Hunter Hanks y Arika Stovall, jóvenes enamorados, sobreviven milagrosamente a dramático accidente “solo por la gracia de Dios, que no merecemos”

* “Cuán poco daño en un accidente que debería haber partido nuestros cuerpos a la mitad. Estoy maravillada de la presencia de Dios en toda esta situación. Cada parte de esta experiencia que pasamos apunta directamente a Él… lo único que quedó atrás en la escena del choque es la Biblia de Hunter abierta, con una página marcada con la Escritura diciendo que no tengamos miedo; Jesús está con nosotros”

10 de enero de 2016.- (ACI  / Camino Católico)  Pocos días después del dramático accidente que sufrieron los jóvenes enamorados Hunter Hanks y Arika Stovall en una carretera de Nashville (Estados Unidos), la camioneta de Arika luce como un montón de fierros retorcidos.

“Es solo por la gracia de Dios, que no merecemos, que apenas dos días después somos capaces de sonreír y de pararnos frente a esta inmensa ruma de metal destruido que fue alguna vez la camioneta de mi mejor amiga”,escribió Hunter en su cuenta en Instagram junto a una fotografía del sitio. 

El vehículo en el que viajaban Hunter y Arika impactó un pilar a más de 136 kilómetros por hora. Hunter, que iba al volante, solo tuvo tres segundos para realizar la maniobra que salvó la vida de ambos y les permitió resultar casi ilesos.

“Tres segundos”,subrayó Arika en su perfil de Facebook, “en tres segundos Hunter tuvo que manejar una situación que nos mataría inmediatamente o salvaría nuestras vidas”.

“Toda la parte de beisbolista de él le ayudó… si puede golpear una bola rápida a 152 km/h puede hacer cualquier cosa”,señaló con alegría la joven estadounidense, al tiempo que recuerda que su amigo la cuidó todo el tiempo “y cuando estábamos ambos echados en nuestras camas en la sala de emergencias encontró una forma de venir y proteger mi corazón y darme un abrazo. Dios sabe que necesitaba eso tanto como mi seguridad”.

Sin embargo, para ambos más que la destreza humana está claro que Dios los salvó de lo que parecía una muerte segura.

Arika expresó su sorpresa por “cuán poco daño” recibieron ella y Hunter “en un accidente que debería haber partido nuestros cuerpos a la mitad. Estoy maravillada de la presencia de Dios en toda esta situación”.

“Cada parte de esta experiencia que pasamos apunta directamente a Él”,aseguró la joven y destacó “la forma en la que Dios ayudó a Hunter a responder exactamente de la forma en que lo hizo detrás del volante, girando la camioneta exactamente donde debía para ser capaz de golpear el pilar directamente entre  Hunter y yo para que así resultemos ambos intactos”.

“Eso simplemente no sucede”,escribió Arika. La joven está convencida de que los planes de Dios para ellos no han “acabado”, y señaló que “Dios no lanza su protección sin ninguna razón”.

La joven aseguró además que vio a su “ángel de la guarda” durante el accidente. Instantes después del choque, cuando estaba entrando en pánico al ver a Hunter inconsciente y sangrando tras golpear su cabeza con el parabrisas, Arika vio fuera de la camioneta “un hombre… luminoso con una larga barba blanca. No había otros autos a la vista… solo este hombre. Él me vio y me dijo inmediatamente que una ambulancia estaba viniendo. Salté fuera del auto, corrí hacia el lado de Hunter y solo miré a este hombre. No sé si fue una alucinación o yo soñando inconscientemente o una visión del cielo… pero todo lo que sabía en ese momento era que Hunter estaba a salvo conmigo”, dice

En un pestañeo, recordó, ya los paramédicos los estaban ayudando. Para Arika, “la parte milagrosa” es que ninguno resultó con huesos rotos ni daños internos, sino apenas “unos puntos de sutura en mi rodilla y en la cara de Hunter”.

“Todas nuestras pertenencias están en perfectas condiciones más allá de algunas pequeñas cosas aquí y allá… y lo único que quedó atrás en la escena del choque es la Biblia de Hunter abierta, con una página marcada con la Escritura diciendo que no tengamos miedo; Jesús está con nosotros”, indica.

La joven estadounidense concluyó su relato del accidente asegurando su oración por todos, y expresó su deseo de que “todos conozcan el amor y el poder de Dios”.

“Somos creados para mostrar y compartir Su amor. Y si se necesita un accidente de auto como este para que yo haga eso entonces que suceda de nuevo”,dijo, al tiempo que alentó a todos a“abrazar las luchas y las alegrías de esta vida”.

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