Natalia Payán, actriz, en una familia atea, buscó la fe, sola, desde los 7 años: «Desde que le dije sí, he visto a Dios. Lo mejor es poner tus sueños en sus manos»

* «Mi fe iba y venía. No entendía en este momento mi relación con Dios aun así no le soltaba. Puede que no estuviera tan comprometida, pero Dios nunca dejó de buscarme y ponerme a las personas concretas… Tenía un libro que se llama el Romance de Jesús y lo abrí. En él había las lecturas del día, una reflexión y una plegaria. Fue un 18 de mayo que recuerdo como mi aniversario porque fue el momento dónde me cambió mi percepción de la vida»

Video del testimonio de conversión de la actriz Natalia Payán  en El Rosario de las 11 pm

A.L.M. / Camino Católico.-  Natalia Payán es una incipiente actriz mexicana y es católica por convicción. Es conocida por su participación en Si nos dejan (2021), Travesuras de la Niña Mala (2022) y Valentino, Puedes ser tu propio héroe o villano (2022). Payán fue criada en una familia «profundamente atea» en la que «nadie cree absolutamente en nada». La única imagen religiosa de su hogar era una virgen que pasaba cuanto menos desapercibida y la relación con la fe en su vida  era inexistente, también en su escuela, «totalmente laica», explica en El Rosario de las 11 pm. 

Le regalan un vestido de comunión y desea recibir a Jesús

La actriz Natalia Payán con su padre en 1997 / Foto: Natalia Payán – Instagram

Cuando era pequeña tenían una casa en el campo dónde había un rosario y así fue como se aprendió el Padrenuestro y el Avemaría.  Además, supo que en agosto se celebraría «por todo lo alto» la fiesta de San Lorenzo, que se preparaba nueve días antes con un rosario en comunidad, seguido de reuniones con dulces. En un principio ella iba por esto último, pero la condición era rezar primero… «Y así lo aprendí, a base de escucharlo»,  relata.

Una vecina le regaló un vestido de comunión, que ella recibió como «un vestido de princesa» y que le llevó a querer recibir al mismo Jesús. “Yo quería hacer la primera comunión pero mi madre no quería”, recuerda. Ahorró para comprarse el libro del catecismo.

Otro problema que afrontó sola era que no estaba bautizada y la catequesis. Entonces, ahorró  los 75 pesos -hoy, unos 4 euros y 4 dólares y medio- que costaba el catecismo y con 7 años empezó a estudiarlo entusiasmada. Tanto que el día de su cumpleaños llegó a irse sola porque ese día tocaba catequesis, teniendo  todo preparado para recibir a sus amigas en casa.

Recibe el bautismo, la comunión y va a un internado católico

Pese a su tajante rechazo, la madre sabía que no podría hacer nada por frenar el deseo de Natalia de comulgar, así que buscó junto a ella una iglesia donde la bautizasen y sin poner problemas por la edad. Tras varios intentos, la niña se desesperó. «A Jesús le bautizaron con 30 y yo solo tengo 9», lamentaba llorando.

La actriz Natalia Payán cree que Dios ha estado siempre a su lado / Foto: Natalia Payán – Instagram

Un día fueron a la catedral pero no pudieron entrar porque no se podía. Su madre le comentó que rezara en su cuarto que no pasaba nada. Tras recurrir a un sacerdote amigo de la familia, Natalia recibió su bautismo, la comunión… y a eso le siguió su deseo de ser confirmada, lo que nuevamente le fue negado por su familia.

Pasados los años, fue enviada a un internado católico de Irlanda con otras niñas. «Me encantaba rezar todo el tiempo, leer la Biblia y en algún momento dije que sería monja. Pero quería ser actriz desde niña, es mi sueño de toda la vida, así que cuando mi padre se enteró, me dijo que volvería a México a estudiar y me olvidaría de eso», explica.

Regresó a México y comenzó a estudiar interpretación. De esta forma se fue alejando de Dios y de ir a misa incluso. En Irlanda recuerda que tenía una amiga que le resolvía muchas dudas religiosas. “Mi fe iba y venía. No entendía en este momento mi relación con Dios aun así no le soltaba. Puede que no estuviera tan comprometida, pero Dios nunca dejó de buscarme y ponerme a las personas concretas”, cuenta.

