Arthur: «No creía en Dios, fui a un encuentro de jóvenes cristianos, me confesé de lo que había hecho a las chicas y contemplando el Sagrado Corazón sentí su presencia»
* «Antes no podía rezarle a Dios porque no le conocía y me parecía muy distante. Ahora me parece mucho más cercano: es casi una relación de amistad, hablo con Él todos los días y, sobre todo, le agradezco todo lo que hace por mí; ahora veo que cada día hace cosas hermosas por mí en mi vida»
A.L.M. / Camino Católico.– La adolescencia de Arthur estuvo marcada por relaciones románticas en las que buscaba “la otra mitad de mi mismo”. El encuentro que lo cambió todo en la vida de este joven fue donde Jesús se manifestó como el Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque, en Paray le Monial (Francia), durante una reunión de jóvenes cristianos donde descubrió el verdadero significado del amor en las relaciones con los demás. “No creía en Dios, fui a un encuentro de jóvenes cristianos, me confesé de lo que había hecho a las chicas y contemplando el Sagrado Corazón sentí la presencia de Dios” dice Arthur a Découvrir Dieu. Este su testimonio contado en primera persona.
«Dios me guía y avanzo con Él por este camino: quiero dar más de mí a los demás, no la relación utilitaria que tenía antes»
Me llamo Arthur y os voy a explicar sobre cómo ha sido mi viaje de fe hacia Dios. Nací en una familia católica: sobre todo mi madre, mi padre ya no era muy practicante ni religioso. Siempre fue mi madre quien nos llevó a mí y a mi hermano a la iglesia. Íbamos allí regularmente. Y también asistía a Misa con los scouts. Pero no creía realmente en Dios.
Fui a la secundaria y a la universidad y salí con varias chicas. Sencillamente, buscaba la mitad de mí mismo para contrarrestar mi falta de confianza. Y, sobre todo, en relación con tus compañeros: quieres salir con una chica para sentirte mejor y para sentirte valorado a los ojos de los demás.
Y así fue como cuando tenía 22 años llegué a Paray-le-Monial donde había una reunión cristiana. Tuvimos una conferencia sobre cosas que al principio me parecieron un poco extrañas, porque nunca había oído hablar de eso: la castidad, de amar a los demás por lo que son y entregarse a ellos… Ahí entendí que había hecho algunas cosas malas a las chicas; antes no lo había visto así
Esa percepción de mi realidad me llevó a confesarme. Después de haber confesado las diferentes cosas que había hecho con diferentes chicas, Dios vino a mí. Estaba en la iglesia, solo contemplando el Sagrado Corazón, y sentí una alegría muy, muy fuerte, que no podía contener; y así, de repente, lloré, grandes lágrimas, lágrimas de alegría. Así que sí, realmente sentí la presencia de Dios.
Después desee conocer más a ese Dios, conocer un poco más mi fe y desarrollar un poco mi fe Dios. Entonces me uní a un grupo de oración donde cantábamos y alabábamos a Dios. Conocí hermanos y hermanas en Cristo que me sostuvieron. Y fue ese vínculo fuerte con hermanos y hermanas el el que me empujó hacia Dios.
Antes no podía rezarle a Dios porque no le conocía y me parecía muy distante. Ahora me parece mucho más cercano: es casi una relación de amistad, hablo con Él todos los días y, sobre todo, le agradezco todo lo que hace por mí; ahora veo que cada día hace cosas hermosas por mí en mi vida.
Y por eso quiero dar más de mí a los demás, buscar este vínculo de amor verdadero: no la relación utilitaria que tenía antes, sino una verdadera relación de amor con los demás. Y así, si Dios también da, funciona. Descubrí la importancia del amor en las relaciones.
Entonces siento la presencia de Dios, me da pequeñas señales, cada día, para guiarme en mis distintas decisiones: ya sean pequeñas o grandes. Sí, Dios me guía y avanzo con Él por este camino.
Arthur
Vídeo de Arthur en francés en el cuenta su testimonio de conversión
Para entrar en el catálogo y en la tienda pincha en la imagen
