David López-Zuazo, 25 años: «Me consideraba agnóstico, me sumergí en la Nueva Era, topé con el mal, comprendí que el único camino era Jesús y la primera confesión me liberó»

«Todo hizo click. De repente sentí de forma intuitiva que realmente vivimos una batalla espiritual contra el mal y que hay muchas cosas que al final solo quieren separarnos de la única verdad. Empecé a profundizar solo en la religión cristiana, dejé de meditar y empecé a ir a misa diaria. La misa cambió. Dejó de ser algo curioso y empezó a ser una necesidad. La primera confesión me ayudó mucho, me liberó de lo que venía arrastrando y me sentí libre y ligero. Tenemos que enfrentar esa batalla contra el mal con coraje, humildad, oración constante, yendo a los sacramentos, rezando el rosario y afrontando el futuro con esperanza, porque aunque el mundo esté así, el corazón de María ya ha ganado» 

Vídeo del testimonio de David López-Zuazo en  “El Rosario de las 11 pm”

A.L.M. / Camino Católico.  David López-Zuazo tiene 25 años, nació en una familia de tradición católica, le bautizaron, hizo la Primera Comunión pero no tuvo una conexión diaria auténtica con la iglesia y como consecuencia fue alejándose de la fe durante la adolescencia. “Sentía en mi corazón que había algo más, pero no sabía lo que era. Me consideraba agnóstico”, explica a “El Rosario de las 11 pm”. Todo ello le llevó a sumergirse en las espiritualidades de la Nueva Era y conoció “el mal”. Un día, David  se interesó por el Antiguo Testamento e historias bíblicas y «sentía que lo que estaba leyendo era la verdad….Lo dejé todo y la misa se hizo necesidad, todo hizo click y de repente sentí que el único camino era Jesús y comprendí que vivimos una batalla espiritual contra el mal y que hay muchas cosas que al final solo quieren separarnos de la única verdad».

De la espiritualidad a la Nueva Era

Durante la pandemia, fue cuando David se abrió a la «espiritualidad en genérico», como el mimo lo llama. “Leí literatura oriental, autores muy relacionados a la Nueva Era. También meditaba. Al principio sentía que me daba frutos que no me daban otras cosas”, reconoce. Terminó la pandemia y al siguiente año ahondó mucho más y el «salto» a la espiritualidad y religiones orientales no fue difícil, y pronto estaba imbuido de los referentes mundiales en las doctrinas new age.

David López-Zuazo se consideraba agnóstico y se sumergió en la Nueva Era hasta que tuvo que afrontar el mal y Cristo le recató

Pensaba que el objetivo de las personas en el mundo era la iluminación espiritual y decía: “Soy espiritual pero no religioso, todos somos uno, todos tenemos una divinidad que sacar y explotar, nuestro objetivo es la iluminación espiritual»… El joven comunicador asumió firmemente aquella batería de ideas y entró «de lleno» en la Nueva Era, que “es una mezcla de muchas cosas. Viéndolo en perspectiva pienso que es una pseudoreligión que te aleja de Dios”.

Dentro de este mundo se habla mucho de «’llamas gemelas’, como relaciones románticas que tienen que ver con lo espiritual», explica, algo que a David le interesó mucho. Pensaba que había conocido a esta llama gemela. También empezó a ver «señales» en su día a día que consideraba provenientes «del universo», como si le hablase «con señales o sincronicidades, casualidades que no puedes explicar. Me empecé a obsesionar mucho con ese mundo, a alejarme de la realidad, de mis amigos y familia», recuerda, advirtiendo de cómo la Nueva Era, «te hace creerte una persona más espiritual que los demás”, comenta.

«No dejan de decirte que te fijes en las señales, en que el universo te habla o que tienes la divinidad dentro y eso lo que hace es aislarte. En mi entorno nadie pensaba como yo. Me daba una sensación de sentirme especial y esta es otra de las cosas bastante mala y peligrosas de la Nueva Era, la soberbia. Te dicen que eres especial porque estas despierto y los demás no», explica.

Además, David subraya que en la mentalidad new age «no existe el mal, el pecado y todo es relativo, y  uno de los principales engaños de estas doctrinas es que todas las religiones hablan de lo mismo. Buda, Jesús o Mahoma son lo mismo».