El libro «El romance de Jesús» cambió su vida

“Entré a trabajar en un lugar que no me gustaba. Renuncié sin un plan b”. Natalia dejó du tedioso trabajo administrativo, la única ocupación que daba un sentido a sus días, y se dirigió al «precipicio». «No hacía nada más que dormir, salir de fiesta y ver series. Un día, una amiga me invitó a salir a una discoteca y estando en ella me desmayé porque no había comido en 3 días. `¿Qué estás haciendo con tu  vida?´», se preguntó. Fue un momento de su vida dónde su vida se desordenó.

Natalia Payán, en el set de grabación de la serie «Si nos dejan» con otra de las actrices / Foto: Natalia Payán – Instagram

Al día siguiente de haber tocado fondo, “tenía un libro que se llama ‘El Romance de Jesús’ y lo abrí. En él había las lecturas del día, una reflexión y una plegaria. Fue un 18 de mayo que recuerdo como mi aniversario porque fue el momento dónde me cambió mi percepción de la vida”, asegura porque aquel día la lectura era la II epístola de San Pablo a los Corintios, «lo cambió todo»: «Atribulados en todo, mas no aplastados; apurados, mas no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, mas no aniquilados…»

Entendió este momento de la vida como una prueba más que el Señor le estaba poniendo en su camino para forjar su carácter. Le invitaron a un encuentro con una chica de su edad dónde contó su testimonio. “Cree en Dios, limpia tu casa y trabaja por los demás” fueron las palabras que pronunció que se le quedaron clavadas en el corazón. A partir de aquí todo fue mejorando.

Recibió una llamada ofreciéndole un trabajo que llevaba meses buscando. Y su libro de oración volvió a entrar en juego, que ese día citaba Proverbios 14-4: «El perezoso codicia y su deseo es vano, Desde entonces no solo no le ha faltado trabajo, sino que comprendió que fue también un medio para poner un orden en su vida que le llevaría a volver a misa, comprometerse más, soñar con irse de misiones y, sobre todo, confirmarse.

Se considera «la favorita de Dios»

La actriz Natalia Payán, en uno de sus proyectos de Misión Emaús, gracias a los cuales pudo recibir su deseada confirmación.

Ella siempre quiso irse de misiones pero por edad no sabía si podía ir. “Quería hacer la confirmación antes pero comenzó la pandemia y no pude irme de misiones. Comencé a hacer el curso de confirmación por zoom”. Lejos de derrumbarse, aprovechó el encierro para «estudiar, entrar a todos los grupos y  ver todas las conferencias y vídeos católicos»  que podía ver. Uno de ellos fue la película de HM Televisión sobre la hermana Clare.

Pasado el confinamiento, la joven actriz había dado muestras de estar preparada, por lo que fue llevada al sacramento de la confirmación, convencida de «haber encontrado el camino y religión» correctos aún «en contra de todo pronóstico. Podría haber escogido cualquier otra religión y mis padres no me habrían dicho nada, pero Dios me llamó, me regaló ese vestido y puso a las personas correctas», expresa agradecida.

Desde entonces, Natalia Payán reconoce sentirse como «la favorita de Dios» y «dichosa» por su fe, que considera «un regalo inmerecido». A raíz de su confirmación, la actriz reconoce haber visto su fe reafirmada, se comprometió más con la Iglesia y el apostolado y, al fin, alcanzó su sueño de irse de misiones mientras le empezaban a llamar con nuevas producciones y castings.

La fe y la actuación fueron siempre «los sueños» de la mexicana, pero incluso cuando coincidían, Natalia siempre sabía cuál debía escoger. No tardó en comprobar que poner su fe por encima de su trabajo era respondido por Dios «llenando la vida de regalo. Desde ese momento, desde que le dije sí, he visto a Dios. Y he visto cumplir incluso los sueños que ya no recordaba, de la mejor forma que nunca hubiera imaginado. No hay mejor lugar para poner tus sueños que en las manos de dios», asevera.


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