Christian Carracedo, delantero del Córdoba CF: «Me aferré a la fe, me confirmé, quiero ser mejor persona, ser buen hijo de Dios que ha hecho desaparecer en mi muchos miedos»

«Antes era una persona que tenía mucha incertidumbre por el futuro, miedos, pero al final, cuando te centras en el ahora y lo dejas en manos de Dios, puedes centrarte en ser tú mismo. En dar mi mejor versión en cada ámbito. Lo que pienso es que cuando tú tienes a Dios en tu vida no es que todo sea `míster wonderful´, pero lo ves todo de otra forma, lo ves con unas gafas diferentes. Te hace afrontar situaciones que no sabes muchas veces cómo gestionarlas, pero discretamente Dios te marca el camino. Entonces el estar con Dios no significa que todo vaya a ir bien, todo vaya a ser como tú quieres o como tú le pidas al Señor, porque los planes de Dios son perfectos, aunque nosotros muchas veces queramos controlarlos o no lo entendamos» 

Vídeo del testimonio de Christian Carracedo en  “El Rosario de las 11 pm”

A.L.M. / Camino Católico.- El futbolista español y delantero del Córdoba C. F., Christian Carracedo, se acercó a la Iglesia por superstición, pero un verdadero encuentro con Dios cambió su vida y su carrera deportiva. En una entrevista para el canal católico “El Rosario de las 11 pm”, el joven de 27 años narra cómo el encuentro con Dios “ha sido un antes y un después” en su camino de vida y su profesión como futbolista y que está “lleno de Dios”.

Christian Carracedo, tiene 27 años y es de Barcelona. Criado en una familia «humilde» y «creyente no practicante», recuerda que desde pequeño vivía la fe «como una asignatura más». Fue bautizado y después hizo la comunión, pero «por la celebración y como una tradición», sin verle más sentido en su vida.

Traumas en la adolescencia que culminan en pensamientos obsesivos

En los estudios sí que daba ese sí a creer en Dios pero luego su vida seguía como si nada. Empezó en el fútbol muy pronto, con 3 años, motivado al ver cada domingo a su padre como guardameta.

Conforme crecía, aquella «infancia feliz» comenzó a desmoronarse en lo personal. A una cada vez mayor exigencia deportiva hubo de sumar lidiar en los comienzos de su adolescencia con la separación de sus padres y varios traumas que resultaron culminar en un trastorno obsesivo-compulsivo. “Hubo una situación que viví en mi clase, fue un ataque epiléptico, presencié también el infarto de mi abuelo. Desarrollé muchos miedos”, explica. Tenía el pensamiento cuando iba a clase de que le iba a ocurrir algo. Comenzaron a invadirle pensamientos obsesivos sobre posibles peligros o agobios que no podía gestionar.

Recuerda un partido en Badalona, cuando vio a su padre completamente amarillo. Era el principio de una hepatitis que conllevó varios ingresos, cada uno de mayor gravedad. Pero Christian era víctima de un continuo miedo que lo paralizaba. No podía ni subir a verle a la habitación del hospital y tener noticias sobre las recaídas médicas de su padre le generaban nuevos ataques de ansiedad:  “Lo pasé muy mal y no era capaz de verlo. Subí a verlo pero me impresionó tanto que tuve que irme”, comenta.

Ser cristiano «no significa que todo vaya a ir como tú quieras o pidas, porque los planes de Dios son perfectos. Pero te marca el camino», afirma el jugador del Córdoba C.F., Christian Carracedo

“Sentí una fuerza interior, el primer momento que noté algo diferente en mi vida”

Una vecina muy cercana a la familia le informa de que su padre estaba muy malito que fuera al hospital a verle. Del nerviosismo, en ese momento le sangró la nariz.  Un 31 de diciembre del 2014 a las 8 de la tarde “me dicen que le quedan horas de vida a mi padre y yo me sentía incapaz de subir a despedirme, pero hubo un momento, fue como un impulso, que aunque suene todo muy sentimental, pero es verdad, sentí una fuerza interior, que yo creo que ahí fue el primer momento que noté algo diferente en mi vida, y subí con mi hermano. Estábamos yo y mi hermano en los pies de su cama y bueno nos despedimos de él, que estaba con los ojos cerrados y cuando nos escuchó abrió los ojos, nos miró, y no sé, fue algo por un lado bonito, porque sabía que estábamos con él”.

