Papa Francisco en el Ángelus: «En el momento de nuestras tentaciones no dialoguemos con Satanás, pero siempre defendámonos con la palabra de Dios, y esto nos salvará»

«Renovemos las promesas de nuestro bautismo: renunciamos a Satanás y a todas sus obras y seducciones -porque él es un seductor-, para caminar en los senderos de Dios y “llegar a la pascua en la alegría del Espíritu”»

9 de marzo de 2014.-(13 TV /Radio Vaticano Camino Católico) Puntualmente a mediodía, en una espléndida jornada de sol, el Papa Francisco rezó el Ángelus con los miles de fieles y peregrinos de numerosos países que se habían dado cita en la Plaza de San Pedro. En sus palabras, el Obispo de Roma recordó que el Evangelio del primer domingo de Cuaresma presenta cada año el episodio de las tentaciones de Jesús. Y afirmó que el tentador trata de apartar al Señor del proyecto del Padre, es decir de la vía del sacrificio que implica ofrecerse a sí mismo por amor en expiación, para hacerle tomar un camino fácil, de éxito y poder.

Pero Jesús, prosiguió explicando el Papa, rechaza decididamente todas estas tentaciones y reafirma la firme voluntad de seguir la vía establecida por el Padre, sin ningún compromiso con el pecado y con la lógica del mundo. El Santo Padre destacó la victoria definitiva del Señor en su rendición final de cuentas con el “príncipe de este mundo” en la hora de la pasión y de la cruz, lo que representa ¡la victoria del amor!

Antes de rezar a la Madre de Dios el Papa Francisco afirmó que el tiempo de la Cuaresma es ocasión propicia para todos nosotros para realizar un camino de conversión, confrontándonos sinceramente con esta página del Evangelio. Y pidió que renovemos las promesas de nuestro Bautismo, renunciando a Satanás y a todas sus obras y seducciones, para caminar por los senderos de Dios y llegar a la Pascua en la alegría del Espíritu. En el vídeo se visualiza y escucha toda la meditación y la oración del Ángelus del Papa, cuyo texto completo es el siguiente:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!:

El evangelio del primer domingo de cuaresma presenta cada año el episodio de la tentación de Jesús, cuando el Espíritu Santo descendió sobre él después del Bautismo en el Jordán, y lo llevó a enfrentar abiertamente a Satanás en el desierto por 40 días antes de iniciar su misión pública.

El tentador intenta desviar a Jesús del proyecto del Padre, o sea de la vía del sacrificio, del amor que ofrece a sí mismo en expiación, para hacerle tomar un camino fácil, de éxito y de potencia. El duelo entre Jesús y Satanás se realiza a fuerza de citaciones de la sagrada escritura. El diablo de hecho, para desviar a Jesús de la vía de la cruz le propone falsas experiencias mesiánicas: el bienestar económico, indicado por la posibilidad de transformar las piedras en pan; el estilo espectacular y milagrero, con la idea de arrojarse al vacío desde el punto más alto del templo de Jerusalén y hacerse salvar por los ángeles; y al final el atajo del poder y del dominio, en cambio de adorar a Satanás.

Son el tres grupos de tentaciones, también nosotros las conocemos bien. Jesús rechaza con decisión todas estas tentaciones y reitera la firme voluntad de seguir el camino establecido por el Padre, sin ningún compromiso con el pecado y con la lógica del mundo.

Noten bien como responde Jesús. Él no dialoga con Satanás como había hecho Eva en el paraíso terrenal. Jesús sabe bien que con Satanás no se puede dialogar, como había hecho Eva, y elige refugiarse en la palabra de Dios, y responde con la fuerza de esta palabra.

Recordemos esto: en el momento de nuestras tentaciones no dialoguemos con Satanás, pero siempre defendámonos con la palabra de Dios, y esto nos salvará.

En sus respuestas a Satanás, el Señor usando la Palabra de Dios nos recuerda antes todo que “no sólo de pan vive el hombre pero de toda palabra que sale de la boca del Dios”.

Esto nos da fuerza y nos sostiene en la lucha contra la mentalidad mundana que reduce al hombre al nivel de necesidades primarias, haciéndole perder el hambre de lo que es verdadero, bueno y bello: el hambre de Dios y de su amor.

Recuerda además que está escrito también: ‘No tentarás a tu Dios y Señor”. Porque el camino de la fe pasa también a través de la oscuridad, de la duda, y se nutre de paciencia y de espera perseverante. El Señor Jesús recuerda al final que está escrito: ‘Adorarás al Señor, tu Dios: a él solamente rendirás culto’. O sea, tenemos que deshacernos de los ídolos, de las cosas vanas y construir nuestra vida sobre lo esencial.

Estas palabras de Jesús encontrarán después confirmación en sus acciones. Su absoluta fidelidad al diseño del amor del Padre lo conducirá después de aproximadamente tres años al enfrentamiento final con el ‘príncipe de este mundo’ en la hora de la pasión de la cruz, y allí Jesús tendrá su victoria definitiva, ¡la victoria del amor!

Queridos hermanos, el tiempo de la cuaresma es una ocasión propicia para todos nosotros, para realizar un camino de conversión, interrogándonos sinceramente ante esta página del evangelio.

Renovemos las promesas de nuestro bautismo: renunciamos a Satanás y a todas sus obras y seducciones -porque él es un seductor-, para caminar en los senderos de Dios y “llegar a la pascua en la alegría del Espíritu”.

(A continuación el Santo Padre rezó la oración del ángelus y después dijo:)

Queridos hermanos y hermanas:

Dirijo un cordial saludo a los fieles de Roma y a todos los peregrinos. Saludo a los grupos parroquiales que llegan de Biella y Vercelli, de Laura Paestum, San Marziano, Aosta Latina, Avellino y Pachino. Saludo al “Colegio Santa María” de Elche, España.

Un pensamiento especial dirijo a los jóvenes de Rosolina, que el próximo domingo recibirán la Confirmación, y a los de Toscana que harán en Roma la ‘promesa’ de seguir a Jesús; y a los de Paderno Duragnano, Seregno, Bellaria y Curno. Saludo también a los papás y niños de Cabiate.

Durante esta cuaresma tengamos presentes la invitación de la Caritas Internacional contra el hambre en el mundo.

Les deseo a todos que el camino de la cuaresma iniciado hace poco sea fructífero, y les pido a ustedes que se acuerden de mi en la oración y de mis colaboradores de la curia romana, que esta tarde iniciaremos la semana de ejercicios espirituales. Gracias. 

A todos os deseo un feliz domingo y buena comida. ¡Hasta pronto!

Papa Francisco

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