William Rocha era ateo y Cristo le salió al encuentro cuando fue invitado a una Misa y dijo: «Dios o quien llaman Dios, si existes, pruébalo. Si no veo, no creo». Hoy es misionero

* «En aquella Misa, empecé a creer que aquel pan era Jesucristo. Desde ese momento en adelante descubrí que, aunque ni vi ni toqué a Dios, sí creía que ese pedazo de pan no era un pedazo de pan, era el verdadero Jesucristo, que en aquel pan lo podía tocar y comer, que ya no era pan. ¡Ese Jesús fue hacia mí 3 veces! Él no depende de mi fe o falta de fe para actuar, en mi vida. Él vino a mí y me hizo una persona nueva, una persona feliz que ya no sigue las modas del mundo»

Camino Católico.- “Cuando era más joven cultivé una mentalidad en la que Dios no existía, tampoco los ángeles, santos y la vida después de la muerte, ni en el Juicio Final, ni nada de eso. ¡Nada! Yo pensaba que la vida era aquí en la tierra, y cuando te mueres te entierran y los insectos te comen y ya está. Creía que la vida era apenas ésta y listo”. Esta era la visión que tenía William Rocha, un ateo de vida disoluta, que hoy es misionero de la Comunidad Shalom, en cuya página web cuenta su testimonio.

«En esa mentalidad, yo no tenía a Dios para rendirle cuentas, ni a nadie que me mirase. La mirada de mis padres, de mis profesores, no me alcanzaba. Y yo no creía en una Mirada Superior, que lo sabe todo, que lo conoce todo. Y como nadie me miraba, yo me creía con derecho a hacer cualquier pecado», explica en un vídeo testimonial de 2013, en el cual invita a campamentos juveniles de la Comunidad Shalom.

Las cosas cambiaron cuando el joven fue invitado por una tía a visitar el centro de Evangelización Shalom durante una Misa en favor de los enfermos, presidida por padre Antonio Furtado.

William dice que, inspirado por la tía, cerró los ojos y planteó un desafío: “Dios, o al que llaman Dios, en quien no creo, si existes, pruébalo. Si no veo, si no toco, no creo”. El joven, sin saberlo, rezó. Abrió los ojos y observó, en tono jocoso, personas en oración, otras cantando, otras con sus brazos en alto y orando en lenguas.

Un joven que no creía en Dios

William Rocha, en el centro de la imagen, durante su Seminario de Vida en el Espírito Santo

La sorpresa vino al término de la adoración eucarística, cuando una ministra de oración proclamó una palabra que, en aquella asamblea había un joven no creyente, ateo. Él estaba del lado izquierdo, al final del espacio, cerca de la capilla. “Joven, Dios te dice que Él no necesita de tu fe para existir”, repite William cuando recuerda la palabra de ciencia y sabiduría aquella noche el 2007, en el Centro de Evangelización ’Shalom da Paz’, en Fortaleza – CE.

Aquella proclamación cuestionó las ideas del joven, ya que él estaba en el mismo lugar indicado por la ministra de oración. Poco tiempo después, el padre que portaba el Santísimo Sacramento se le aproximó, trazó el signo de la cruz y le tocó su hombro. “En aquel momento, sentí algo diferente, me recordé de mi de infancia, vivida en el colegio católico en el que estudié”, relata William.

Lleno de emoción

Terminada la Misa, el entonces estudiante comenzó a racionalizar, para entender, la experiencia que había vivido. Tras una semana, la misma tía lo invitó nuevamente a la misa. William fue y escuchó durante la adoración eucarística la siguiente proclamación: “Hay un joven aquí, en medio, cerca de la imagen de Nuestra Señora, que antes de venir para acá dijo a alguien que no creía en la virgen María, en su pureza y virginidad. Mas, hijo mío, ella es Virgen”.

William se emocionó, aún más cuando el sacerdote, otra vez, se le aproximó con el Santísimo y lo tocó. Acabada la Misa, en su mente, titubeante entre lo racional y la duda, William cuestionó aquella experiencia. Fue ahí que decidió ir por tercera vez a la Misa del jueves, mas ahora sin decirle a nadie. Se sentó en un lugar escondido, atrás de un árbol, escondido en medio de una multitud de casi cinco mil personas.

William Rocha y los otros dos jóvenes que han iniciado la misión en Suecia

Al final de la adoración al Santísimo sacramento aconteció un encuentro inexplicable. “el sacerdote que ya había pasado donde estaba, de repente, regresó sin tocar a ninguno, hasta llegar exactamente donde estaba abriéndose paso entre las sillas. En ese momento, en el que estaba atrás del árbol, el sacerdote vino y rezó por mí. En aquella Misa, empecé a creer que aquel pan era Jesucristo. Desde ese momento en adelante descubrí que, aunque ni vi ni toqué a Dios, sí creía que ese pedazo de pan no era un pedazo de pan, era el verdadero Jesucristo, que en aquel pan lo podía tocar y comer, que ya no era pan. ¡Ese Jesús fue hacia mí 3 veces! Él no depende de mi fe o falta de fe para actuar, en mi vida. Él vino a mí y me hizo una persona nueva, una persona feliz que ya no sigue las modas del mundo”, testimonia.

Tras esa experiencia, William, se acercó y empezó en un grupo de oración de la Comunidad Católica Shalom, así inició un camino de crecimiento espiritual. En el 2011 William hizo el Vocacional Shalom, y en un año partió en misión a Maceió (AL), como Postulante de la Comunidad de Vida.

El 2013, retornó a Fortaleza como Postulante del segundo año en la Comunidad de Alianza. Actualmente es Magister en Estudios de traducción y está “con las maletas listas” para fundar una misión de la Comunidad en Suecia, junto a otros dos jóvenes, Cenildo da Costa Filho – de Curitiba (PR) – y Luís Gonzaga de Lima, de Santo Amaro (SP).

El país menos creyente del mundo

Suecia, el país de misión al que ha sido destinado William Rocha
William Rocha esta ya en Suecia iniciando su misión.

La Providencia Divina encaminó a William justo al país menos creyente del mundo, con una porcentaje de no-creyentes que llega a un total de 85% de la población. En Suecia, apenas el 2% de la población general se declaran católicos.

“Tengo una expectativa altísima. Sé que vamos tener muchas dificultades con el idioma, el clima frio, con los pocos fieles de la Iglesia Católica. Aún consciente de todo eso, me alegra saber que cultivaremos amistades, conoceremos personas, llegando a ser parte de sus vida”, relata William.

Desde enero de este año  2020 William vive con los otros dos jóvenes misioneros brasileños en Suecia, primero en Uppsala, más adelante en Estocolmo.

Los tres jóvenes que van a fundar una Misión Shalom en Suecia

El pedido de la Misión Shalom en Suecia surgió a pedido del Cardenal Arbielius, arzobispo de Estocolmo, al Fundador y Moderador General de la Comunidad Shalom, Moysés Azevedo. El diálogo inicial fue durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Polonia, siendo formalizado por el Cardenal en el 2017, cuando éste envió una carta al fundador de la Comunidad Shalom.

“Ya se me había pedido de ir en misión a Australia, mas no se dio. Cuando surgió la posibilidad de abrir esta misión en Suecia, el Asistente Internacional de la Comunidad, Padre Cristiano Pinheiro, me lo consultó y así envié la carta de petición que fue aceptada”, comparte William Rocha, el joven que de ateo pasó a ser misionero enviado al país menos creyente del mundo.


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