Aunque doloroso, recuerda como algo bonito poder despedirse de su padre. Pero la pérdida amplificó por completo su inestabilidad. No solo por su afección obsesiva, sino por las decisiones aparejadas al fallecimiento que debía tomar con 18 años como su hijo mayor de edad: “Ahí se desestabiliza mi vida, porque empieza a tambalearse todo. Fue el momento más duro de mi vida. Era un referente para mí y mi vida se tambaleó por completo, viéndome con un hermano y a mi madre mientras empezaba profesionalmente mi carrera», relata.

Carracedo necesitaba seguir adelante, entrenando y decidiendo por qué club ficharía. El Mallorca no tardó en llamarle. “Tuve mucho interés por muchos clubes de España. Ficho por el Mallorca. Voy de equipo en equipo”. Pero ahí fue verdaderamente consciente de su afección mental.

Y es que los TOCS  (Trastornos Obsesivos Compulsivos) supersticiosos volvieron a surgir y eso le limitaba mucho en su profesión y en la vida. Recuerda como entre otras reacciones, estaba convencido de que si viajaba le pasaría algo malo.. Si al fichar por el Mallorca vio como su trastorno obsesivo y supersticioso «se disparaba», al hacerlo por el Zaragoza se hundió. “Estaba en Linares  y me sentía en un pozo, o sea yo tenía muchos miedos. Cuando estaba en Zaragoza, a lo mejor tenía que subir 11 o 12 veces a aparcar el coche, moverlo de sitio, porque creía que me iban a pasar cosas malas porque había visto una ambulancia justo cuando estaba aparcando. Era agobiante”, reconoce.

Christian Carracedo, jugador del Córdoba C.F., quiere acercar a las personas a Dios con su testimonio de vida

Empieza a rezar a Dios e incia su camino de fe

Es ahí que todo cambia gracias al apoyo psicológico de su club de fútbol, a su pareja y a un encuentro con Dios: “En un momento dado me aferré a la fe,  empiezo a ir a la iglesia por mera superstición. Pensaba que si le pedía a Dios y rezaba, las cosas irían bien, y si no, irían mal’”.

Como ha relatado en otras ocasiones, ir a misa o rezar solo en la parroquia ante una imagen le hacía sentir mejor. También la confesión, que aunque «al principio salía igual que entraba», no tardó en ver sus pecados como algo que le hacía «sentirse sucio por dentro». «Sentirme limpio al salir de la iglesia es algo que me ha ayudado mucho y me ha sorprendido gratamente», afirmó.

Sin embargo, una confesión lo cambió todo. «Entré muy agobiado, con muchos miedos y manías, mi calidad de vida era malísima… pero cuando acabé, salí con una paz y una tranquilidad que nunca había sentido. Poder salir de la confesión con paz es un regalo «, recuerda aún sorprendido.

Christian decide empezar a informarse sobre la fe y conoce al grupo español “Jóvenes Católicos” que lo ayudaron a comenzar a caminar de cara a Dios. “Me ayudaron a cómo rezar, a enseñarme oraciones, a rezar el Ángelus, cosas que yo no había hecho en mi vida, a mejorar mi rato de oración, y empiezo a profundizar un poco en la fe, a conocer más la vida de Jesús, la importancia de la Virgen María, de San José, de todos los ángeles, de muchas cosas que yo no tenía ni idea”.

Profundizando en la fe para prepararse para la confirmación que transformó su vida

Además del grupo de jóvenes, Carracedo contó con su novia, con la que también creció en la práctica religiosa. Pero su crecimiento definitivo se dio con su entrada en el Córdoba CF, en 2019, cuando conoció al padre Rafael Mosteyrín, con el que se formó para poder recibir el sacramento de la Confirmación.

“Empiezo a profundizar mucho más, a conocer el tema de los mandamientos, el valor real del pecado, de los miedos, de las supersticiones, que precisamente era algo que atormentaba mi cabeza por mi TOC. Al leer que la superstición no tiene cabida en la vida del cristiano fue como si Dios me estuviese hablando, porque al único al que tenemos que seguir es a Dios. De repente pensé que no podía caer en la superstición porque estaría fallándole, con todo lo que Él había hecho por mí», relata.

