Mario Ospina, 22 años conviviendo con el cáncer y 20 cirugías, abrió el corazón a Dios y clamó a la Virgen: «Mi mejor quimioterapia es la Eucaristía diaria»

*  Desde hace casi 13 años, ha sobrevivido con la enfermedad, en una avanzada fase cuatro, sumada a una metástasis en el hígado. Sobrevive con 16 tumores. Su cáncer, dice, está como congelado. No retrocede, pero tampoco avanza y da gracias a Dios cada día por su vida

CaminoCatólico.com.-  Mario Ospina Melo es corredor de bolsa y administrador de empresas de profesión, bogotano, con 45 años de edad, sobreviviente de cáncer en el estómago, el esófago y el hígado. Pidió a Dios y a la Virgen María una oportunidad para seguir viviendo y poder reparar, amar y servir al prójimo… y su petición fue escuchada…

Ya lleva 22 años con esta enfermedad y 20 cirugías y aún sigue con las quimioterapias, pero su estilo de vida dio un giro de 180 grados. Vive, respira, labora y entrega su existencia solo al Creador. “Mi mejor quimioterapia diaria es asistir a la Sagrada Eucaristía y comulgar todos los días”, afirma Mario, en una entrevista en video publicada por el portal de noticias de la Arquidiócesis de Bogotá (Colombia), en la cual da testimonio de su conversión y de cómo abrió su corazón a Dios y clamó a la Virgen María.

Escribió su primer libro: “Ahora o Nunca”, testimonio de un enfermo de cáncer, que lanzó oficialmente en la pasada feria del libro, Filbo 2018, patrocinado por editorial Paulinas. La acogida fue rotunda. En este ejemplar relata todo su proceso con la enfermedad y como su conversión y su relación con Dios y la Virgen son el centro de su vida pese a seguir enfermo.

Todo comenzó en la discoteca de moda en Bogotá. Mario Ospina, el joven y exitoso corredor de bolsa, amante de la fiesta, los lujos y los viajes, a sus 23 años se creía inmortal. No cabía dentro de su ego. Pero ese día, en el Salto del Ángel, en 1996, en medio de la parranda sintió un fuerte dolor en el estómago. Fue al baño. Un sangrado intestinal obligó a que lo trasladaran a una clínica del norte de la ciudad, donde le detectaron un tumor encima de una arteria. Lo operaron y le quitaron el 15 por ciento del estómago.

Tras la recuperación volvió a su vida de siempre: el estrés y la ambición normales en un corredor de bolsa, las fiestas. Dos años más tarde recayó y volvió a la clínica. Tenía tres tumores dentro del estómago y en el esófago. Lo que vino de ahí en adelante fueron tres cirugías, 90 días de angustia, dolor y hospitalización. Salió de la crisis y este bogotano, administrador de empresas de la Javeriana, volvió de nuevo al ruedo.

Cinco años más tarde, en el 2005, le llegó una nueva y definitiva cuenta de cobro: le diagnosticaron cáncer de Gist (sigla en inglés de gastrointestinal stromal tumors), que en palabras sencillas traduce: cáncer en las vías digestivas. La ciencia médica lo describe como un tumor que pertenece a la familia de los sarcomas de tejidos blandos. Estos tumores afectan el tejido conectivo, cuya función es rellenar o conectar entre sí otros tejidos como la grasa, los músculos, los nervios o los vasos sanguíneos.

Desde entonces, hace casi 13 años, ha sobrevivido con esa enfermedad –en una avanzada fase cuatro–, sumada a una metástasis en el hígado, como lo indica su más reciente diagnóstico de la Fundación Santa Fe de Bogotá. Han sido 20 las cirugías. Y hoy, a sus 45 años, sobrevive con 16 tumores. Su cáncer, dice, está como congelado. No retrocede, pero tampoco avanza y da gracias a Dios cada día por su vida.

En medio del dolor, un día, decidió vencer su orgullo y reconocer que con las fuerzas humanas no podía seguir; la muerte estaba cerca y sentía vacío en su interior. Abrió su corazón a Dios y clamó a la Virgen María por “una nueva oportunidad en la vida y más tiempo para amar”.

“Mario, la Virgen te quiere mucho. Todo resultó mejor de lo esperado”, recuerda que le dijo su médico tras la última cirugía, la número 20, el 12 de octubre de 2012. “Ese día volví a nacer”, afirma.

Mario no era un hombre piadoso y con sencillez hoy lo relata al testimoniar los encuentros extraordinarios que desde su primera operación tuvo con la Santísima Virgen María. Así por ejemplo aquél sueño cuando le dijo que todo iba a estar bien… “Mi Madre hermosa del cielo, que siempre se presenta para decirme que no estoy solo, que me cuida y me acompaña… La Virgen de Guadalupe”.

Y la mediación prometida por la Virgen se cumplió. El milagro apareció, la Virgen María, a través de varias circunstancias y personas, le pidió que confiara, que creyera y por supuesto que tuviera fe. Y, Mario respondió, entregó su enfermedad al Todopoderoso, unió su dolor a la cruz del Señor. Y abrió de par en par su corazón a Dios.

Y, fue así, cuando sus prioridades  cambiaron,  empezó a sanar y su cuerpo también.  Ayudado claro está por su familia y personas creyentes que fueron llegando en su camino. Asistió a un retiro espiritual que le permitió  reafirmar su decisión. Optó por seguir a Jesús y consagró su corazón al Inmaculado Corazón de la Virgen María. El exitoso administrador de empresas de la Javeriana hoy se presenta sin máscaras. Reemplazó las costosas corbatas y lleva en su cuello algo más valioso para él: Un escapulario que lo consagra al Inmaculado Corazón de María, y un rosario de Medjugorje, Bosnia, en el que están unidos los cinco continentes a través de la oración.

Mario se siente sano, por dentro y por fuera. Sus ojos brillan y su rostro resplandece cuando cuenta su historia, cuando se refiere a la madre universal, a María, de quien está locamente enamorado. Dios es su norte y ganar el cielo, su mayor apuesta.

Ante la evidente posibilidad de su muerte, y luego de dar tumbos entre la negación y el cansancio, decidió que quiere hacer de su vida el mejor homenaje a Dios. “No me sentía en condiciones de pedirle que me sanara el hígado, pero sí el corazón”. Mario, el paciente que confió, cree que esa es la forma de alistarse para hacer su viaje al cielo, a donde no quiere llegar con “el amargo sabor” de sentir que no ha dejado nada y que además no tendrá algo entre sus manos para entregar el día de su muerte.

Comentarios 0

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad