Rickey Wagoner, conductor de autobús, fue tiroteado directamente al corazón pero las dos balas se incrustaron en una Biblia que llevaba en el bolsillo, que le salvó la vida

El sargento Michael Pauley del departamento de Policía de Dayton, Ohio ha dicho que «obviamente hubo algún tipo de intervención divina en este episodio porque de lo contrario él probablemente no estaría entre nosotros en este momento»

2 de marzo de 2014.- (Valores Religiosos / Camino Católico)  El ejemplar de la Biblia que Rickey Wagoner, de 49 años, un conductor de autobús, en Estados Unidos llevaba en el bolsillo le salvó la vida, ya que evitó que dos balazos le perforaran el pecho, ha manifestado este martes un atónito policía. «Obviamente hubo algún tipo de intervención divina en este episodio porque de lo contrario él probablemente no estaría entre nosotros en este momento», ha dicho el sargento Michael Pauley del departamento de Policía de Dayton, Ohio (noreste), a la prensa.

Rickey Wagoner había detenido su autobús en las primeras horas de la mañana del lunes al costado de una ruta debido a un problema mecánico cuando se le acercaron tres adolescentes con intenciones que no parecían amistosas, informó la cadena local WCPO News. «Oyó que uno de los sospechosos decía que ya era hora de matar a un oso polar para formar parte del club», narró Pauley, quien agregó que el conductor «luchó por su vida». El policía comentó que la agresión podía ser parte de un rito iniciático de un miembro de la banda.

Wagoner recibió dos disparos en el pecho pero logró mantenerse de pie y forcejear con el agresor para quitarle el revólver. «Tenía un libro en mi bolsillo», relató Wagoner a la Policía, según medios locales. «Al principio pensé que la bala me había atravesado. Fue como si me hubieran dado con un mazo en el pecho».

Uno de los adolescentes le hizo un tajo en el brazo con un cuchillo mientras el conductor peleaba para hacerse con el arma, que se disparó mientras luchaban y lo hirió en la pierna. Sin embargo, pudo quitarles ambas armas y llegó a dispararles cuando huían.

A día de hoy, Wagoner se recupera en el hospital de unas heridas que no amenazan su vida. Pero podían haberlo hecho según el comisario de Policía Michael Pauley, el jefe de los agentes que encontraron las dos balas estampadas en el ejemplar de la Biblia. Los proyectiles se incrustaron precisamente en el versículo que dice:  “Mirad que os envío como corderos en medio de lobos”. (Lc, 10-3). Una cita de Lucas que parece trágicamente adecuada para un ataque tan violento. Wagoner considera que ha sido agraciado por un milagro. No le encuentra otra explicación.

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