Un retiro católico y empieza a investigar la Nueva Era

David López-Zuazo tuvo que investigar la Nueva Era y empezar a leer el Antigua Testamento para darse cuenta que la verdad revelada era la de la Biblia

Estaba en un momento en el que David «estaba abierto a todo lo espiritual» y admite que no rechazaba la religión, que «podía haber ido a un retiro cristiano o a un templo budista, solo quería aprender sobre todo». Con todo, el joven Empezó a adentrarse en el libro de ‘Un curso de milagros’. Mucha gente está enganchada a este libro que considera peligroso para todo aquel que quiere acercarse a Jesús.

Por eso no se sorprendió cuando una amiga católica le propuso ir a uno de los retiros de Effetá y le dijo que sí. «Pensaba que estaba por encima de la religión, que al ser espiritual había dado un paso más allá y fui con esa mentalidad, de `yo se la verdad y ellos todavía no´», admite.

Effetá no le devolvió la fe ni motivó su conversión. En su caso, le proporcionó «algunas claves» y «plantó algunas semillas». Entre ellas, quedó impactado por «la felicidad genuina y la sensación de comunidad de los jóvenes» y salió del retiro cargado de una felicidad que no sabía explicar». Vivió momentos providenciales pero siempre los justificaba por el universo. Salió de ese retiro y volvió a su vida de siempre.

Acababa de terminar la carrera de Comunicación Audiovisual y no encontrar trabajo se convirtió en algo que recuerda como «providencial». Dedicaba sus días a postular a ofertas de empleo e investigar sobre la Nueva Era, cuando descubrió que «el despertar de luz y amor» era solo un mito para envolver «un origen oscuro de ocultismo».

Primero conoció el mensaje de la ocultista Helen Blavatsky, conforme «notaba que estaba rozando algo oscuro y realmente malo. Todo cambio cuando me topé con algo que sí era trascendente pero de una naturaleza distinta. Me topé con el mal y cuando te topas con el mal, con la naturaleza del mal real, muchas veces te vas al lado contrario. Descubres el bien», asegura.

Empezar a leer el Antiguo Testamento le encaminó a Cristo

David López-Zuazo comenzó a ver testimonios y casos de personas que habían profundizado en la Nueva Era, vídeos que desmentían a sus principales referentes y descubriendo que carecían de una moralidad real, lo que acabó siendo una «clave» en su incipiente cambio de perspectiva.

También conoció a los santos, a los que comparó con los gurús new age: «¿Quién está más cerca de lo trascendente, alguien espiritual que no tiene moral o una persona virtuosa, que se entrega, cuyo amor es tan fuerte para sacrificarse por otros?», se preguntaba.

El joven se interesó por el Antiguo Testamento e historias bíblicas. Conforme las conocía, «sentía que lo que estaba leyendo era la verdad y que no había otra. Me estaba empezando a dar cosas que no me daban las espiritualidades o la meditación». Un día, «todo hizo click. De repente sentí que el único camino era Jesús y comprendí de forma intuitiva que realmente vivimos una batalla espiritual contra el mal y que hay muchas cosas que al final solo quieren separarnos de la única verdad», subraya.

David López-Zuazo es feliz y vive una vida plena tras abandonar la Nueva Era y retomar la fe y haber conocido la transformación que Jesucristo ha obrado en su vida

Entonces optó por servirse de personalidades católicas o cercanas a los postulados cristianos como el obispo Robert Barron o el psicólogo Jordan Peterson. Mientras, observaba como la meditación dejaba de resultarle útil, y le «aislaba cada vez más».

En ese momento, se produjo un cambio radical: «Empecé a profundizar solo en la religión cristiana, dejé de meditar y empecé a ir a misa diaria. La misa cambió. Dejó de ser algo curioso y empezó a ser una necesidad. La primera confesión me ayudó mucho, me liberó de lo que venía arrastrando y me sentí libre y ligero», relata.

Desde que regresó a la fe su vida cambiado. Además de lo estrictamente religioso, como frecuentar los sacramentos o el rezo del rosario, asegura cómo sus relaciones «han mejorado por completo», vive «feliz y pleno, con un sentido que antes no veía», y ha comprendido como «Dios estaba ahí desde el principio», cuando su madre conversa rezaba el rosario por él o incluso cuando lo que creía «sincronicidades» era realmente «Dios tratando de llamar la atención».

David reafirma que estamos ante una «guerra espiritual en la que el mal es cada vez más fuerte y busca alejar a la gente de Jesucristo. «Tenemos que enfrentar esa batalla con coraje, humildad, oración constante, yendo a los sacramentos, rezando el rosario y afrontando el futuro con esperanza, porque aunque el mundo esté así, el corazón de María ya ha ganado. Vivimos un tiempo de caos, donde los valores que nos han acompañado se despedazan poco a poco, y no podemos quedarnos de brazos cruzados”.


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