Siobhan Fallon, la autobusera de «Forrest Gump», cuenta cómo vive en Hollywood su fe católica: «La fe no sólo te ayuda, sino que te afecta en todos los sentidos»

En una reciente conferencia destaca la importancia de aprovechar las ocasiones que presenta el trabajo cotidiano

8 de noviembre de 2012.- (C.L. / Religión en Libertad / Camino CatólicoEs fácil recordar a Siobhan Fallon a los mandos del autobús escolar, con el cigarrillo en la comisura de los labios y echando humo por la nariz, animando a Forrest Gump niño a subir para encaminarse a su primer día de colegio. Tenía 33 años y hacía su primer trabajo, aunque secundario, en una película grande, tan grande como la que rodó en 1994 Robert Zemeckis, seis veces oscarizada. En esos breves segundos de conversación con «Gump, Forrest Gump» supo transmitir las dosis justas de dureza aparente y buen corazón que requería su personaje.

Venía de la televisión y se quedó en la pantalla grande (Men in Black, El negociador) sin abandonar la pequeña (Seinfeld, Ley y orden), siempre como actriz de reparto, capaz de crear en torno a las estrellas -como Renee Zelleweger en Ejecutiva en apuros- un entorno de humanidad con cierta vis cómica en papeles a los que dota de consistencia. La han ayudado para ello su pelo rojo, un rostro simpático que puede ser hilarante y al mismo tiempo una voz fuerte y gutural, sobre la cual ha bromeado alguna vez: «En una ocasión, cuando era niña, al salir de confesarme, los otros niños que hacían cola me preguntaron: ´¿De verdad le diste un puñetazo a tu hermana?´ «. Debía tener carácter.

A sus 51 años, casada desde hace quince y con tres hijos, Siobhan Fallon ha habló de su fe recientemente en una conferencia en la Universidad Franciscana de Steubenville (Ohio). Fue el 25 de octubre y bajo el título “El camino de una actriz católica” explicó cómo se puede evangelizar en el difícil terreno de Hollywood, donde un establishment hostil o indiferente ante la religión intenta imponer su  ley.

Pequeñas conversaciones permiten grandes verdades

Siobhan es hija de abogado y periodista y la segunda de cinco hermanos. Nacida en Siracusa (Nueva York) en 1961 y licenciada por la Universidad Católica de América, se incorporó a la farándula como adolescente, pero hasta 1992 no empezó a descollar en espectáculos televisivos, para luego ya no dejar de incrementar su currículum.

Durante la conferencia no hizo alarde de haber logrado muchas conversiones entre sus compañeros de trabajo, pero sí de suscitar el tema de Dios, de Jesucristo y de la Iglesia en cuanto lo permiten las circunstancias. Los rodajes, dijo, dan pie a numerosos puntos muertos y momentos de confidencia donde es posible ofrecer ese testimonio. También procura escoger, y así ha sido en la mayoría de sus papeles, guiones y películas que sus hijos puedan ver y no desdigan de su condición católica.

Se formó en un hogar de intensa devoción: «En mi familia se hablaba a menudo de la fe. Íbamos a misa los domingos y fiestas de guardar y rezábamos el rosario cuando íbamos en el coche para algún viaje, con el brazo de mi padre dispuesto a blandirse sobre cualquiera que se riese o no rezase con voz lo bastante alta», recuerda con humor en una entrevista que concedió a Tim Drake, del National Catholic Register.

Coherencia en el trabajo

«La fe no sólo te ayuda, sino que te afecta en todos los sentidos»,sostiene. Educa a sus hijos en un colegio católico y les acompaña a retiros espirituales y adoraciones eucarísticas. Pero no se deja la fe en casa, también la lleva al set de rodaje. En una ocasión renunció a hacer una escena aun si suponía perder el trabajo: «Si le estoy enseñando a mis tres hijos una cosa, no puedo hacer la contraria en mi trabajo», le explicó al productor.

Estas situaciones u otras conversaciones menos traumáticas favorecen la evangelización: «La gente asume que piensas como ellos. Yo digo lo que pienso y creo que muchos lo encuentran refrescante».

En una ocasión, durante el rodaje de Ejecutiva en apuros, -en la que la vemos en la imagen de la derecha con Renee Zellweger-  salieron a cenar. Le preguntaron por sus niños, a qué colegio iban, etc. Cuando explicó que los llevaba a una escuela católica, su productor le preguntó: «Pero no eres católica practicante, ¿verdad? Sólo eres culturalmente católica, ¿no?». Siobhan le sacó de su error y entonces le preguntaron cómo explicar el tsunami que acababa de asolar el sudeste asiático: «¡Toda la mesa se focalizó en mí y en mi fe!», cuenta.

El caso es que su papel en esa película, en la que hace de secretaria de Renee Zellweger, es una mujer cristiana que hace más de una referencia a Jesús como parte del guión. Siobhan se sintió a gusto en ese rol e insistió en llevar una cruz al cuello como parte de la indumentaria de su personaje. Un pequeño pero significativo detalle.

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