Gracias a ese encuentro con Dios y el tratamiento psicológico, la calidad de vida de Christian ha mejorado mucho, dejando atrás sus miedos e inseguridades. Un cambio que ha afianzó a los 26 años con la Confirmación.

Cristian Carracedo ante la Virgen de los Dolores / Foto: ABC Córdoba – VALERIO MERINO

“Yo la confirmación la veo como el momento en que tú realmente le dices sí a Dios, de que quieres ser su hijo y que quieres que obre en tu vida. Creo que la fe me ha ayudado a sentir una relación cercana con todos los difuntos, en especial con mi padre, al cual yo siento como si estuviera de viaje, no que lo haya perdido. Al final yo quiero ser mejor persona, hacer cosas buenas, ser buen hijo de Dios para poder algún día reencontrarme con él, y bueno pues rezo mucho por toda la gente de mi círculo cercano y no tan cercano, para que nos podamos encontrar con todos en el siguiente paso que es el cielo”.

Acercar con su testimonio a muchas personas a Dios

Asegura que «muchos miedos han desaparecido. Antes era una persona que tenía mucha incertidumbre por el futuro, miedos, pero al final, cuando te centras en el ahora y lo dejas en manos de Dios, puedes centrarte en ser tú mismo. En dar mi mejor versión en cada ámbito», confiesa Carracedo, hoy «en los mejores momentos» de su vida

Ahora Christian busca hacer feliz a la gente con su profesión, pues “todos somos instrumentos de Dios. Yo creo que a mí me ha dado el poder dedicarme al fútbol y poder acercarle a Dios a mucha gente a través de esto. No quiero pintar que soy aquí el mejor ejemplo, la mejor persona, yo me equivoco. Acudo a la confesión, porque para mí es un regalo el poder pedir perdón en cada momento de nuestra vida que nos sintamos alejados de Dios, y el poder salir con esa paz después de confesarte para mí pues es un regalo que deberíamos aprovechar todos”.

En su vida diaria, Christian hace oración para iniciar su día, ofrece sus entrenamientos por alguna situación en particular, reza el Ángelus y cierra su día hablando con Dios. Además, suele ir a adorar al Santísimo Sacramento, que es donde encuentra más paz. También le gusta ir cada domingo a misa. Como futbolista, sería fácil escudarse en sus obligaciones para faltar a misa algún que otro domingo. Él dice que, «si se quiere, es fácil sacar tiempo», y ha llegado a ir con el chandal de su equipo a Misa antes que perdérsela

“Yo entiendo que hay gente que pues lleva una vida muy ajetreada, que no tiene tanto tiempo libre, pero yo pienso que si tienes tiempo para ver una serie, para irte de viaje, para cualquier cosa, tiene 5 o 10 minutos para dedicárselo a Dios. Lo que pienso es que cuando tú tienes a Dios en tu vida no es que todo sea `míster wonderful´, pero lo ves todo de otra forma, lo ves con unas gafas diferentes. Te hace afrontar situaciones que no sabes muchas veces cómo gestionarlas, pero discretamente Dios te marca el camino. Entonces el estar con Dios no significa que todo vaya a ir bien, todo vaya a ser como tú quieres o como tú le pidas al Señor, porque los planes de Dios son perfectos, aunque nosotros muchas veces queramos controlarlos o no lo entendamos, como por ejemplo cuando murió mi padre”.

«También le doy un beso a mi padre cada noche, me ayuda a sentirlo cerca. Me ayuda ponerlo todo en manos de Dios, porque muchas veces nos gusta controlarlo todo y sentir que manejamos nuestra vida, pero pocas veces nos paramos a disfrutar el ahora y ser agradecidos», agrega.

Christian Carracedo no se considera «nadie para dar consejos». Pero como joven, como un cristiano en deporte de alto nivel y con muchos jóvenes y niños que siguen cada uno de sus movimientos, les dice: «Intentad hacer el bien y no os vengáis abajo cuando vengan los momentos difíciles. Id orgullosos de ser hijos de Dios», concluye.


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