John Benson hizo un accidentado viaje en autobús para ver al Papa Benedicto que cambió su vida: iba para director de cine y ahora es sacerdote

* «El autobús se rompió, y mientras esperábamos un autobús nuevo estuvimos toda la noche rezando el Rosario y leyendo la Biblia. Esa noche sentí que algo especial me tocaba y le dije al Señor que ya no me gustaría vivir para mí»

Camino Católico.-  El joven de 27 John Benson fue uno de los diez jóvenes ordenados sacerdotes el pasado sábado en la Basílica de la Inmaculada Concepción de Washington. Este enamorado del cine y especialmente de la Guerra de las Galaxias no soñaba con ser sacerdote sino director de cine, pero un accidentado viaje en autobús le abrió otro camino.

Mi idea era estudiar cine. Estaba totalmente decidido a eso hasta que me di cuenta de que ese no era el plan de Dios para mí”, afirma este nuevo sacerdote estadounidense. Bromeando llega a afirmar que antes incluso que ser director, cuando era niño y era un fanático de La Guerra de las Galaxias tenía otro sueño: “mi deseo más querido era ser un ‘padawan’” (es decir un discípulo de los Jedi).

John Benson y los nueve diáconos con los que se ordenó sacerdote el pasado sábado

De soñar a ser un jedi a convertirse en un sacerdote católico

Recordaba entre risas que los Jedi son una especie de antigua orden casi monástica de eruditos y guerreros que se sacrifican por los demás, y los padawan eran sus aprendices, es decir, “básicamente son seminaristas» jedi.

La primera vez que apareció en el horizonte la vocación al sacerdocio fue en 2008. “Me sentí llamado a entregar mi vida a Cristo, pero no entendí lo que eso significaba, y tenía miedo de averiguarlo”, afirma Benson al Catholic Standard y Javier Lozano lo explica en Religión en Libertad.

El accidentado viaje en autobús para ver al Papa

La vocación de John empezó a despertarse durante el viaje de Benedicto XVI a EEUU en 2008

Curiosamente, esta primea llamada se produjo durante un viaje en autobús a Nueva York para ir a ver al Papa Benedicto XVI, que estaba de visita en ese momento en EEUU. John recuerda que “el autobús se rompió, y mientras esperábamos un autobús nuevo estuvimos toda la noche rezando el Rosario y leyendo la Biblia”.

“Esa noche –señala este joven- sentí que algo especial me tocaba y le dije al Señor que ya no me gustaría vivir para mí”. Y pasó esos dos años siguientes con esa inquietud en su corazón.

John Benson creció en una familia católica de Bethesda que profundizó su fe en el Camino Neocatecumenal. Su madre estaba muy involucrada en la parroquia y coordinaba el RICA (catecumenado de adultos) mientras que él desde niño era monaguillo.

Durante estos años de adolescencia, Benson asegura que un sacerdote de la parroquia, el español Javier Santaballa, tuvo un enorme impacto sobre él. “Me inspiré en la alegría, la libertad y la espontaneidad que vi en la forma en que vivía su sacerdocio y el cristianismo en general”.

El deseo de estudiar cine en Los Ángeles

Sin embargo, esta llamada que sintió en aquel autobús averiado se tambaleó durante los años de Secundaria, donde se abandonó a la “influencia de mi ambiente de una escuela pública muy liberal”. Comenzó a tocar en una banda de música y decidió que se iría a la universidad a Los Ángeles para cumplir su sueño de ser director de cine.

Pero cuando ya había pagado una parte de la matrícula de la universidad, Benson ya supo con certeza que “Dios me estaba llamando a ser sacerdote misionero para la Nueva Evangelización” a raíz de la formación que estaba recibiendo en su comunidad neocatecumenal, que “era un antídoto contra lo que estaba recibiendo de la sociedad”.

Su llamada al sacerdocio en el seno del Camino Neocatecumenal

“Ser parte del Camino Neocatecumenal me ayuda a ver cómo Dios tiene un plan para mí, y es bueno estar acompañado en este viaje de fe por matrimonios, jóvenes y personas mayores de mi comunidad”, afirma.

A los jóvenes que sienten la llamada al sacerdocio en esta realidad eclesial se les envía, una vez que se ha discernido bien sobre su vocación, a una convivencia en Italia donde al azar se reparten los futuros seminaristas en los más de 120 seminarios Redemptoris Mater que hay en los cinco continentes.

«Con ansias de anunciar la Buena Nueva»

“Simplemente sucedió”, afirma él, que en este sorteo le tocó el Seminario Redemptoris Mater de Washington, el de su diócesis natal. “Estos últimos nueve años de seminario han sido el momento más feliz de mi vida”, confiesa.

Sus padres están encantados con la ordenación de John. “Nunca te hemos visto tan feliz. Estamos seguros que es lo mejor para ti”, le dijeron.

Ahora ya como sacerdote espera “con ansias poder llegar a aquellos que no asisten a la Iglesia, a los que vienen sólo para los bautismos o las bodas, en Navidad o en Pascua, y conectar con ellos para anunciarles la Buena Nueva”.

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