Sonia y Jeff McGarrity, matrimonio con 8 hijos, 3 adoptados y 4 con síndrome de Down: «Se trata de abrir tu corazón y decir: `Dios, quiero amar tanto como Tú me lo permitas´»

* «Dios nos ha llamado a difundir la alegría de la adopción de niños con síndrome de Down… Nunca puedo ponerme al día con las tareas, pero estoy segura de que el Señor me dice: `no te pido que completes toda la lista, solo que hagas lo que debes´. Lo más importante que tengo que hacer es amar a mis hijos»

Camino Católico.- Desde el primero hasta el último de sus ocho hijos, la familia de Sonia y Jeff McGarrity es una muestra “del sentido del humor de Dios”, el deseo de santidad y la apertura del matrimonio a la vida. Tras más de 20 años casados, tienen ocho hijos, de los cuales tres son adoptados y cuatro tienen síndrome de Down. ¿Su balance? “Amar tanto como Dios nos lo permita”, cuenta Sonia en Colorado Parent y lo traduce y J.M. Carrera lo traduce y sintetiza en Religión en Libertad.

Buscaba la compasión en su familia

Sonia y Jeff se conocieron hace 20 años en la ciudad de Washington. Ambos trabajaban en el entorno de la Iglesia. Se casaron y pronto fueron padres de Thomas y Sean.

Su tercer hijo, Jeffrey, tendría síndrome de Down. “Había estado entre niños con necesidades especiales y había en sus familias una suavidad que les ayudaba a tener una compasión que no veía en otras familias. No pensaba en la dificultad, tan solo veía compasión, y quería eso para mi familia”, explicó a Catholic News Agency.

“Para algunos, noticias así pueden ser devastadoras, pero no lo fue para nosotros”, afirmó Sonia.

Los McGarrity, durante un discurso en la marcha provida de Denver en 2019

“Quiero amar tanto como Tú me lo permitas”

Tras el nacimiento de su cuarto hijo, Brendan, la familia se mudó a Colorado. Allí tuvieron dos abortos espontáneos.

Abiertos a la vida, retomaron la idea de la adopción al conocer la cantidad de abortos que se producían por la trisomía del gen 21. “Nadie entiende lo que estas preciosas almas pueden hacer con su amor incondicional”, explica Sonia. “Se trata de abrir tu corazón y decir: `Dios, quiero amar tanto como Tú me lo permitas´”.

El sentido del humor de Dios

Preguntó a una experta “si era una locura ser padre de un niño con síndrome de Down y querer adoptar a otro niño que padeciese este síndrome. Me respondió que sus cuatro hijos lo tenían. Supongo que no estoy loca”, pensó. Meses después, en diciembre de 2010, la familia adoptaba a Cecilia.

“Aquí es donde entra en juego el sentido del humor de Dios”, cuenta Jeff al explicar que unos meses después de que Cecilia llegase a casa, Sonia se enteró de que estaba embarazada de Augustine, que nació en la Navidad de 2011. Con la adopción de Rose Marie y de Charlotte, que también tenían la trisomía del gen 21, los McGarrity vieron su familia completa entre 2015 y 2018.

En total, tienen 8 hijos, 3 adoptados y 4 con síndrome de Down.

Un día normal con los McGarrity

Un día normal comienza a las 5:30 de la mañana en la casa de los McGarrity. “Todas las mañanas, cuando se despierta Jeff, me abraza y me recuerda que sea lo que sea que se nos presente, podremos enfrentarlo”. Sonia prepara el desayuno y todos menos la pequeña, Charlotte, se van a la escuela a las 8:30.

Luego Charlotte recibe terapia en casa y después acompaña a su madre a un banco de alimentos donde trabaja como voluntaria. Después regresan y prepara la cena antes de que se vayan a las terapias, deportes y clases de música. La familia termina el día rezando juntos la Liturgia de las Horas, cantando la antífona de la Virgen y haciendo el examen de conciencia.

Para Sonia y Jeff McGarrity, sus ocho hijos, tres adoptados y cuatro con síndrome de Down, son una bendición 

“Lo más importante, amar a mis hijos”

“Veo a mis amigos irse con sus maridos los fines de semana y sé que no es una opción para nosotros”, cuenta Sonia. En su defecto, “diré que siempre tratamos de superarnos el uno al otro en el servicio mutuo, y eso ha impedido que nos sintamos saturados”.

“Centrándonos el uno en el otro en lugar de en uno mismo”, añade Jeff, “hemos podido superar las situaciones difíciles”.

“Nunca puedo ponerme al día con las tareas”, reconoce Sonia, “pero estoy segura de que el Señor me dice: `no te pido que completes toda la lista, solo que hagas lo que debes´”. Para ella, “lo más importante que tengo que hacer es amar a mis hijos”.

Dispuestos a ampliar su familia

Actualmente, el matrimonio ayuda a otros padres que esperan niños con síndrome de Down. Invitan a los futuros padres a su hogar y hablan sobre los desafíos y alegrías que les esperan.

“Si eres padre biológico y tienes un diagnóstico prenatal, ven y conoce nuestra familia”, invita Sonia.

A día de hoy, Sonia está activa en grupos de Facebook para que las futuras madres sepan que si tienen un diagnóstico prenatal y están planteándose el aborto, ella estaría feliz de criar a su hijo. Explica que su único trabajo es llegar junto a sus hijos al cielo. “Dios nos ha llamado a difundir la alegría de la adopción de niños con síndrome de Down”, concluye.


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