jesús que nos dice que él es manso y humilde de corazón»

Camino Católico.- “Los cuidados paliativos son el buen cuidado al final de la vida y en esto Cristo es nuestro maestro”, afirma el director de la Unidad de Medicina Paliativa de la Clínica Universidad de Navarra, Carlos Centeno Cortés. En declaraciones a Miguel Pérez Pichel en Aci Prensa, el doctor Centeno, que participó en el Simposio Internacional Religión y Ética Médica sobre Cuidados Paliativos y Salud Mental, celebrado en Roma el 11 y 12 de diciembre pasado, explica que “todo el mundo debería recibir cuidados paliativos” cuando se encuentra al final de la vida.

El experto afirma que “los cuidados paliativos son el buen cuidado al final de la vida” y por tanto “son obligatorios”, algo que no sucede con la eutanasia. Insiste en que “los cuidados paliativos no son frente a nada, los cuidados paliativos es lo que exige la dignidad de la persona”; e invita a presentar “los cuidados paliativos como el modo más humano, también el más cristiano, de atender a una persona al final de la vida”.

l doctor ofrece una clara definición de los cuidados paliativos: “Son un modo especial de cuidar a enfermos”. ¿Y qué tiene de especial ese modo de cuida? “En primer lugar, el paciente, que es un paciente que está al final de la vida, es un paciente que tiene una enfermedad avanzada, es decir, que, cuando se diagnostica, pone en el horizonte el final de la vida”.

Por lo tanto, en los cuidados paliativos “es especial el enfermo y es especial el modo de cuidar”, subrayó. Ese enfermo “tiene unas necesidades globales” y, por lo tanto “el cuidado es global, de toda la persona”.

En los cuidados paliativos “hay que atender a toda la persona porque es toda la persona la que sufre cuando la muerte está en el horizonte. En la globalidad ponemos la parte física y la parte emocional, pero no solo. Ponemos también todo lo que tiene alrededor el enfermo que es la parte social, su familia, sus amigos que sufren cuando sufre él, y ponemos también la parte espiritual”.

“Hace falta un equipo para atender tanta necesidad y enfoques distintos, y un equipo que al mismo tiempo sea soporte del propio equipo, es decir, que se apoye así mismo, porque este trabajo resulta intenso, demandante y a veces desgasta”.

En definitiva, los “cuidados paliativos como una forma excelsa de caridad que debe ser promovida”.

Además, habla de los cuidados paliativos “desde una perspectiva cristiana”: “¿Qué se ve en los cuidados paliativos desde una perspectiva cristiana? En primer lugar, se ven datos, se ven hechos. Si miramos un poco más profundamente vemos también valores cristianos debajo de esos hechos”.

“Los hechos son la presencia de los cristianos y los valores son valores cristianos con los que trabajan esas personas. Y si miramos un poco más profundamente, esos valores son cristianos porque nos los enseñó Cristo, porque Cristo es nuestro ‘divino médico’ y es también nuestro maestro en los cuidados paliativos”.

En ese sentido, hace hincapié en que “alrededor de todo el mundo encontramos servicios de cuidados paliativos, hospices, que así se llaman en algunos sitios, equipos de personas o servicios que tienen una inspiración cristiana”.

En muchos países del mundo “los cuidados paliativos nacen en un hospice católico, o de alguna manera se articulan o se definen por primera vez en un hospice católico”.

Asimismo, cita tres valores fundamentales que se dan en cuidados paliativos: dignidad, compasión y humildad.

Carlos Centeno, médico e investigador de la Universidad, recibe el máximo galardón de la Sociedad Europea de Cuidados Paliativos

Sobre la dignidad, asegura que en los cuidados paliativos “estamos por una muerte digna, yo soy partidario de la muerte digna. Yo promuevo la muerte digna. Pero los cristianos defendemos que la dignidad de la muerte está en la propia persona, es intrínseca, nadie la puede quitar”.

“Es verdad que hoy en nuestra sociedad hay personas que cifran la dignidad en elegir el momento de morir, en decidir sobre la propia muerte. Los cristianos no pensamos eso. Pensamos que debemos respetar la muerte natural”.

Afirma que hay modos indignos de morir: “Es indigno morir solo, o con dolor, sin alivio. O asfixiándote. Eso es indigno, no lo queremos para nadie. Hay modos de morir que no son dignos y que debemos combatirlos. Los cristianos estamos por la dignidad”.

Luego, en segundo lugar, la compasión, “que es el corazón de la medicina”. “Si no late ese corazón no hay medicina. Puede haber una técnica, pero no medicina”.

“Necesitamos que ese corazón esté latiendo para ejercer la medicina. Entonces nos mueve el sufrimiento del otro. Eso es la compasión, que cuando otro sufre, yo me muevo para ayudarle, yo lo siento y experimento ese mismo sufrimiento y me muevo para ayudarle. Eso es la compasión”.

Por último, la humildad. “Dicen en Castilla que la hora de la muerte es la hora de la verdad, y si es la hora de la verdad, no es la hora ni del médico ni de la medicina, el médico y la medicina sobran un poco de ese escenario. Si es posible, el médico debe desaparecer y dejar el protagonismo del momento a la persona que va a morir. La medicina debe ser humilde especialmente en estos momentos al final de la vida. Lo aprendemos también de Jesús que nos dice que él es manso y humilde de corazón”.

En definitiva, subraya que los valores de los cuidados paliativos “son valores cristianos, porque los aprendemos de la vida y de las enseñanzas de Jesús”.


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